<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, efectuará hoy una visita oficial a Madrid coincidiendo con el malestar que se ha creado en Grecia por la reciente cumbre hispano-turca y por las noticias sobre la posible venta a Turquía de un portaaviones y un submarino.</strong></h4> De acuerdo con la agenda prevista, Anastasiadis almorzará con el Rey y acudirá al Palacio de La Moncloa para reunirse con <strong>el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez</strong>, quien el pasado 11 de noviembre mantuvo una conversación telefónica con el propio mandatario chipriota. Junto a Anastasiadis viajará <strong>el ministro de Asuntos Exteriores de Chipre, Nicos Christodoulides, quien mantendrá un desayuno de trabajo con su homólogo español, José Manuel Albares, en el Palacio de Viana</strong>. Durante la citada conversación entre Pedro Sánchez y Nikos Anastasiadis, según informó el Gobierno chipriota, ambos mandatarios acordaron la celebración, el 9 de diciembre, de una visita oficial para “fortalecer aún más las relaciones entre los dos países” y abordar diversos asuntos, como la agenda de la UE, la paz y la seguridad, la estabilidad en el Mediterráneo Oriental, la migración y otros desafíos comunes. Aparte, <strong>el presidente chipriota informó a Sánchez sobre las últimas novedades en la cuestión de Chipre “en vista de la próxima visita del presidente del Gobierno español a Turquía”.</strong> Pedro Sánchez y buena parte de su Gobierno se trasladaron a Ankara el pasado 17 de noviembre para participar en la <strong>VII Cumbre Hispano-Turca</strong>, en el curso de la cual el presidente del Gobierno ofreció el apoyo de España para “trabajar juntos” en favor del “acercamiento progresivo” de Turquía a la Unión Europea y <strong>el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan</strong>, agradeció “el apoyo de España” para mejorar las relaciones con la UE frente a los “planes mezquinos de algunos países miembros” y anunció que su Gobierno desea adquirir un segundo portaaviones y una serie de submarinos para su Marina en colaboración la empresa española Navantia, que ya está ayudando a los turcos en la construcción de un portaaviones más pequeño. La cumbre se produjo en un momento de fuertes desencuentros entre la UE y Turquía. Uno de los principales puntos de fricción está relacionado con<strong> las perforaciones no autorizadas de las autoridades turcas en el Mediterráneo Oriental, que fueron duramente condenadas por Grecia y Chipre </strong>y motivaron la aprobación de unas sanciones por parte de la UE que fueron renovadas recientemente hasta noviembre de 2022. Aparte, Turquía y la UE mantienen fuertes diferencias por <strong>el eterno problema de Chipre</strong>, un país dividido desde 1974 entre una autoproclamada República Turca del Norte de Chipre, únicamente reconocida por Ankara, y la República de Chipre, una entidad mayoritariamente greco-chipriota, con capital en Nicosia, que sí cuenta con reconocimiento internacional e incluso figura como Estado miembro de la UE. España ha reiterado en numerosas ocasiones que la solución al conflicto debe basarse en los parámetros de Naciones Unidas (que defiende una unificación de la isla como Estado bizonal y bicomunal) y en la adopción de medidas de fomento de la confianza que permitan mejorar las relaciones entre Turquía y la UE. <h5><strong>Irritación de Grecia</strong></h5> La celebración de la cumbre con Erdogan ha provocado un gran malestar en el Gobierno griego, especialmente tras las palabras del presidente turco sobre el portaaviones y el submarino. Los medios de comunicación griegos se han hecho eco del malestar de su Gobierno en términos poco amistosos con España, subrayando que su actitud no ha sido la que se esperaba de un país amigo y socio en la Unión Europea, que parece estar más cerca de Turquía que de Grecia. Por todo ello, <strong>el Gobierno griego convocó a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores al embajador español en Atenas, Enrique Viguera</strong>, dos días después del encuentro de Ankara, para pedir aclaraciones sobre la cumbre, según pudo saber <em>The Diplomat</em>. Asimismo, <strong>el ministro griego de Asuntos Exteriores, Nikos Dendias, habló por teléfono con José Manuel Albares </strong>para transmitirle sus preocupaciones por la celebración de la cumbre bilateral y el propio Dendias afirmó posteriormente en su cuenta de Twitter que “Albares dio aclaraciones y sugirió una visita inmediata a Atenas para una plena aclaración sobre las cuestiones relevantes”. Fuentes diplomáticas señalaron a <em>The Diplomat</em> que los dos Ministerios están cerrando las fechas de la visita, que tendrá lugar, en cualquier caso, a mediados de diciembre. <h5><strong>Pablo Casado se sube al carro del malestar entre Madrid y Atenas</strong></h5> La crisis con Grecia ha sido aprovechada por el PP para criticar la política exterior del Gobierno de Pedro Sánchez y para preguntar al ministro de Asuntos Exteriores en el Congreso de los Diputados por los acuerdos en materia de defensa alcanzado con Ankara. “Tras el viaje de Sánchez a Turquía, desde el PP reiteramos nuestra defensa a la integridad territorial de Grecia y Chipre como miembros de la Unión Europea y el respeto a los derechos humanos y la política comunitaria de seguridad e inmigración para nuestras relaciones exteriores”, declaró el líder, <strong>Pablo Casado</strong>, en su cuenta de Twitter. El propio <strong>Pablo Casado se trasladó la semana pasada a Grecia y Chipre</strong>, donde mantuvo una cena con el primer ministro heleno, Kyriakos Mitsotakis, líder de Nueva Democracia, y un encuentro con el presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis. Durante su gira, el líder del PP expresó su apoyo a la integridad territorial de estos países y pidió la solidaridad europea en la protección de las fronteras ante la presión migratoria. “El PP siempre ha estado cerca de Grecia y Chipre en sus reclamaciones de integridad territorial, igual que ellos estuvieron cerca de España cuando ha habido desafíos independentistas dentro de nuestra nación”, declaró.