<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, reclamó ayer en el Congreso que las fuerzas políticas españolas demuestren respecto a Ucrania la misma “unidad que ha sido posible en Europa y con los aliados trasatlánticos”. Por su parte, el PP afirmó que España no puede ser un socio “creíble y fiable” con un Gobierno que no habla “con una sola voz” sobre este conflicto y Unidas Podemos expresó “todo su apoyo” al Ejecutivo si apuesta por la paz y reclamó un régimen de “neutralidad” para Ucrania, fuera de Alianza Atlántica.</strong></h4> <strong>Rusia es “una amenaza” para Europa y para el mundo y sus peticiones a Occidente para “aislar a Ucrania son inaceptables”, </strong>afirmó el ministro durante su comparecencia ante la <strong>Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados </strong>para explicar, a petición propia, la actual crisis entre Ucrania y Rusia. Moscú ha exigido garantías de que Ucrania no va a ingresar en la OTAN y que se retiren todos los efectivos de la Alianza desplegados en los países que ingresaron después de 1997. “Todo esto es inaceptable, viola la legalidad internacional y es una amenaza para la paz”, advirtió Albares. El objetivo de estas demandas, añadió, es “bloquear la ampliación de la OTAN” y recuperar la antigua “esfera de influencia” de Rusia. Según Albares, el despliegue de más de 100.000 efectivos en la frontera con Ucrania “no se justifica por motivos defensivos” y, por ello, <strong>“cualquier agresión rusa a Ucrania supondría una violación gravísima del derecho internacional y debería tener una respuesta contundente” </strong>canalizada a través de “medios distintos de los militares”, como la imposición de “sanciones masivas” que tendrían un “alto coste” para el régimen de Vladimir Putin. Según Albares, el Gobierno actúa “tal y como quieren los españoles”, a través del “diálogo y la resolución pacífica de los conflictos”, la “solidaridad europea y transatlántica”, el “respeto al derecho internacional” y el respeto a la “soberanía e integridad territorial de Ucrania”. “No queremos contribuir a la escalada militar", pero existen “líneas rojas” o “principios irrenunciables”, como el derecho de todo Estado soberano a elegir las alianzas militares que desee, advirtió. Por ello, aunque “España aspira a tener las mejores relaciones con la Federación Rusa”, también “debe quedar claro que actuará siempre con firmeza en defensa de la legalidad internacional”. En este contexto, advirtió, España no se puede “desentender” de sus compromisos con la UE y con la OTAN, y para ello, es necesario que haya “unidad también en España” en lo referente a esta crisis. <strong>“Que lo que ha sido posible en Europa y con los aliados trasatlánticos sea posible también con las fuerzas política españolas”</strong>, manifestó. <h5><strong>PP y Unidas Podemos</strong></h5> Durante su intervención, <strong>la portavoz del PP en la Comisión de Exteriores, María Valentina Martínez Ferro</strong>, criticó que la comparecencia se haya producido en Comisión y no ante el pleno y advirtió de que es <strong>el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien debe dar las explicaciones. </strong>Asimismo, lamentó que el jefe del Ejecutivo todavía no se haya puesto con contacto con el líder del PP, Pablo Casado, para hablar sobre Ucrania y preguntó al ministro <strong>cómo puede pretender que España sea un socio “creíble y fiable” con un Gobierno que no habla “con una sola voz” sobre este conflicto</strong>, en referencia a las posiciones discrepantes que ha mostradoUnidas Podemos respecto a sus socios socialistas en el Ejecutivo. Una de las intervenciones más esperadas, tras las polémicas declaraciones de los últimos días, fue la del socio de Gobierno del PSOE, <strong>Unidas Podemos (UP), cuyo portavoz en la Comisión de Exteriores, Antón Gómez-Reino,</strong> defendió “la diplomacia, la desescalada e incluso la desmilitarización de zonas de Europa” y aseguró el Gobierno tendrá “todo el apoyo” de su formación para “construir una política de paz”. Asimismo, criticó las “derivas ultranacionalistas” de Putin pero, al mismo tiempo, <strong>rechazó la expansión de la OTAN hacia el este y apostó por “alimentar para Ucrania un régimen de neutralidad similar al de Finlandia” y fuera de la Alianza Atlántica.</strong>