Juan David Latorre
Tras comprobar la belleza y el esplendor de la capital Budapest, sugerimos tomar el camino del oeste para disfrutar de la historia y la belleza de Győr y Sopron, la ciudad de Szombathely, el profundo balneario de Hévíz, junto al lago Balaton, para finalizar en la que el próximo año será una de las tres Capitales Culturales de Europa 2023, la localidad de Veszprém.
Győr
La ciudad de Győr es conocida por La ciudad de los ríos, al confluir en ella el Rába, Rábca y Mosoni-Duna (un brazo del Danubio). Visita obligada es subir a la La Torre del Palacio del Obispo (“Püspökivár Torony” en idioma húngaro), que se encuentra a unos quinientos metros de la plaza central de la ciudad, y a un costado del río Danubio. En junio de 2004 se inauguró una exposición permanente sobre el obispo Vilmos Apor, quien fue torturado por soldados rusos en 1945 en el sótano debajo del castillo y quien protegió a costa de su vida a las mujeres y niños que acudieron a refugiarse a su palacio huyendo de las tropas ocupantes. Producto de las heridas que le infligieron, falleció a los pocos días. Una estatua con su figura en su honor recibe al visitante en la entrada al palacio.
Si se sube a lo alto de esta torre se disfruta de unas de las mejores vistas de toda la ciudad. Justo en frente se contempla la torre de la Catedral de Győr, mandada construir allá por el año 1000 por San Esteban. Las pinturas de la Virgen María que decoran el altar barroco de la nave del ala norte convirtieron a la iglesia en uno de los lugares de peregrinaje más destacados de Hungría. Según la leyenda, este icono traído por el obispo irlandés Walter Lynch en 1655, lloró lágrimas de sangre el día de San Patricio de 1697.
Impresionante es el Arca de la Alianza, la estatua barroca más hermosa de la ciudad esculpida en el año 1731 por Antonio Corradini y diseñada por Joseph Emanuel Fischer von Erlach. El monumento muestra dos ángeles sosteniendo el arca entre las manos. La obra se creó en el mismo lugar donde unos soldados Habsburgo derribaron la custodia de las manos del sacerdote durante la procesión del Corpus de 1727, mientras perseguían a un desertor y adúltero que se había refugiado entre la multitud.
Otro de los lugares imperdibles de la ciudad de Győr es su Ayuntamiento neobarroco (1896-1898), diseñado por el arquitecto Jenő Hübner. De 85 m de longitud y 40 m de anchura fue construido en forma de U con dos pisos. En la fachada se puede ver el escudo de armas de la ciudad.
Abadía benedictina de Pannonhalma
La abadía benedictina de Pannonhalma es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1996. Fundado en el 996, el monasterio de la orden benedictina tiene la misma edad que el Estado húngaro. Su historia milenaria se puede descubrir a través de los distintos estilos arquitectónicos, mientras se puede el turista deleitar con el conocimiento las distintas actividades de los monjes.
Imprescindible pasear por el arboreto perfumado de lavanda y disfrutar del majestuoso silencio de la basílica, sumergiéndose en la colección de 400.000 volúmenes de la biblioteca. Los monjes trabajadores de la abadía que aún viven allí elaboran un excelente vino que hay que probar, así como los platos elaborados con ingredientes locales en el restaurante de la abadía.
Palacio Esterházy de Fertőd
Debido a su imperial historia, los palacios abundan por todo el territorio húngaro. Pero en este viaje por el oeste de Hungría sobresale el Palacio Esterházy de Fertőd. Al atravesar la entrada principal del palacio, con tres puertas, el visitante se asentra en el fascinante mundo del barroco del siglo XVIII. El patio ornamental rodeado por las alas del castillo constituye un maravilloso telón de fondo para las fotos, con sus fuentes ricamente talladas, el césped adornado con miles de flores y la escalera decorativa ornamentada con querubines. La familia Esterházy disponía de nada menos que 126 habitaciones en este magnífico edificio. Decenas de conciertos de música clásica y pop conservan las tradiciones del palacio; el propio Joseph Haydn fue en su día compositor de la corte.
