The Diplomat
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, inauguró ayer, junto al primer ministro portugués, António Costa, la Gigabateria del Támega, que con una inversión de más de 1.500 millones de euros se convierte en el mayor proyecto de energías limpias de la historia de Portugal y uno de los mayores de estas características en Europa.
Iberdrola acelera, así, su apuesta por las renovables en el país vecino, impulsando sus inversiones en los próximos años con 3.000 millones de euros adicionales para crecer en eólica y solar, según anunció Sánchez Galán, quien destacó el «entorno de estabilidad jurídica y buen diálogo logrado por el Gobierno luso en los últimos años».
Además, en el actual contexto de crisis energética en Europa por las tensiones con Rusia tras la invasión de Ucrania, el presidente de la energética destacó que esta infraestructura evidencia que «las dos grandes metas» de la política energética, la independencia energética y la descarbonización, «son perfectamente compatibles siempre y cuando se trabaje en la electrificación del sistema económico y productivo», informa Europa Press.
En concreto, este esfuerzo inversor en renovables de 3.000 millones de euros más permitirá a Iberdrola avanzar en el impulso en Portugal de eólica y solar ya en desarrollo o construcción por hasta 3.000 megavatios (MW), en un mercado clave para la eléctrica y donde batalla por el liderato ‘verde’ con la local EDP o Endesa.
Galán destacó que «el desafío» de la independencia energética y la descarbonización exigirá unas «enormes inversiones en un complejo» panorama económico, por lo que agradeció a Costa su «implicación» para permitir a Portugal contar con «una planificación y un entorno normativo previsible», así como con una «agilidad en los procedimientos» para abordar ese crecimiento en renovables.
Dentro de este nuevo impulso a las renovables en el país luso que dará Iberdrola, Galán enmarcó el desarrollo de los 450 MW eólicos que hibridará en este proyecto de Támega y el desarrollo de otros 2.500 MW de solar fotovoltaica en todo Portugal.
Además, el presidente de la multinacional española señaló la apuesta de Iberdrola por el desarrollo de la eólica ‘offshore’ -en el país luso especialmente la marina flotante-, tecnología en la que el grupo es líder mundial, y el hidrógeno verde en Portugal. «El final de un viaje es solo el inicio de otro viaje», dijo Galán, parafraseando al escritor luso José Saramago en referencia a la ambición de la eléctrica en el país.
Por su parte, el primer ministro de Portugal, António Costa, expresó su agradecimiento a Iberdrola como «un socio fundamental» en el desarrollo de renovables y aseguró que esta apuesta de la energética por el país se ampliará a la eólica marina flotante, donde Portugal tiene con un ambicioso plan para desarrollar capacidad por al menos 10 gigavatios (GW) al final de la década, y al hidrógeno verde.
Asimismo, Costa subrayó que la apuesta por las renovables de Portugal le ha permitido tener una dependencia «cero’ de Rusia y subrayó que los 17.000 millones de euros pagados a lo largo de estos años por los consumidores lusos en su recibo para invertir en renovables les ha permitido ahora gozar de esta posición.
«Vamos a ser solidarios, pero la solidaridad significa también que no vamos a hacer pagar a los portugueses para compensar el atraso en el que otros se colocaron cuando podían haber hecho una inversión en renovables de 17.000 millones que nosotros sí que hicimos», dijo.
El evento, al que también asistieron el ministro de Medio Ambiente y Acción Climática de Portugal, Duarte Cordeiro; el secretario de Estado de Medio Ambiente y Energía, Joao Galamba; y los presidentes de las Cámaras Municipales de Ribeira de Pena, Vila Pouca de Aguilar, Boticas, Chaves, Montalegre y Cabeceiras de Basto, sirvió como inauguración de esta ‘megaobra’ de almacenamiento hidroeléctrico de Támega, cuya construcción se ha prolongado durante casi ocho años.
Con una capacidad de 1.158 MW, el sistema electroproductor del Támega es capaz de almacenar 40 millones de kilovatios hora (KWh), equivalente a la energía que consumen 11 millones de personas durante 24 horas en sus hogares, convirtiéndose en uno de los mayores sistemas de almacenamiento de energía de Europa, según estimaciones de la energética.
El complejo está integrado por tres centrales -Alto Támega, Daivoes y Gouvaes- y su capacidad de bombeo le permite almacenar energía para ser utilizada cuando más se precise, incrementando además la potencia eléctrica total instalada en Portugal y evitando la emisión de 1,2 millones de toneladas de CO2 al año.
Además, este ‘megaproyecto’ de ingeniería, en el que han trabajado varios miles de personas, evitará la importación de más de 160.000 toneladas de petróleo al año, consolidándose como motor socioeconómico y de creación de empleo en la región.
Asimismo, la construcción del complejo en esta área del norte de Portugal ha contado con un ambicioso plan de acciones sociales, culturales y medioambientales, que benefician a siete municipios, y al que se han destinado más de 50 millones de euros.