<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno de Argelia llamó ayer a consultas “con efecto inmediato” a su embajador en Madrid, Said Moussi, tras el cambio de postura de España en relación con el Sáhara Occidental, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores argelino.</strong></h4> A través de una nota, el Ministerio afirma que se ha visto <strong>"muy sorprendido"</strong> por el apoyo de España al proyecto de autonomía de Marruecos para el Sáhara, y por ello llama a consultas al embajador Moussi, quien llevaba en Madrid menos de tres meses y había presentado sus Cartas Credenciales al Rey el pasado 13 de febrero. Se trata de la primera respuesta oficial de Argel a la decisión del Ejecutivo de calificar el plan de autonomía para el Sáhara Occidental presentado por las autoridades marroquíes el año 2007 es "la base más seria, creíble y realista" para alcanzar una solución al conflicto, tal y como buscaba Rabat desde hace mucho tiempo. Horas antes de conocerse<strong> la medida del Gobierno de Abdelmajid Tebboune</strong>, fuentes diplomáticas del país magrebí, citadas por el portal de noticias argelino TSA y recogidas por Europa Press, subrayaron que “finalmente Marruecos ha obtenido lo que quería de España”. Y se refieren a la decisión española como <strong>“la segunda traición”</strong>, indicando que la primera se produjo con el acuerdo firmado el 14 de noviembre de 1975, por el que España cedió el Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania, sin tener en cuenta la voluntad de la población saharaui. <strong>Fuentes gubernamentales dijeron ayer que el Gobierno español informó previamente al argelino</strong> sobre la posición de España en relación al Sáhara y, en la línea de lo manifestado el viernes por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, afirmaron que "Argelia es un socio estratégico, prioritario y fiable con el que pretendemos mantener una relación privilegiada". El viernes, Albares dio a entender que el Gobierno piensa<strong> que la entente con Marruecos no tendrá especiales consecuencias en la relación con Argel a quien considera un “socio fiable”</strong>. El Ejecutivo vaticinó que la asociación estratégica entre Madrid y Argel está llamada a perdurar en el tiempo” y no cree que vaya a haber represalias en el suministro del gas argelino, del que España es muy dependiente. Ayer, <strong>el ministro de Presidencia, Félix Bolaños</strong>, insistió en defender que el cambio de la postura de España permitirá tener una relación “buena” y “estable” con Marruecos, con el compromiso de “colaborar contra las mafias de trata de personas y contra la inmigración ilegal”. Sin embargo, el profundo cambio que se produce en la posición histórica de España, que siempre, con gobierno de distinto cariz político, ha defendido “una solución política, justa, duradera y mutuamente acordada en el marco de Naciones Unidas”, ha provocado la <strong>reacción del Frente Polisario</strong>. El movimiento que domina la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) emitió ayer un comunicado en el que tilda de <strong>“lamentable” el apoyo al plan de autonomía de Marruecos.</strong> El Polisario asegura que “la posición expresada por el Gobierno no tiene credibilidad, seriedad, responsabilidad y realismo, porque es una desviación peligrosa, contradice la legitimidad internacional, <strong>da apoyo la ocupación, y pretende legitimar la represión,</strong> crímenes de guerra y el saqueo de riquezas que Marruecos sigue utilizando contra el pueblo saharaui” Asimismo, considera que el cambio de opinión "parece ser" el <strong>resultado "de intensos meses de chantaje marroquí" contra España</strong> para restablecer las relaciones diplomáticas "en su estado anterior". Añade que esa nueva posición es "muy peligrosa" por mostrarse "en claro apoyo al enfoque unilateral" del Marruecos, "en contradicción con el Derecho Internacional". Tras recordar que organizaciones internacionales como la ONU, la UE o la Unión Africana no reconocen "ninguna soberanía marroquí" sobre el Sáhara Occidental, el comunicado afirma: “Esperábamos que España, por imparcialidad y sentido de sus responsabilidades legales e históricas, acompañara las dos partes y el nuevo enviado personal (de la ONU) para revitalizar el proceso político. Es lamentable que Madrid opte, una vez más, por someterse al chantaje marroquí y disipar las esperanzas que existían, alimentando la tensión, la escalada. La antigua colonia española del Sáhara Occidental fue ocupada por Marruecos en 1975 a pesar de la resistencia del Frente Polisario, con quien se mantuvo en guerra hasta 1991, cuando las dos partes firmaron un alto el fuego con vistas a la celebración de un referéndum de autodeterminación, pero las diferencias sobre la elaboración del censo y la inclusión o no de los colonos marroquíes ha impedido hasta ahora su convocatoria. El Frente Polisario termina haciendo un llamamiento a las fuerzas políticas españolas y "a todos a los pueblos de España" para presionar el Gobierno para que "corrija este error lamentable", y obliguen así al Ejecutivo a "asumir sus responsabilidades originarias". A nivel interno, las criticas le han llovido al Ejecutivo, tanto desde la oposición como desde los socios y aliados del Gobierno. Así, los grupos parlamentarios<strong> Republicano, Más País, Compromís, NCa, CC, Junts per Catalunya, PDeCAT, CUP, EH-Bildu, BNG, y PNV anunciaron que mañana, lunes pedirán en el Congreso de los Diputados una petición de comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez</strong>, para dar cuenta sobre el cambio de postura o con respecto al Sáhara Occidental. Ayer, el candidato a presidir el PP, <strong>Albero Nuñez Feijóo, acusó a Sánchez de romper un consenso parlamentario de casi 50 años</strong> en materia de política de exterior, y añadió que los españoles no pueden enterarse de este acuerdo por el Gobierno de Marruecos, ya que considera que es "una falta de respeto que no se puede aceptar". Especialmente crítica se mostró<strong> la Fundación FAES,</strong> que dirige el<strong> ex presidente del Gobierno José María Aznar,</strong> a través de un editorial en el que califica el giro del Ejecutivo de <strong>“chapuza política» y una «derrota» en términos diplomáticos ante Marruecos.</strong> <strong>«El Gobierno se alinea sin matices con la posición marroquí</strong>, acepta sus pretensiones y al vincular esta nueva posición española con la garantía de la integridad territorial de Marruecos -según se declara en la mencionada carta- no hacen falta interpretaciones complicadas para concluir que Sánchez atribuye a Marruecos la soberanía sobre el Sáhara», lamenta FAES:<strong> «Reproduce así el precedente de Donald Trump»,</strong> dice. Según FAES, el Gobierno «se desentiende de las responsabilidades de nuestro país como potencia colonizadora y renuncia a ser una parte activa en la búsqueda de una solución, además de abrir una previsible crisis con Argelia en un momento en el que conviene cuidar a los productores de gas alternativos a Rusia». Y esto, -añade- ocurre con <strong>un «Gobierno que se autodenomina progresista»</strong> y está «formado por partidos que peregrinaban a Tinduf para hacerse fotos con los saharauis y poblaban todo tipo de asociaciones de solidaria amistad con estos». <strong>Desde Unidas Podemos, el secretario de Estado para la Agenda 2030 y secretario general del Partido Comunista de España (PCE), Enrique Santiago</strong>, afirmó ayer que el Gobierno de España, del que él forma parte, "no puede apoyar ninguna medida contraria al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui". Santiago aseguró que "Marruecos está manteniendo una situación de ocupación, colonial", sobre el Sáhara, de modo que lo que está sucediendo allí, según ha argumentado, es "un escenario muy similar al de Ucrania", país invadido por Rusia, y se está viviendo "desde hace demasiados años".