<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La embajadora de Estados Unidos en España, Julissa Reynoso, advirtió ayer de que la democracia “está siendo atacada” en todo el mundo y afirmó, en ese sentido, que su país está interesado en “trabajar con España” en la defensa del Estado de derecho en Iberoamérica porque “los vínculos históricos y el idioma lo convierten en un socio esencial” en esta región.</strong></h4> <strong>“Los datos muestran que la democracia está siendo atacada en todo el mundo y, por supuesto, el ataque más visible lo estamos viendo en Ucrania en este momento”,</strong> afirmó la embajadora durante su participación en el seminario <em>Democracia y Derechos Humanos en las sociedades transatlánticas</em>, celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá Henares (Madrid) y organizado por el Instituto Franklin-UAH y la Asociación Vía Círculo Jefferson en colaboración con la Embajada de Estados Unidos, la Fundación Consejo España-EEUU, la Comunidad de Madrid, el Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá y el Centro de Documentación Europea de la Universidad de Alcalá. “El autoritarismo amenaza el orden mundial basado en reglas, las violaciones derechos humanos se han multiplicado y la libertad de prensa está en riesgo”, prosiguió Reynoso. “Estados Unidos también vivió un momento complicado y, a pesar de los esfuerzos constantes de la nación para mejorar la democracia, no está exento de amenazas, como se vio el 6 de enero del año pasado (con el asalto al Capitolio por parte de los partidarios del expresidente Donald Trump), que está muy presente en nuestra conciencia”, prosiguió. Por ello, aseguró, la Administración de Joe Biden está “comprometida en la lucha contra las amenazas a la democracia donde quiera que existan”. En el caso de América Latina, según la embajadora, “la democracia no existe o ha declinado en varios países”, como <strong>Venezuela</strong>, “donde los ciudadanos no pueden cambiar el Gobierno pacíficamente a través de elecciones libres e imparciales, hay serias restricciones a la libertad de expresión y se ejerce la violencia contra la libertad de reunión pacífica”; en <strong>Cuba</strong>, donde “los ciudadanos tampoco pueden cambiar su Gobierno a través de elecciones libres e imparciales y la participación política está restringida a los miembros de un solo partido”; y en <strong>Nicaragua</strong>, un país que ha vivido “un proceso electoral gravemente defectuoso” y cuyo Gobierno “rechaza abiertamente las normas democráticas, no respeta los derechos humanos y utiliza la violencia contra la oposición”. También es el caso, más “reciente”, de <strong>El Salvador</strong>, cuyo presidente Nayib Bukele “continúa socavando las instituciones y el proceso democrático, incluida la separación de poderes”, denunció. “Podría seguir hablando de América Latina, donde muchos países violan los derechos de las minorías, como los indígenas y los LGTBI”, añadió. Por todo ello, aseguró, <strong>Estados Unidos quiere “trabajar con España</strong>” porque <strong>“por sus vínculos históricos y su idioma, España es un socio esencial para abogar por el respeto de la democracia, el Estado de derecho, el buen gobierno y la lucha contra la corrupción” en Iberoamérica,</strong> agregó. Respecto a la influencia que la actual tensión internacional puede tener en la evolución de la democracia en Latinoamérica, la embajadora relativizó el papel de <strong>China</strong>, cuyos vínculos son “principalmente comerciales y no afectan a la democracia y a los derechos humanos en la región, aunque hay excepciones, como algunos países que buscan excusas para violar derechos humanos y quieren aliados no democráticos”. En cambio, el conflicto generado por la <strong>invasión rusa de Ucrania</strong> sí podría tener un mayor impacto en la región, estimó Reynoso. “Algunos países tienen vínculos con Rusia nada positivos para los ciudadanos de la región” y, por ello, <strong>“las sanciones contra el presidente Vladimir Putin y sus aliados, como los bancos y las instituciones rusas, perjudican o deben perjudicar a algunos aliados en América Latina, o como mínimo crear una pausa en su actividad o en sus enlaces con Rusia”</strong>, explicó la embajadora. Nicaragua, El Salvador, Cuba y Bolivia figuran entre los 35 países que se abstuvieron a principios de marzo en la condena de la Asamblea General de la ONU contra la invasión rusa en Ucrania. Venezuela no participó en aquella votación.