<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <strong>Los Condes de Wessex, que visitaron Gibraltar</strong> desde el pasado martes, para celebrar los 70 años de la Coronación de la Reina Isabel II de Inglaterra<strong> fueron despedidos ayer con un gran desfile militar por las calles del Peñón.</strong> La estancia en la colonia, del príncipe Eduardo, hijo menor de la Reina, ha tenido <strong>un marcado componente militar</strong> ya que una de sus actividades más destacadas fue <strong>la visita a la Base Naval. Allí se reunió con el comandante de las Fuerzas Británicas, Steve Dainton, y subió a bordo del ha estado a bordo del RFA Argus,</strong> un buque de la Flota Auxiliar de la Royal Navy, que, junto con e<strong>l HMS Trent</strong> llegó al Peñón para estar presente en los actos de celebración del Jubileo de Platino de la soberana. Tanto la presencia en la Base Naval como la parada militar ha sido interpretada en medios diplomáticos como un <strong>deseo del Reino Unido de remarcar la soberanía británica de Gibraltar,</strong> en un momento en que están en marcha las negociaciones entre Londres y Bruselas sobre la futura relación del Peñón con la Unión Europea, tras el Brexit. De hecho,<strong> el Gobierno español protestó formalmente ante el británico, al parecer a nivel de secretario de Estado,</strong> por la visita de los Condes de Wessex, algo que no era la primera vez que ocurría, pero que ahora se produce en una situación especialmente delicada. Ayer, el <strong>ministro principal gibraltareño, Fabian Picardo</strong>, en el discurso de un almuerzo de despedida ofrecido a los Conde de Wessex, subrayó, precisamente, la<strong> “importancia estratégica” de las instalaciones militares del Peñón</strong>, recordando que de eso también habló la Reina en la visita que realizó en 1954. Además, Picardo no dejó pasar la ocasión de asegurar que <strong>Gibraltar “nunca decaerá en su devoción a Gran Bretaña, a nuestra Reina y a la Corona”.</strong>