<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se reunirá esta semana con sus homólogos de algunos de los países de la ‘zona caliente’ de Europa más afectados por la invasión rusa de Ucrania, especialmente Finlandia, un país que está a punto de abandonar su tradicional neutralidad.</strong></h4> Según figura en la agenda semanal del ministro, <strong>Albares recibirá mañana en el Palacio de Viana al ministro de Asuntos Exteriores de Letonia, Edgars Rinkēvičs</strong>, en cuyo país España tiene desplegados 280 militares en el marco de la misión de la OTAN <em>Enhanced Forward</em>. El pasado viernes, la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció que la <em>Brigada Guzmán El Bueno X</em> (BRI X) relevará el próximo mes de julio a la fuerza que tiene actualmente desplegada desde enero de 2022. Los nuevos efectivos estarán otros seis meses y serán complementados con otros 40 militares procedentes de unidades de Sevilla. El miércoles, <strong>Albares iniciará una gira por Finlandia, Lituania y Rumanía</strong>. La primera etapa de la gira será Helsinki y coincidirá con el comienzo de los debates el Parlamento de Finlandia sobre la posible entrada del país en la OTAN en respuesta al clima de inseguridad generado por la guerra de Rusia en Ucrania. En caso de aprobación parlamentaria (el debate comenzó el pasado miércoles y se espera que dure varias semanas), Finlandia podría presentar su solicitud de ingreso antes de la próxima cumbre de la Alianza, que se celebrará en Madrid a finales de junio. De momento, más de la mitad del Parlamento ya se ha mostrado a favor de la adhesión. El proceso de ingreso en la OTAN es mucho más rápido que el de la UE y podría concluir en un plazo aproximado de cuatro meses. Para ello, se necesita el apoyo unánime de los 30 miembros de la Alianza, previa ratificación en los Parlamentos de todos los Estados miembros. El apoyo inicial de los Gobiernos se da casi por sentado, pero el trámite parlamentario parece un escollo más complicado. A la espera de lo que pueda suceder, la portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores del Kremlin, Maria Zakharova, ha advertido de que la entrada de Finlandia en la OTAN tendría consecuencias y el expresidente ruso Dmitri Medvedev declaró recientemente que, si concretase la adhesión, “Rusia tendría que reforzar sus defensas en la región del mar Báltico, incluso mediante el despliegue de armas nucleares”. Finlandia, que comparte 1.300 kilómetros de frontera con Rusia (y que cuenta con una importante comunidad ruso hablante), se ha caracterizado históricamente por una estricta neutralidad que le ha ayudado a evitar problemas con su poderoso vecino y a jugar un papel destacado como país mediador en conflictos. Finlandia no es miembro de la OTAN, aunque forma parte desde 2014 del grupo de socios de la Alianza. El pasado mes de enero, <strong>la primera ministra, Sanna Marin</strong>, llegó a declarar que la entrada de Finlandia en la OTAN era “muy poco probable”. No obstante, la política agresiva de Rusia ha modificado sustancialmente las reglas del juego, hasta el punto de que el 65% de los finlandeses se ha mostrado a favor de la entrada en la OTAN, algo absolutamente impensable hasta no hace mucho tiempo. De hecho, la tradicional neutralidad de Finlandia ya tuvo sus primeras costuras con la decisión del Gobierno de Sanna Marin de enviar equipos militares a Ucrania, lo cual supone una novedad radical en un país que siempre se había negado a enviar armas a zonas de conflicto. <h5><strong>Lituania y Rumanía</strong></h5> Albares se desplazará posteriormente a otro ‘punto caliente’, <strong>Lituania</strong>, cuyo ministro de Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, reclamó el pasado viernes a la OTAN que tome “decisiones específicas” para reforzar la defensa de los países bálticos y el flanco oriental, incluido un despliegue adicional de tropas de la OTAN en su país y los otros países de la zona. Landsbergis también advirtió de que lo ocurrido en Ucrania ha cambiado “fundamentalmente” el entorno de seguridad en Europa y que ello debe reflejarse en la cumbre de Madrid. La gira del ministro incluye también <strong>Rumanía</strong>, un país que recientemente reformó sus propias leyes sobre exportación de productos para la defensa nacional a fin de poder suministrar armas a Ucrania. Aparte, Rumanía es uno de los países del flanco oriental que van a recibir más refuerzos de la OTAN, ya que, en la cumbre extraordinaria de la Alianza de finales de marzo, los aliados aprobaron el despliegue de cuatro nuevos batallones de combate en cuatro países del flanco oriental, incluida Rumanía. Aparte, Rumanía es, después de Polonia, el segundo país limítrofe que está recibiendo más refugiados ucranianos, con casi 760.000, según las últimas cifras.