<h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>Buscar el debate económico y obviar la competencia por la derecha (Vox) son las dos apuestas del presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, para promocionarse como alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez.</strong></h4> En el PP están convencidos de que la baza fundamental que tienen para volver al poder en los nuevos tiempos de crisis es <strong>apelar a su historial de buenos gestores.</strong> Dar a vuelta a un país en recesión o al borde de la quiebra, como hicieron José María Aznar en 1996-2004 y Mariano Rajoy en 2011-2018, son los referentes del intento de Feijóo para ganar las próximas elecciones frente a un Ejecutivo de izquierdas paralizado que prefiere la pugna ideológica por encima de todo. El máximo dirigente de los populares deja claro el <strong>cambio de guion con respecto a su predecesor, Pablo Casado</strong>, y se estrenará esta semana en su carrera parlamentaria como jefe de la oposición con un intento de abrir ese debate económico de fondo. Y lo hará para hablar de las preocupaciones más básicas de los ciudadanos, las del coste de la vida. "¿Considera el presidente del Gobierno que su Ejecutivo está a la altura de las necesidades de las familias españolas?". Así reza la <strong>primera pregunta que Feijóo hará a Sánchez</strong> en su primer pleno de control al Ejecutivo, en concreto<strong> este martes en el Senado</strong>. El presidente del PP dirigió en su día la primera empresa estatal de España, Correos, y también el antiguo Insalud, el conjunto del sistema sanitario nacional antes de que se disgregara en las autonomías. Después, fue durante 13 años presidente de la Xunta de Galicia<strong>. Reúne más experiencia de gestión en el sector público que la que puede sumar medio gabinete de Pedro Sánchez incluido su titular</strong>. Con ese bagaje por delante y ante la gestión que hizo el Gobierno de la pandemia más la dejadez con que ahora se enfrenta a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, Feijóo quiere hablar de las consecuencias de una inflación disparada hasta el 8,7 por ciento en mayo, de la incesante subida de la energía. El jefe de la oposición <strong>quiere aprovechar el mini debate con Sánchez en el Senado para vender su alternativa económica, básicamente bajadas de impuestos</strong>, frente a los parches anunciados por el Gobierno que no acaban de llegar, como en el caso de la luz; o resultan superados por el mercado como ocurre con las subvenciones directas al consumo de gasolina. A la apuesta por el debate económico acompaña <strong>el empeño de la actual dirección del PP por no cometer los errores de la etapa de Casado, como el de enredarse en las relaciones con Vox.</strong> Feijóo no cae de momento en la descalificación del adversario, aunque lo sea, ni tampoco en el acercamiento. Marca distancias con la moderación y la experiencia de gobierno, en especial la económica, frente una extrema derecha inédita en puestos de responsabilidad en cualquier ámbito del Estado y carece incluso de programa económico. El Partido Popular concurre a la próxima cita electoral, las elecciones autonómicas de Andalucía del próximo día 19, con el reto reconocido de gobernar después la Junta autonómica sin contar con Vox. El jefe del Ejecutivo se conforma con lo contrario, con que el candidato del PP, Juan Manuel Moreno, se vea obligado a pactar con la formación de Santiago Abascal que encabeza para la ocasión Macarena Olona. <strong>El presidente del Gobierno necesita alimentar el mensaje del miedo a ese acuerdo en la derecha para movilizar así al electorado más de izquierdas en su favor</strong>. Al PSOE no le funcionó el argumentario sanchista en los comicios regionales de Madrid hace un año ni en Castilla y León el pasado febrero, pero reincide. Desde el Palacio de la Moncloa tratan ahora de frenar el avance en las encuestas de Feijóo como alternativa moderada y con imagen de gestor solvente frente a un Gobierno socialcomunista a la baja. De ahí el acoso de los dirigentes socialistas y los medios gubernamentales para que el presidente del PP diga si su partido pactará o no con Vox.<strong> Feijóo torea la cuestión</strong> sin mojarse, consciente de que el manejo de la ambigüedad, habilidad acreditada en los políticos gallegos, es su mejor opción para las próximas semanas. En el PP empiezan a pensar que, si Sánchez consigue que cale entre el electorado más fiel al PSOE el miedo a Vox, es posible que algunos miles de votos procedentes de la izquierda moderada vayan para Moreno, precisamente para que el candidato popular no necesite la ayuda de la extrema derecha. Sería su baza para librarse de Vox.