Sopron
Situada a muy poca distancia de la frontera con Austria, Sopron recibe el sobrenombre de “La ciudad fiel”, en recuerdo del resultado del referéndum celebrado en 1921 en el que sus habitantes decidieron pertenecer a Hungría. Es reconfortante y deslumbrante visitar su casco antiguo por el paseo de la muralla y luego perderse en el laberinto de calles sinuosas que conducen entre las casas barrocas. Si se dirige a Tűztorony, la Torre de los Bomberos (también llamada Torre de Fuego), de 58 metros de altura y símbolo de la ciudad, pronto aparecerá en Főtér, la Plaza Mayor. La cima de la torre, reconstruida en 1680, ofrece una magnífica vista, no sólo del centro de la ciudad, sino también del Lővérek, una ladera salpicada de villas. En el centro de la plaza se encuentra la estatua de la Santísima Trinidad más antigua de Hungría. La imponente Iglesia de la Cabra fue construida por los franciscanos en 1280, le debe su nombre a una extraña historia sobre una cabra. Según se cuenta, la construcción de la iglesia se pagó con un tesoro enterrado, descubierto por una cabra que estaba pastando. En uno de los pilares de la iglesia se puede observar la imagen de un ángel sosteniendo una cabra. Su monasterio es famoso por su sala capitular, considerada la pieza más bella de la arquitectura gótica del país, y se encuentra en el extremo de la plaza.
Sopron posée una industria textil basada en el cultivo del lino, y característica de esta zona es la utilización de la técnica del tinte azul. Cabe destacar que esta zona del oeste húngaro cuenta con una raza autóctona de calidad superior de carne, el cerdo mangalica, comparable (según dicen) con el cerdo ibérico.
Szombathely
Junto a la frontera con Austria se encuentra la ciudad de Szombathely, capital de la Provincia de Vas y un lugar de varios episodios de la historia de Hungría. De hecho, es la ciudad más antigua de Hungría, datando de la época romana y contando, en ella, con residencia imperial. Al pasar de los siglos, la ciudad tuvo su repercusión en las diversas revueltas que se produjeron en el país. Ya en el siglo XX, Szombathely incrementa su potencial económico, industrial y cultural, convirtiéndose, de nuevo, en una ciudad de gran renombre.
Se puede iniciar la visita a esta localidad acudiendo al Castillo Szegedy, construido en torno al año 1820, con un diseño en estilo barroco. Resalta su jardín natural que requiere de un especial mantenimiento para su conservación. Su interior está bellamente decorado y posee una serie de objetos de la época del siglo XIX, dignos de ver, junto con un magnífico paisaje exterior.
El Arboretum de Szombathely es un jardín botánico que recoge una colección de árboles únicos en su especie de zonas templadas y frías. Este jardín comenzó su andadura a finales del siglo XIX, iniciándose su gestión a mediados del XX. En los meses de mayo es visita obligada para contemplar la maravilla visual de los rododendros en flor.
Tras la catedral de la ciudad, se encuentra el Museo Arqueológico al Aire Libre, conocido también como el Jardín de las Ruinas, donde se pueden encontrar edificaciones que datan del siglo I al IV d.C. Entre estas ruinas del palacio residieron los emperadores Constantino El Grande, Constantino II, Constancio o Valentiniano.
En el mes de agosto se celebra el famoso Carnaval de Savaria, uno de los más populares de Hungría. Miles de personas acuden en estas fechas para disfrutar de cuatro días en los que se evoca todo el pasado de miles de años de la ciudad de Szombathely. Y el momento más esperado es el desfile-procesión que se produce por las calles de la ciudad. Artistas, músicos, tragafuegos, unidos a los guerreros de diferentes ejércitos hacen de este desfile un espectáculo de colorido y musicalidad inolvidable.
Y aún hay más restos del paso del Imperio Romano por estas tierras. El Iseum, el antiguo santuario construido para la diosa Isis, ha sido extraordinariamente renovado y ofrece un lugar al aire libre peculiar, misteriosamente hermoso para óperas y obras de teatro durante el verano. En el Ruin Garden, todavía hay huellas de un santuario para Mercurius y un baño de ocho ángulos.
Hévíz
Hungría recibe también el nombre del País de los Balnearios. A los lagos de Egerszalók y Miskolctapolca (estos en el oriente del país), se le suma quizá el más conocido, el lago de Hévíz, situado en la ladera del norte del monte de Keszthely, en el centro de la ciudad. Gracias al movimiento constante, en este lago termal natural biológicamente activo más grande del mundo, la temperatura del agua es agradable durante todo el año, lo que permite un baño en cualquier estación. La temperatura del agua es de 23-25 °C en invierno, y puede subir hasta los 36-38 °C en verano.
