The Diplomat
El Consejo de Ministros autorizó ayer la firma del Tratado de Amistad y Cooperación entre el Reino de España y la República Portuguesa, que será rubricado mañana en Trujillo (Cáceres) con motivo de la celebración de la XXXII Cumbre Bilateral Hispano-Portuguesa.
En la XXXI Cumbre, celebrada el 10 de octubre de 2020 en Guarda, los Gobiernos de España y Portugal afirmaron su intención de actualizar el Tratado de Amistad y Cooperación a fin de responder a “la creciente densidad y profundidad de las relaciones bilaterales y refleje en toda su amplitud su relación estratégica y multidimensional”. Para cumplir con este compromiso, ambos Gobiernos han negociado un nuevo Tratado de Amistad y Cooperación que renueva, sin llegar a derogarlo, el actualmente en vigor, firmado el 22 de noviembre de 1977. El nuevo Tratado, según el Consejo de Ministros, establece “un marco de la relación bilateral de España y Portugal más adaptado a la realidad del siglo XXI que el suscrito hace más de cuatro décadas”.
El objetivo del acuerdo es la profundización de la cooperación y la coordinación estratégica, incluida la cooperación transfronteriza y con regiones ultra periféricas, ante los nuevos desafíos de un mundo globalizado, “todo ello orientado a la justicia social, bienestar y progreso de nuestros pueblos”. Asimismo, refleja el compromiso de los dos países “en la construcción europea que encarna la Unión Europea”, su “vocación atlántica, que tiene como expresión la pertenencia en la Comunidad Iberoamericana de Naciones”, las relaciones con África y el Mediterráneo y la defensa del multilateralismo basado en el papel central de Naciones Unidas.
El texto define también los instrumentos de cooperación política y las estructuras de consulta y cooperación que vertebran las relaciones bilaterales y recoge, por primera vez en un convenio internacional, la celebración de cumbres bilaterales anuales presididas por los jefes de Gobierno, así como el establecimiento de una instancia de seguimiento de los compromisos asumidos en las cumbres. También prevé la celebración de reuniones anuales de los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa, la cooperación parlamentaria y la promoción de mecanismos estructurados de diálogo entre ambas sociedades civiles e interlocutores sociales.
Asimismo, el convenio precisa que la cooperación transfronteriza es “uno de los ejes fundamentales de la relación bilateral” y que, por ello, los dos Gobiernos se comprometen a “dar continuidad a las herramientas existentes y a promover estrategias conjuntas” en esta materia. Aparte, examina las áreas de cooperación en materias como lenguas, educación y cultura; medio ambiente, conectividad, energía, ciencia y tecnología, economía, asuntos de Justicia, Interior y protección civil, salud pública, trabajo, empleo y política social y regiones ultra periféricas.
El Tratado aborda también “la profundización de la Unión Europea” y las posibilidades de “acción conjunta a nivel multilateral, con especial atención a temas mundiales y a los marcos de cooperación regional de los que forman parte, destacando la Comunidad Iberoamericana de Naciones y las instancias de cooperación en el Mediterráneo”.