The Diplomat
Siete de cada diez jóvenes españoles de entre 128 y 35 años se sienten europeístas, según revela un estudio hecho público esta semana por la Fundación Alternativas.
“Los jóvenes reconocen el sentido que tiene la UE y valoran algunas de sus acciones”, declaró Belén Barreira, la directora la empresa 40dB, durante el coloquio telemático El futuro de Europa: un diálogo intergeneracional, que tuvo lugar el pasado martes y sirvió de presentación del estudio. El acto estuvo presentado y moderado por Mateo Peyrouzet, coordinador del Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas.
La encuesta, realizada por 40dB entre españoles de entre 18 y 35 años, ha sido publicada por la Fundación Alternativas en el doble marco de la iniciativa Hablamos de Europa de la Secretaría de Estado para la Unión Europea y de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, lanzada por la Comisión y que concluirá en la primavera del 2022.
De acuerdo con la encuesta, el 66% de los jóvenes españoles se declara europeísta, lo que señalaría que “la época de desesperanza de la juventud hacia la Unión se está cerrando”, prosiguió Barreiro. Todos los participantes en el coloquio (pertenecientes a generaciones distintas) coincidieron en que se ha producido un cambio entre el pesimismo y la desconfianza que rodearon a la gestión de la crisis financiera de 2008, sobre todo por parte de la población joven, y la mayor confianza en el proyecto europeo derivada de la gestión de la crisis provocada por el COVID-19 en 2020, como indican los resultados del último Eurobarómetro.
No obstante, Víctor Costa, director del medio digital VIA Empresa, advirtió durante el coloquio de que la solidaridad mostrada en la actual crisis por parte de los Estados miembros no puede ser simplemente una forma de salvar a la UE, sino que tiene que perdurar en el tiempo, porque “la Unión Europea hay que construirla entre todas las generaciones y todos los países”. En este sentido, recordó que la encuesta demuestra que la mayoría de los jóvenes cree que los más beneficiados por las instituciones europeas en esta crisis han sido las grandes empresas, lo cual no contribuye “a acabar con la desigualdad ni a mejorar la imagen de la Unión por parte de sus ciudadanos”.
Por todo ello, según Patricia Lisa, analista del Real Instituto Elcano, uno de los retos para la Unión es evitar que los Estados monopolicen el optimismo inyectado por las ayudas europeas, razón por la cual las instituciones europeas deberían realizar una labor de comunicación y apostar por la reconstrucción de la “Europa social”. “Todos los ciudadanos hemos visto la necesidad y la ventaja de estar en Europa, esto se valora en las encuestas”, afirmó. “Ahora bien, superadas las necesidades inmediatas de la crisis, nadie garantiza que el espíritu de solidaridad se mantenga”, por lo cual es necesario fomentar más el debate entre los ciudadanos, para que tengan “una voz”, y conectar más “el pilar social” con este debate sobre el futuro de Europa,
Entre las propuestas presentadas durante el debate, Diego López Garrido, vicepresidente ejecutivo de Fundación Alternativas, insistió en la necesidad de una “unión fiscal que haga permanente la solidaridad entre los Estados miembros”. “Estamos en un momento de recuperación y un cierto optimismo. Sin embargo, bajo mi juicio hay una cosa que no se ha hecho y es la Europa social, fuente enorme de legitimidad”, declaró.
Por su parte, Irene Pujol, voluntaria del Parlamento Europeo y cofundadora de Equipo Europa, propuso que sé más peso al Parlamento como órgano que desbloquee las decisiones cuando éstas estén paralizadas en el Consejo y defendió la necesidad de avanzar hacia una mayor integración en política fiscal, sanitaria, de política exterior y migratoria. “Podemos ser positivos: la legitimidad de Europa está en aumento”, aunque “todavía estamos ante una crisis multidimensional donde la UE se tiene que plantear muchas cuestiones sobre su propio rol en el mundo y su funcionamiento doméstico”, añadió.