<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <strong>La Embajada de España ante la Santa Sede, inauguró ayer una instalación artística que pretende reflejar algunos momentos de los 400 años de vida de la que es la sede diplomática más antigua del mundo.</strong> La representación diplomática está ubicada en la céntrica Plaza de España de Roma, en el que fuera Palacio Moaldeschi, <strong>alquilado en 1622</strong> para ser sede de los embajadores españoles ante el Vaticano, y que pasó a llamarse Palacio España cuando <strong>fue adquirido por los Corona española en 1647.</strong> La instalación artística es obra del italiano<strong> Roberto Lucifero</strong> y está formada por tres tapices ‘tecnológicos’ efímeros de gran tamaño inspirados en el siglo XVII y que representan otras tantas escenas: la compra del palacio por parte de Íñigo Vélez de Guevara, conde de Oñate; el momento en el que el pintor Diego Velázquez, que pasó dos períodos de su vida en Roma, realiza el retrato del papa Inocencio X; y una máquina pirotécnica utilizada en las fiestas de la Plaza de España de Roma. Además, se pueden leer tres mensajes que, según Lucifero, “son lo que el edificio quiere decir de sí mismo» y lo que representó esta sede diplomática durante siglos:<strong> «Arte y poder, dialogo y paz y fe y razón».</strong> Ayer, en la inauguración, en la que hubo un puesta en escena de bailes y música en la puerta del Palacio, a cargo de la banda romana «Brama», estuvo presente <strong>la embajadora ante la Santa Sede, Isabel Celaá, junto al subsecretario de Asuntos Exteriores, Luis Cuesta y al cardenal Lorenzo Baldisseri.</strong> <strong>Celáa explicó que había pedido al artista que se fijara en el siglo XVII, “cuando España -dijo- está en pleno auge, es el adalid del mundo católico y su salvaguarda frente a luteranismo».</strong> Dado que la instalación se podrá contemplar hasta fin de este año, la embajadora mostró su esperanza d<strong>e que el papa Francisco visite la Embajada el próximo 8 de diciembre</strong> durante la celebración de la Inmaculada, en la que los pontífices acuden a la Plaza de España. «Nosotros le invitamos a todo, a un chocolate o a lo que sea», dijo la ex ministra de Educación, para la que las relaciones entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el Vaticano son «estupendas».