<h6><strong>Marta Martínez</strong></h6> <h4><strong>La conveniencia de que España vaya de la mano con grandes potencias para que sus iniciativas sobre el Mediterráneo sean eficaces se puso de relieve ayer en una mesa redonda organizada en Madrid con motivo de la presentación del informe "A moment to reflect: Creating Euro-Mediterranean bonds that deliver", publicado por el Cidob (Barcelona Centre for International Affairs), el Real Instituto Elcano y la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad.</strong></h4> La mesa redonda, bajo el título <strong>‘Europa y el Mediterráneo: ¿qué futuro en común?</strong>’ fue introducida por el d<strong>irector de Elcano, Charles Powell; el director de la oficina en Madrid de la</strong> <strong>Friedrich Naumann Foundation</strong>, <strong>David Henneberger</strong>; el <strong>director de Cidob, Pol Morillas</strong>; y la <strong>secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, Ángeles Moreno,</strong> quienes apuntaron, entre los desafíos a los que se enfrenta la región Mediterránea, el cambio climático y las amenazas híbridas. La secretaria de Estado destacó el desafío que la pandemia del COVID-19 ha supuesto para el Mediterráneo, multiplicando y reproduciendo sus crisis sociales. Insistió, sin embargo, que ese desafío debe afrontarse con solidaridad, y recordó que <strong>España ha llevado a cabo acciones como la provisión de médicos y vacunas a la región del Mediterráneo.</strong> Añadió que la crisis sanitaria debe considerarse como una oportunidad de mejora, especialmente en la digitalización y su influencia en la educación. Ángeles Moreno agradeció la colaboración de diversas entidades como la UPM (Unión por el Mediterráneo) y otras iniciativas que aumentan el número de proyectos euro-Mediterráneos para desarrollar y prosperar en ámbitos como la economía azul, el medioambiente y el desarrollo de la mujer. En la mesa redonda, que tuvo a la periodista de El País <strong>Ángeles Espinosa</strong> como moderadora, participaron <strong>Haizam Amirah Fernández, investigador principal del Real Instituto Elcano</strong>; y <strong>Eduard Soler, investigador sénior del CIDOB</strong>, <strong> </strong> Fernández recordó que el Mediterráneo es una de las regiones en las que Unión Europea ha invertido más esfuerzos y se refirió a la <strong>Declaración de Barcelona de 1995,</strong> por la que los países de la Unión Europea y los doce países del Sur del Mediterráneo trataron de crear en la región un espacio de cooperación económica, esfuerzo común y prosperidad. Explicó que, pese a esa intención, <strong>los objetivos establecidos para el horizonte de 2010 no han progresado lo suficiente</strong>, y señaló que las principales causas de ello han sido los desafíos y dificultades económicos y financieros del contexto internacional -como el Brexit o las revueltas antiautoritarias-, y la voluntad política, la cual -dijo- no ha estado a la altura de los compromisos conjuntos. Por su parte,<strong> Eduard Soler insistió en esa idea, recalcando que “margen hay, pero se agota el tiempo</strong>”. Por ello, propuso, como estrategia de mejora, el pensar en todos los futuros alternativos que puedan darse, teniendo en cuenta la situación del Mediterráneo, y emprender acciones para alejarse de aquellos que no interesan. Ambos estudiosos hicieron hincapié en el hecho de que el autoritarismo es el principal régimen de los países al sur del Mediterráneo, y, según puso de relieve Haizam Amirah Fernández, eso genera una especie de <strong>dilema entre preferir una democratización de los países autoritarios, lo cual implicaría inestabilidad, cambios y tensiones; o la estabilidad que supondría continuar con un régimen autoritario</strong> que es capaz de controlar a la cada vez más creciente población de Oriente Medio. Soler planteó la duda de hasta qué punto, en el conjunto de países autoritarios puede haber uno que entienda que la ausencia de cambio supone un peligro para su propia supervivencia. Los participantes en la mesa redonda coincidieron en que <strong>la colaboración entre los países vecinos del Mediterráneo resulta tan ardua como necesaria</strong> para asegurar la prosperidad de la región. Y, con respecto a<strong> España subrayaron que es una potencia de grado medio, con capacidades medias, pero está bien posicionada por tener unos aliados fuertes</strong>. Por eso, convinieron en que las iniciativas españolas tendrán tracción cuando vayan de la mano de esos actores y estén destinadas al interés común y no al nacional.