El 4 y 6 de marzo el Teatro de la Zarzuela de Madrid ofrecerá en modo concierto dos funciones de la ópera Tabaré, del compositor Tomás Bretón, considerada como “una obra maestra intensa y hermosa”, tras 109 años de silencio.
En su estreno, fue un éxito rotundo, absolutamente unánime de acuerdo con lo que recoge toda la prensa de la época, pero la historia volvería a sorprender a propios y extraños con otra incomprensible y triste paradoja: después de las tres funciones de aquel esperado estreno, no exento de trabas y problemas, Tabaré quedó sumida en un profundo silencio que la condenó al olvido aun siendo una de las obras predilectas del compositor. 109 años exactos han pasado de aquella premier.
Tabaré, obra escrita en tan solo un año, es una composición de madurez que sintetiza el lirismo melódico de la tradición italiana, el tratamiento armónico de la ópera wagneriana y sonoridades propias del impresionismo. El propio Bretón la consideraba su obra más personal e independiente. El tema sobre el que se desarrolla el argumento de Tabaré no puede ser más particular: la lucha entre los indios charrúas (que poblaban en el siglo XVI lo que hoy es Uruguay) y los españoles. Una temática nada convencional -sobre todo para un compositor español- con libreto del propio Tomás Bretón basado en el poema épico homónimo de Juan Zorrilla de San Martín.