<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno español rechazó ayer “tajantemente” las “descalificaciones” realizadas en los últimos días por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, contra España y las empresas españolas que trabajan en ese país.</strong></h4> A través de un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ejecutivo pasó de manifestar “sorpresa” por las palabras de López Obrador, a través del <strong>titular de ese departamento, José Manuel Albares,</strong> a manifestar un <strong>rechazo pleno de las palabras del mandatario mexicano,</strong> después de que ése insistiera ayer en <strong>acusar a las compañías españolas de “abusar” de México.</strong> López Obrador intentó matizar ayer, en una nueva rueda de prensa, su anuncio de ir hacia una “pausa” en las relaciones con España, afirmando que <strong>no es una “ruptura”, sino un tiempo en el que autoridades y empresas españolas deben "internalizar" que ya no cabe el "saqueo"</strong> ni la "corrupción". En cualquier caso, lejos de intentar calmar la situación, el mandatario mexicano echó más leña al fuego, mencionando expresamente a varias compañías españolas, como <strong>Iberdrola, Repsol, OHL y BBVA</strong>, de las que dijo que “apoyadas por el poder político, que abusaron de nuestro país, de nuestro pueblo y nos vieron como tierra de conquista”. López Obrador aseguró que <strong>las empresas españolas jugaron un papel clave en la corrupción del sistema en México </strong>y que en cada sexenio había una empresa favorita de España. Por ello, habló de que se abrirá una nueva etapa para los inversores españoles en México: <strong>"Deberían de ofrecer hasta disculpas</strong>, no lo han hecho, no importa, pero vamos a entrar en una nueva etapa despacio", dijo, al tiempo que avisó de que las empresas ya no pueden optar a contratos públicos en el país norteamericano sin ningún trámite, con la supuesta connivencia con autoridades locales. La reacción oficial de repulsa del Gobierno español a las acusaciones de López Obrador se produjo en la tarde de ayer, después de que la noche anterior <strong>Albares hubiera mantenido una conversación telefónica con el canciller mexicano, Marcelo Ebrard,</strong> a quien le mostró el malestar del Ejecutivo por las palabras del presidente. En el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores se indica que <strong>España y México son “socios estratégicos”</strong> y están unidos “por profundos lazos humanos, culturales, históricos, lingüísticos y económicos”. Y se recuerda que “<strong>más de 175.000 españoles viven en México y cerca de 30.000 mexicanos residen en nuestro país”.</strong> Además, que<strong> España es el segundo inversor en México y cuenta con 7.000 empresas en ese país.</strong> Igualmente, se subraya que <strong>“la inversión española se eleva por encima de 70.000 millones de euros y la mexicana en España supera los 25.000 millones”. </strong> El comunicado afirma, en cualquier caso, que “España trabajará siempre por mantener las mejores relaciones con México y reforzar los lazos con este pueblo hermano”. Y concluye asegurando que “el Gobierno <strong>desea unas relaciones basadas en el respeto mutuo, como quieren los españoles y los mexicanos, sin este tipo de manifestaciones”.</strong> En algunos medios mexicanos se ha relacionado la nueva ofensiva contra España lanzada por López Obrador con un intento de desviar la atención por las dificultades que está teniendo el presidente mexicano para sacar adelante la reforma eléctrica. Recientemente, recibió a John Kerry, enviado especial de Estados Unidos para el clima, quien habría dejado claro al presidente de México que si desean seguir en el Tratado de Libre Comercio deberían renunciar a las energías “sucias” y apostar por las renovables.