<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La crisis política que vive Portugal salió ayer a relucir, inevitablemente, durante la XXXII Cumbre Hispano-Portuguesa, celebrada en Trujillo (Cáceres) bajo el lema <em>Por la movilidad sostenible </em>y en la que ambos Gobiernos adoptaron una Declaración Conjunta en la que reafirmaron su voluntad de seguir trabajando juntos en el seno de la Unión Europea y la OTAN.</strong></h4> Como ya se había anunciado previamente, durante la Cumbre se firmaron <strong>nueve acuerdos</strong>, entre los que destaca, además del Tratado de Amistad y Cooperación -que no deroga, sino complementa, el anterior Tratado suscrito en 1977 por el ex presidente Adolfo Suárez y el ex primer ministro Mario Soares-, el acuerdo de cooperación para impulsar proyectos conjuntos, en el marco de los planes de recuperación, en cuatro áreas prioritarias: vehículo eléctrico y conectado, transición ecológica y energías renovables, programas y tecnologías espaciales y desarrollo de infraestructuras digitales. Asimismo, los dos Gobiernos se comprometieron a impulsar una alianza digital ibérica para cooperar en áreas como el <em>hub </em>de conectividad digital, el 5G, la creación de espacios de datos (<em>clouds</em>), Inteligencia Artificial, infraestructuras digitales y emprendimiento digital, y firmaron cuatro Memorandos de Entendimiento sobre cooperación en infraestructuras viarias, reforma del Puente Internacional sobre el río Miño, archivos referidos a la Memoria Democrática y Agenda en el Ámbito Digital. Aparte, y en el marco de la Estrategia Común de Desarrollo Transfronterizo, suscribieron dos acuerdos sobre el tramo internacional del río Miño -referidos a la caza y la pesca- y el Estatuto del Trabajador Transfronterizo. La Cumbre concluyó con la adopción de una <strong>Declaración Conjunta</strong> en la que España y Portugal reafirman su voluntad de seguir trabajando conjuntamente en la defensa de posiciones comunes dentro de la Unión Europea y la Alianza Atlántica, así como del “multilateralismo inclusivo” basado en la “centralidad” de las Naciones Unidas y el orden internacional regido por "el respeto escrupuloso al Derecho Internacional". La Declaración constata también el “excelente momento que viven las relaciones bilaterales entre España y Portugal”, reforzadas en “la lucha compartida de ambos países contra la pandemia”, y el reto común de lograr “una recuperación social y económica alineada con las transiciones verde y digital justas, generadoras de mayor igualdad de género y cohesión social y territorial”. <h5><strong>La crisis portuguesa</strong></h5> La Cumbre se celebró con el mismo formato de las anteriores: reuniones separadas de los dos jefes de Gobierno y de cada uno de los ministros con sus respectivos homólogos y una reunión conjunta posterior para poner en común lo tratado. Por parte de España, además del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participaron la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño; la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz; la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera; el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez; la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto; el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas; y el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta. Al término de la Cumbre, los dos jefes del Gobierno ofrecieron una rueda de prensa que estuvo marcada, como era de esperar, por cuestiones políticas internas de cada país. Al respecto, <strong>el primer ministro de Portugal, António Costa, eludió hasta en dos ocasiones las preguntas sobre la crisis</strong> a que se enfrenta su Gobierno después de que el Parlamento rechazara este miércoles los Presupuestos Generales (algo que no había ocurrido en casi 50 años de democracia), lo cual podría obligar al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, a disolver la Cámara de manera inminente y a convocar elecciones anticipadas, probablemente a finales del próximo mes de enero. <strong>“La política nacional se discute en Portugal y aquí lo que discutimos son las relaciones entre Portugal y España en el marco de la Unión Europea, de la OTAN y del mundo global”</strong>, declaró Costa. “No tengo la costumbre de hablar de política interior en el extranjero y tengo que mantener ese principio”, advirtió. “La política nacional se trata en nuestro país y la única persona que puede responder es el presidente de la República de Portugal”, agregó. Por su parte, <strong>Pedro Sánchez</strong> tampoco quiso pronunciarse sobre ese tema, pero sí aprovechó para elogiar a su homólogo luso, de quien <strong>destacó su capacidad “de diálogo y de trabajo para llegar a acuerdos” en las instituciones europeas</strong>. “Pienso que Portugal es un ejemplo de estabilidad”, añadió.