Alberto Rubio
A tres semanas de la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo, que comenzará en Madrid el próximo 30 de noviembre, Zurab Pololikashvili pidió ayer a los 159 países miembros colaboración para “formalizar protocolos armonizados y aceptados a nivel mundial para el libre movimiento de turistas”. El objetivo: superar definitivamente el duro impacto de la pandemia en el sector turístico.
El dirigente de la OMT afirmó, durante un acto celebrado en el Hotel Ritz de Madrid, que “no podemos permitirnos el lujo de quedarnos quietos” y recordó la activa participación de esta organización en la Cumbre sobre el Futuro del Turismo, celebrada en Barcelona; el World Travel Market de Londres y la COP26 de Glasgow. “La semana próxima”, añadió, “participaré también en la Cumbre de Ministros de la UE, que es un motor principal hacia la reapertura del turismo”.
Ante un centenar de embajadores y diplomáticos, Pololikashvili desgranó las cifras dejadas por la pandemia en el turismo: 1.000 millones de viajeros menos que en 2019; pérdidas de 2 billones de dólares, el 70% del total mundial; 100 millones de puestos de trabajo perdidos; cientos de miles de empresas arruinadas.
Ante ese panorama, el secretario general de la OMT señaló que esta organización “supo adaptarse” frente a una crisis que “ha demostrado la relevancia del turismo para la sociedad y la economía”. En este sentido, repasó el trabajo desarrollado por la OMT desde el comienzo de la pandemia con diferentes organismos como la Organización de Aviación Civil Internacional de la ONU (OACI); la FAO; y el Banco Europeo de reconstrucción y Desarrollo (BERD).
Con la OACI “trabajamos para recuperar la confianza en los viajes aéreos”, dijo Pololikashvili, con la FAO, “para que el turismo impulse el desarrollo sostenible en la zonas rurales” y con el BERD “estamos prestando apoyo mediante nuestro paquete de asistencia técnica para la recuperación del turismo”.
El secretario general subrayó que ha cumplido su compromiso de 2019 para el programa de trabajo de 2020-2021 al “diseñar y catalizar un Fondo Fiduciario Multilateral para el Turismo con el Banco Mundial”. Además, se lanzaron campañas en medios de comunicación como la CNN, Euronews y la agencia Xinhua mientras la OMT aumentó su “huella digital” para apoyar a los países miembros “mediante colaboraciones con Google, Instagram y Facebook”.
En el ámbito educativo y de formación, además del lanzamiento de la Liga de Estudiantes, el trabajo de la Organización se centró en ampliar las competencias profesionales de los jóvenes con iniciativas como la Academia Online, en colaboración con IE University, y una docena de cursos impartidos en universidades como las de Glion, Ecole D’ucasse, o Les Roches.
En cuanto a los emprendedores, la OMT organizó 17 concursos de innovación, en los que se registraron más de 10.000 proyectos de 150 países y gracias a los cuales las start-ups ganadoras consiguieron más de 74 millones de dólares para sus iniciativas.
A todo ello se añade la creación del Comité de Crisis Mundial de la OMT; la potenciación del Barómetro del Turismo; la elaboración de las Recomendaciones para la Recuperación; la armonización de protocolos de viaje; la actualización de la Agenda de la OMT para África, incluida la iniciativa Brand Africa; y el primer Código Internacional para la Protección de los Turistas.
“No ha sido fácil”, dijo Pololokashvili, que se mostró esperanzado en que “el año que viene nos traiga mejores resultados y que volvamos a viajar sin límites ni restricciones”. Para ello, animó a todos los países miembros a participar en la Asamblea General porque “sólo uniendo nuestras fuerzas podemos llegar al éxito”.