<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La defensa de la democracia, la lucha contra las pandemias, la recuperación económica y el cambio climático protagonizaron ayer en la sede de la Casa de América en Madrid el acto conmemorativo del XXX aniversario de las Cumbres Iberoamericanas, en el que participaron ocho jefes de Estado y Gobierno de la región, entre ellos el Rey Felipe VI, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.</strong></h4> La celebración de los 30 años de las Cumbres Iberoamericanas es “una buena oportunidad para dar a conocer mejor lo realizado juntos durante tres décadas” y para “analizar los retos que nos apremian y que nos exigen encontrar soluciones en los próximos años, para escuchar las demandas de nuestras sociedades a las que tendremos que dar respuesta y, sobre todo, para reflexionar sobre el futuro de nuestra Comunidad Iberoamericana con el objeto de continuar impulsando su construcción”, declaró <strong>Felipe VI</strong> durante el cierre del acto, que estuvo conducido por la presidenta de la Agencia EFE, Gabriela Cañas. “Debemos, ante todo, aprovechar esta celebración para manifestar nuestro orgullo de ser iberoamericanos y nuestro compromiso de avanzar juntos cada vez más, compartiendo el camino, hacia un futuro que de tantas maneras será común”, prosiguió. “Con ello, estaremos dando cumplimiento a lo que acordamos en la Declaración de Guadalajara al expresar nuestra voluntad de contribuir unidos a un futuro común de paz, mayor bienestar e igualdad social”, agregó. Por su parte, <strong>el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez</strong>, afirmó durante la inauguración que uno de los grandes retos de la Comunidad Iberoamericana es “el asentamiento, la consolidación y el avance de las democracias”, porque “la democracia, el respeto al Estado social y de derecho, los derechos humanos, la seguridad jurídica, la institucionalidad y las libertades son tareas que nos convocan a todos”. “Estos valores, que a veces damos por conquistados, exigen una dedicación constante y absoluta” y, ese sentido, “queda mucho por hacer a este respecto en nuestra región”, prosiguió Pedro Sánchez, sin mencionar casos concretos. Las Cumbres Iberoamericanas son el lugar adecuado para esa labor porque constituyen “un foro especialmente valioso, por encima de ideologías y gobiernos de turno, que debemos conservar, proteger y cuidar y enriquecer en favor de las generaciones venideras”, advirtió. <h5><strong>Duque y Piñera</strong></h5> Tras la inauguración se celebraron dos paneles en los que participarán los presidentes de los países que hasta la fecha hayan acogido al menos dos cumbres iberoamericanas. En el primer panel, titulado <em>Logros del sistema de cumbres en 30 años</em> y moderado de forma presencial por el que fuera primer secretario general iberoamericano Enrique V. Iglesias, <strong>el presidente de Colombia, Iván Duque</strong>, denunció (por videoconferencia) que “la mayor crisis migratoria del mundo” se encuentra en Iberoamérica, con “más de seis millones de hermanos venezolanos en todo el continente”. Por ello, advirtió, “necesitamos una gran respuesta diplomática social y económica a esta situación” y defender la democracia, que está “en riesgo de democracia en América Latina y requiere especial atención”. En el mismo panel –en el que también intervinieron de forma presencial la vicepresidenta de República Dominicana, Raquel Peña; y de forma virtual el ministro de Asuntos Exteriores de Portugal, Augusto Santos Silva-, <strong>el presidente de Chile, Sebastián Piñera</strong>, también llamó la atención sobre la necesidad de mantenerse “siempre alertas y nunca bajar la guardia en la defensa de los valores de la libertad la democracia los derechos humanos”. “Antes, los enemigos de la democracia y derechos humanos eran los golpistas, pero ahora, muchas veces, los enemigos conquistan el poder democráticamente y deciden destruir desde dentro la democracia que les permitió llegar al poder”, agregó Piñera a través de videoconferencia. <h5><strong>Fernández, Abinader, Cortizo y Rebelo de Sousa</strong></h5> En el segundo panel, moderado también de forma presencial por la exsecretaria general iberoamericana Rebeca Grynspan y que estuvo dedicado a los desafíos de la comunidad iberoamericana de naciones (y en el que todos los participantes intervinieron de forma virtual, salvo Pedro Sánchez), <strong>el presidente de Argentina, Alberto Fernández</strong>, advirtió de la necesidad de “repensar la arquitectura financiera internacional” a fin de que los países de renta media, entre ellos los iberoamericanos, puedan “acceder a financiamiento exterior”, y defendió la intensificación de las relaciones con el Banco Europeo de Inversiones (BEI), un reto en el que “España y Portugal juegan un rol esencial porque son nuestros puertos de entrada en la UE”. Por su parte, <strong>el presidente de República Dominicana –país sede de la próxima Cumbre de 2022-, Luis Abinader</strong>, advirtió de que la “dimensión ambiental es ya tan importante como la social y la económica, porque no podemos sostener un paneta que devora sus recursos y a sus personas”. Por ello, defendió una “alianza por una transición justa” porque “no puede ser que los que menos contribuimos al calentamiento global tengamos que asumir los mayores costes”. Asimismo, <strong>el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo</strong>, aprovechó su intervención para presentar una “propuesta concreta” para luchar contra el COVID en la región: que la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) ponga en marcha un mecanismo iberoamericano, “a través de COVAX o el que SEGIB determine”, para la “donación conjunta de vacunas a los países de Iberoamérica y Caribe sumamente atrasados en el proceso de vacunación”, lo que representaría una forma de “solidaridad adicional a la de otros países, como España”. Como antesala del cierre del acto, <strong>el presidente Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa</strong>, afiormó que la Comunidad Iberoamericana debe aprovechar los idiomas español y portugués, que representan “un poder demográfico presente en todos los continentes”, para “ser más poderosos en el mundo” y actuar “juntos” en la lucha contra las pandemias a través de un “futuro tratado mundial prevención pandemia”, en la creación de “estructuras permanentes para vacunaciones futuras”, en el fomento de “la recuperación económica y la inclusión social” y en la defensa de “posiciones conjuntas” en materia digital, transición energética y clima.