The Diplomat
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, mantuvo ayer en Bruselas su primera reunión con la nueva jefa de la diplomacia alemana, Annalena Baerbock, con quien abordó, entre otros asuntos, la reforma del mercado energético.
La reunión, celebrada en la sede de la delegación española en Bruselas, fue “larga muy productiva” y reveló una “sintonía en prácticamente todos los asuntos que hemos tratado”, explicó Albares en la rueda de prensa posterior al Consejo de Asuntos Exteriores de la UE.
“De entrada hemos constatado que somos dos gobiernos europeístas, dos gobiernos progresistas que tenemos una visión muy similar y coincidente sobre los principales dosieres europeos, y hemos hecho un énfasis importante en todo lo que toca al cambio climático, y los aspectos de la política exterior que tienen que ver con el cambio climático, y en el avance de la igualdad de género en el mundo como factor importante de nuestra política exterior”, prosiguió.
“También hemos debatido sobre la importancia de trabajar juntos por un mercado único europeo de energía en el que las interconexiones energéticas en la UE sean un elemento central”, explicó el ministro. “No hemos entrado en detalle, le he presentado la propuesta española” y ambos coincidieron en que el principal reto del mercado energético europeo es “conseguir interconexiones a nivel europeo, algo por lo que España aboga desde hace muchísimos años, mucho antes de hacer esta propuesta energética sobre el mercado del gas”, agregó.
El pasado mes de septiembre, el Gobierno de Pedro Sánchez elevó una propuesta a la Comisión Europea para centralizar la compra del gas natural -a semejanza del esquema europeo unificado de adquisición de vacunas contra el COVID-19- a fin de contener los precios de la energía eléctrica y para llevar a cabo una reforma profunda del mercado europeo de electricidad a fin de frenar la especulación. En octubre, y tras el evidente rechazo de esta primera iniciativa, España introdujo nuevas propuestas que incluían la sustitución del sistema actual de fijación de precios, basado en el coste del gas, por otro basado en el coste de las energías renovables.
En los debates, España sólo contó con el apoyo de los países del Sur y con el rechazo abierto de una decena de países liderados por Alemania. El pasado 1 de diciembre, el Gobierno alemán encabezó una declaración conjunta de nueve países en la que se rechazaba cualquier reforma del sistema energético que esté en la línea con lo que propone España, por considerar que supondría “una desviación de los principios de la competencia del mercado de electricidad y gas” y, por tanto, “socavaría la rentabilidad del sistema energético”.