<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>España va a participar en la misión internacional de observación del alto el fuego en Libia mediante el envío de siete efectivos de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Ejército.</strong></h4> La misión fue pactada en Libia en octubre de 2020 con las nuevas autoridades de Libia. Los observadores no irán armados y se desplegarán bajo el paraguas de la Misión de la ONU en Libia (UNSMIL). El despliegue será por etapas y en la fase inicial estará formado por sesenta miembros, según la propuesta presentada por el <strong>secretario general de la ONU, Antonio Guterres</strong>. El pasado 30 de septiembre, el Consejo de Seguridad de la ONU prorrogó hasta enero de 2022 el mandato de la UNSMIL. El <strong>presidente del Gobierno, Pedro Sánchez</strong>, anunció la participación de España en la misión el pasado 2 de junio, un día antes de su viaje a Trípoli para reunirse con las nuevas autoridades del país norteafricano. El pasado 27 de octubre, el director general de Política Exterior y de Seguridad del Ministerio de Asuntos Exteriores, Federico Torres, anunció durante un encuentro organizado por el Real Instituto Elcano en Madrid que España estará “pronto en Libia, en la misión de observación del alto el fuego”, pero no dio más detalles. Según informaron posteriormente fuentes de Exteriores a <em>The Diplomat</em>, <strong>la presencia española estará formada por siete personas, entre miembros de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y del Ejército. </strong> El <strong>ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares</strong>, participó el pasado 21 octubre en Trípoli en la Conferencia Ministerial para la Estabilización de Libia, donde expresó el apoyo de España “a que las elecciones se celebren como está previsto el 24 de diciembre” y advirtió de “la necesidad de estabilizar el país con la salida de todos los combatientes extranjeros, incluidos los mercenarios”. Tres días antes, el ministro participó en Luxemburgo en un desayuno de trabajo junto a sus colegas de la UE, la ministra de Exteriores libia, Najla Mangoush, y el alto representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, en el que aseguró que “España va a estar cada vez más comprometida con Libia” porque “es un país mediterráneo muy importante, en el que convergen muchas de las crisis que afectan al Mediterráneo, al Magreb y al Sahel”, como el terrorismo yihadista y la inmigración irregular. Según Exteriores, el principal objetivo estratégico de la cooperación española en Libia es, en estos momentos, contribuir a reforzar las capacidades del país en su proceso de reconstrucción y transición política. En 2012, España aportó un millón de euros al programa de asistencia electoral de la Misión de Naciones Unidas en Libia y hasta la fecha ha hecho aportaciones significativas a los programas coordinados por la Oficina de la OCHA para el país norteafricano. Aparte, España participa como Estado miembro de la Unión Europea en los instrumentos financieros de la Política Exterior y de Seguridad Común que se destinan a mejorar la situación del país en múltiples ámbitos. Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil desde 2011, cuando la OTAN contribuyó al triunfo de los distintos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.