Alberto Rubio
Busan, en Corea del Sur, y Riad, la capital saudí, se perfilan como las ciudades que competirán en la recta final por la organización de la Expo 2030, que sucederá a la que se celebrará en Osaka (Japón) en 2025.
Sólo quedan tres de las cinco ciudades que originalmente presentaron sus candidaturas para la Expo de 2030 -Moscú (Rusia) y Odesa (Ucrania) retiraron sus propuestas debido a la guerra- y, de ellas, dos se perfilan como “finalistas”.
Aunque Roma no haya retirado su candidatura, la enésima crisis de gobierno en Italia puede reducir notablemente las posibilidades de la Ciudad Eterna frente a dos ciudades emergentes y muy atractivas para los inversores internacionales.
No obstante, la Embajada de Italia en España ha puntualizado a The Diplomat que mantiene su candidatura, que girará en torno a cinco ejes: Evolución y regeneración; Diversidad e inclusión; Sostenibilidad y circularidad; Digital first y ZED (Zero Emission Digital); Descentralización y conexión.
En la información remitida a este diario, la legación italiana considera que los aspectos más destacados de su candidatura -presentada bajo el lema “La ciudad horizontal: regeneración urbana y sociedad civil”– se centran en la vocación internacional de Roma y su calidad como destino turístico; las sinergias que pueden derivarse de la Trienal de Milán; y el valor añadido de la Expo para el continente europeo, además de la regeneración de las estructuras urbanas mediante la participación activa del tercer sector.
La Embajada recuerda también que Italia se encuentra entre los primeros signatarios de la Convención de París de 1928, que estableció el BIE, y ha organizado ya dos Exposiciones Universales (ambas en Milán, 1906 y 2015) y cinco Exposiciones especializadas (Roma – 1953; Nápoles – 1954; Turín – 1955 y 1961; y Génova – 1992).
Por su parte, las autoridades de Busan -la segunda ciudad más poblada de Corea- han tomado la delantera en cuanto a la promoción de su propuesta. Este mismo mes, el pasado 7 de julio, se celebró las primera reunión del Comité de Estrategia para la Expo de Busan. En ella, sus responsables aprobaron el nombramiento del grupo de K-pop coreano BTS como embajador de su candidatura, aprovechando la fama mundial alcanzada por esta banda, cuyos miembros -dos ellos nacidos precisamente en Busan- llegaron a intervenir en 2018 llegó ante la Asamblea General de Naciones Unidas.
De hecho, los organizadores subrayan que el ‘efecto BTS’ ya ha trascendido a todo el mundo y las redes sociales se han llenado de comentarios favorables desde todos los lugares del mundo, donde el K-pop avanza a pasos agigantados.
Los planes aprobados por las autoridades coreanas incluyen la celebración de un concierto mundial de BTS en la misma Busan el próximo mes de octubre, con el que, según afirman, están seguros de atraer la atención mundial sobre la histórica ciudad portuaria coreana, que se presenta con el lema “Transformando nuestro mundo, navegando hacia un futuro mejor”.
En ese lema, afirman las autoridades de Busan, se concentran los objetivos de su propuesta para la Expo: resolver los desafíos a los que se enfrenta el mundo actual, como el cambio climático o la transición digital. “El mundo necesita cambios formidables, pero no imposibles”, asegura el co-presidente del Comité de Estrategia, Chey Tae-won, que apuesta por compartir experiencias y recursos: “los desafíos globales, como la crisis climática, no se pueden solucionar por un solo país. Solo con la cooperación de los gobiernos, las empresas y las sociedades de cada esquina del mundo podremos hacer la diferencia”.
Entre tanto, la presentación de la candidatura de Riad, cuyo slogan es «Era del cambio: llevar al mundo a un mañana brillante”, ha tenido mucho menos eco mediático, aunque la potencia económica del gobierno saudí presagia una dura pugna.
El reino del desierto tiene planeado destinar verdaderas fortunas a megaproyectos que sirvan para mejorar su imagen ante el resto del mundo y a diversificar su economía, de acuerdo al plan diseñado por el príncipe Mohamed Bin Salman en su ‘Visión 2030’. No obstante, muchos analistas se preguntan si eso es suficiente para organizar con éxito un evento mundial como una Exposición Universal mientras, a pesar de la apertura registrada en los últimos años, todavía queda mucho por avanzar en temas como la libertad de expresión.
La elección de la ciudad organizadora tendrá lugar a finales de 2023, pero la campaña ya ha comenzado. Antes del 7 de septiembre de este año, las ciudades candidatas deberán presentar un completo dosier con los detalles de su propuesta. A partir de ese momento, la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE, por sus siglas en francés) enviará misiones a cada ciudad para comprobar la viabilidad de cada proyecto. La decisión se adoptará en noviembre de 2023 en una votación en la que participarán todos los países que integran el BIE bajo la regla de ‘un país, un voto’.