Se suele decir que Singapur es un país de contrastes. Por un lado, es un país rico y próspero con una economía muy desarrollada. Por otro, aún conserva muchos vestigios autoritarios. También es famoso por su turismo y por su vida nocturna relacionada a los juegos, teniendo casas de apuestas donde podemos encontrar los mejores sistemas de ruleta al igual que en los casinos online. Es por estos factores contradictorios el motivo de este análisis, que se reduce a la siguiente pregunta: ¿Cómo ha llegado Singapur a ser un país tan rico y próspero a pesar de sus tintes que rozan el autoritarismo?
Singapur era un país pobre y subdesarrollado, con valoraciones altas de desempleo y casi ninguna infraestructura industrial cuando se fundó hace medio siglo, pero hoy en día el índice de competitividad global otorga a esta nación asiática las mejores calificaciones del mundo en infraestructuras, sanidad, mercado laboral y sistema financiero.
Singapur fue en su día una colonia británica en plena Segunda Guerra Mundial y luego un país federal (parte de la Malasia) hasta convertirse en una república independiente en 1963. Singapur tiene hoy uno de los mayores PIB (Producto Interior Bruto) per cápita del mundo, así como un admirable sistema educativo y el más sofisticadamente avanzado sistema sanitario del sur de Asia.
Un líder en economía y libre mercado
El crecimiento de Singapur como nación rica se debe en parte a los cambios demográficos del país. Singapur pasó de ser una nación pobre en la que las cocinas y los baños debían ser compartidos por numerosas familias, a una de riqueza gracias a la abundancia de mano de obra cualificada. El procedimiento fue tan eficaz que, en la actualidad, esta pequeña nación insular es conocida como uno de los «tigres asiáticos», a la par de Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán.
La economía de Singapur fue capaz de crecer al 6,81% anual desde 1976 hasta 2014, algo que no ha conseguido ninguna otra nación del mundo.
Según los partidarios del modelo, las políticas en cuanto a lo económico se centraron en disminuir la presión fiscal, recortar el gasto público, implementación del libre mercado y la aplicación de la idea de la competencia de mercado, a cualquier tipo de empresa.
El comercio también está aumentando rápidamente, ya que el 99% de los productos que se importan están libres de impuestos y las barreras comerciales se han reducido al 0,5%. Como resultado, el superávit comercial es incluso superior al de Alemania.
Singapur no es un país que produzca alimentos, por lo que todo lo que hay en los supermercados es de primera línea e importado; casi siempre de Malasia, su más cercano vecino, o Australia.
En cuanto al transporte público, se considera que provee un servicio espléndido, con la excepción de que no se permite ingerir comidas o bebidas, dentro o alrededor de las estaciones.
En el sector de la sanidad, el gasto privado representa un número mayor al 60%, algo que es pagado por los particulares a través de una inversión que se acumula en una cuenta que es utilizada únicamente para este fin, y que depende de cada persona en función de sus aportaciones al sistema. Asimismo, las familias de bajos ingresos reciben subvenciones públicas para cubrir los gastos hospitalarios.
Otro aspecto relevante es que el gobierno ha sido capaz de mantener el orden y la estabilidad, garantizando al mismo tiempo la coexistencia pacífica de los diferentes grupos étnicos y religiosos.
Singapur es un país de mayoría musulmana, pues la etnia predominante son los malayos, sin embargo, existen importantes minorías de otras religiones, como son los chinos y los tamiles.
La peculiar industria de apuestas
Otro gran factor de la economía de esta ciudad-estado es el turismo, pues recibe alrededor de 2 millones de visitantes anualmente. Esto se debe, además de sus rascacielos y puntos históricos a la industria de los casinos.
Irónicamente, las leyes en cuanto a las apuestas son bastante rigurosas y las penas por ello pueden ser algo severas, pero por otro lado tienen complejos como es Marina Bay Sands, donde anualmente miles de turistas hacen apuestas, convirtiendo a este pequeño país en uno de los lugares donde más dinero se genera en los casinos.
El lado autoritario de Singapur
El mayor talón de Aquiles en Singapur es la falta de libertad personal y más específicamente sexual, ya que aunque es líder en el panorama económico, aún no está desarrollada en este ámbito si se compara con otras naciones.
Además, según algunos defensores de los derechos humanos, existen importantes repercusiones para los infractores.
El tercer problema es el trabajo infantil, que sigue presente en muchos países. Al considerarse mano de obra barata, está culturalmente arraigado y es difícil de eliminar.
Conclusión
A pesar de sus rasgos autoritarios y que las libertades individuales siguen siendo hechos debatibles y cuestionables en Singapur, su rica economía y relativa estabilidad social han logrado que el país sea una mini-potencia. Esto se debe a su libre mercado, a la tolerancia étnica, religiosa y también a su peculiar pero fructífera industria de casinos, que si bien siempre podemos jugar a la ruleta online, Singapur es particularmente famoso por sus turísticas casas de juego.