<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La acogida masiva de refugiados ucranianos en Europa responde tanto a motivos humanitarios como a motivos geoestratégicos, porque, a diferencia de otros casos anteriores, en esta guerra los Estados de la UE no son unos meros “espectadores” y han optado por ser “partícipes” en un conflicto en el que “se percibe a Rusia como el enemigo”.</strong></h4> Estas son algunas de las conclusiones expuestas ayer por <strong>Carmen González Enríquez, investigadora principal del Real Instituto Elcano</strong>, durante la mesa redonda <strong><em>La acogida a los refugiados ucranianos</em></strong>, organizada en la sede de la Fundación Botín en Madrid y presentada y moderada por Charles Powell, director del <em>think tank</em>. <strong>“La diferencia con otras acogidas de refugiados es que ocurre en una guerra en la que no solo somos espectadores, sino que UE apoya de forma unánime a Ucrania frente a Rusia porque se considera una causa justa y porque se percibe a Rusia como enemigo”</strong>, afirmó González. “El apoyo a Ucrania con armamento y las sanciones a Rusia nos convierten en partícipes” y, por ello, <strong>“los refugiados ucranianos son especialmente bien recibidos no solo por ser blancos y cristianos, como se ha dicho, sino porque son aliados en una guerra que nos afecta a todos”</strong>, prosiguió. “Eso explica que países limítrofes como Polonia y Hungría tengan una actitud completamente distinta de la que tuvieron con refugiados procedentes de otras zonas del mundo”, añadió. <strong>“No es solo una cuestión de derechos humanos o humanitaria, es un asunto geoestratégico, y abordarlo solo desde la gestión humanitaria es dejar la mitad de la historia fuera del análisis”</strong>, advirtió. Directamente relacionado con ello, a juicio de la investigadora, uno de los factores que explican la eficaz gestión de la acogida de refugiados ucranianos en la UE es, precisamente, <strong>la “unanimidad política sobre la necesidad de acoger a refugiados ucranianos”, ya que “en ningún país de la UE ha habido protestas contra ello, ni siquiera de los partidos más xenófobos o más cercanos a Vladimir Putin”.</strong> Otro factor que influye en este sentido, añadió, es <strong>la “distribución natural y espontánea de los refugiados, que primero pasan por países limítrofes y después se trasladan a países donde hay importantes comunidades de ucranianos, sobre todo desde 2014”</strong>. Ese es el caso, especialmente, de Alemania, Polonia (dos millones previos a la guerra), Italia y <strong>España (112.000 ucranianos antes de la guerra y alrededor de 250.000 en estos momentos).</strong> El tercer gran factor, explicó, es <strong>“el esfuerzo voluntario de la sociedad”</strong>. “Buena parte de las acogidas descansan en la sociedad y los Estados europeos no serían capaces de financiar esta acogida si no fuera porque descansa en familias ucranianas y no ucranianas”, aseguró. <h5><strong>Proyecto piloto de acogimiento familiar</strong></h5> Precisamente, la <strong>directora general de Gestión del Sistema de Acogida en Materia de Protección Internacional y Temporal del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Amapola Blasco</strong>, anunció en el mismo acto la próxima puesta en marcha de un proyecto piloto de acogimiento familiar. <strong>“Vamos a empezar ya esta semana con los primeros encuentros entre familias españolas que se ofrecen a acoger a familias ucranianas”</strong>, precisó. El proyecto se ha lanzado en Málaga, Murcia, Barcelona y Madrid, aunque podría extenderse a otras partes del país. Asimismo, Blasco destacó, como dato positivo, que la llegada masiva de ucranianos “ha permitido revisar el sistema de acogida español” y ha “precipitado” la puesta en marcha de los grandes centros de recepción de refugiados, concretamente en Madrid, Alicante, Barcelona y Málaga, que ofrecen atención integral a los refugiados y en los que ya se ha documentado a unas 34.000 personas, casi la mitad de las 67.000 que cuentan con protección temporal en España. <strong>“Se ha montado en solo cuatro semanas lo que se pensaba montar en cuatro años”</strong>, destacó. Por su parte, <strong>la jefa de la Unidad de Asilo en la Dirección General de Asuntos del Interior y Migración de la Comisión Europea, Esther Pozo</strong>, advirtió de que la crisis de Ucrania no debe hacer olvidar el objetivo de la UE de alcanzar un marco jurídico común sobre migraciones para todos los Estados miembros y afirmó, al respecto, que el proyecto de la Presidencia francesa para un pacto migratorio se basaba en una metodología gradual por fases, pero “el calendario quedó trastocado” por la guerra. En todo caso, aseguró, se mantiene el objetivo de aprobar la primera fase del pacto en el Consejo Europeo de junio, aunque “todo depende de cómo avanza la Presidencia francesa y qué pasa el domingo” con la segunda vuelta de las elecciones presidenciales galas. Por último, <strong>Sophie Muller, representante de ACNUR en España</strong>, informó de que la UE ya ha acogido a cinco millones de ucranianos en menos de dos meses (“el mayor desplazamiento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial) y que el 90% de estas personas son mujeres y niños, pertenecientes a “familias separadas que dejan en Ucrania a sus maridos, sus hermanos, sus hijos y sus abuelos, la parte masculina de las familias”. Asimismo, elogió “la respuesta ejemplar de los países vecinos”. Precisamente, <strong>la encargada de negocios de la Embajada de Polonia, Karina Węgrzynowska</strong>, pidió la palabra desde el público para explicar el papel de su país en la acogida “todos los que huyen de la guerra, independientemente de su nacionalidad”, para los cuales se han puesto en marcha “mecanismos para el acceso al mercado laboral, a los servicios médicos y al sistema educativo” y se les ha dotado con una ayuda mensual de 120 euros para atender a los niños.