El flujo del agua de izquierda a derecha, así como desde el fondo hacia arriba, ejerce un efecto de masaje para los bañistas. En invierno, el vapor condensado forma una capa sobre la superficie del lago, creando un inhalatorio natural. Esta capa evita que el agua se enfríe y su inhalación rejuvenece las agotadas cuerdas vocales. El agua turquesa del lago tiene un complejo efecto curativo, y su belleza también es agradable para la mente y el alma cansadas. Los visitantes nadan junto a la fauna acuática, los nenúfares que flotan en la superficie, los peces, las tortugas de estanque, los patos y los cisnes.
El lago se formó en el mismo período que el Lago Balaton. Su fuente actual emergió hace 20000-22000 años. Crecen en él diversos tipos de nenúfares: el nenúfar blanco europeo es oriundo de la región, mientras que el nenúfar morado fue introducido desde la India hace 100 años. Gracias al abundante suministro de agua, el lago de 4,4 hectáreas -con una profundidad de 38 metros- reemplaza sus aguas totalmente cada tres días.
Lago Balaton
Situado a menos de 100 kilómetros de la capital húngara, el Lago Balaton es el mayor lago de Europa Central y uno de los mayores de agua dulce de Europa. Con las agradables ciudades y pueblos que lo rodean y sus diversas atracciones, este lago depara muchas sorpresas incluso a quienes conocen bien la región. Las pintorescas Tierras Altas del Balaton, las ruinas de los castillos enclavados entre las ondulantes colinas, las carreteras serpenteantes, los encantadores edificios de piedra natural y las casas de campo rodeadas de viñas cautivan a los visitantes, así como a los aficionados al senderismo y al deporte, y los que buscan vistas impresionantes.
La temperatura media del agua es de 25 °C, lo cual hace el baño en sus aguas muy agradable. Otras atracciones turísticas son la navegación, la pesca y otros deportes acuáticos, igual que la visita a la zona rural y a las colinas de los alrededores; existen viñedos en la zona al norte y la vida nocturna está más desarrollada en su orilla sur.
Veszprém
Según cuenta la leyenda Veszprém, una de las ciudades más antiguas de Hungría, se fundó sobre siete colinas. En una de ellas, la colina del castillo, es donde se concentran los principales lugares de interés que ver la ciudad. Se la conoce como la Ciudad de las Reinas ya que todas las reinas de Hungría fueron coronadas en la Catedral de San Miguel. También en Veszprém sucedieron importes hechos para la historia de Hungría, como la victoria en el año 997 de Esteban I (primer rey de Hungría) tras heredar el trono de su padre contra su pariente Cupan que pretendía derrocarlo.
El próximo año, será una de las tres Capitales Culturales de Europa, junto a Timisoara (Rumanía) y Elausis (Grecia). Veszprém es una ciudad pequeña, alrededor de 60.000 habitantes, que se encuentra a 110 kilómetros de Budapest y muy cerca del Lago Balaton, esto la convierte en una ciudad muy interesante para escaparse a conocer su historia y su patrimonio durante un viaje por Hungría.
El mejor lugar para iniciar una visita a la ciudad es Óváros Tér, la Plaza de la Ciudad Vieja y el corazón urbano, ya que en ella se encuentra la oficina de turismo. Lo primero que llama la atención es el edificio del Ayuntamiento, construido en el año 1857, aunque también sobresale la Casa Posa, con su llamativa fachada de color amarillo. Actualmente es una biblioteca pero en el pasado fue una residencia de la Orden del Císter.
El Castillo de Veszprém fue construido en el S.XV y se convirtió en uno de los bastiones defensivos más importantes de Hungría. Está ubicado en una de las siete colinas sobre las que se fundó la ciudad y es su emblema. Durante la Segunda Guerra Mundial era un palacio residencial, lo que sin duda ayudó a que fuera uno de los pocos castillos que sobrevivió al conflicto. El castillo se estructura en torno a la calle Vár, a la que se accede por la Puerta de los Héroes. Este monumento conmemora a las víctimas húngaras de la Primera Guerra Mundial y en su interior hay una pequeña exposición sobre los héroes de la guerra.