<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La ministra de Cultura de Colombia, Angélica Mayolo, depositó el pasado jueves en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes en Madrid un legado del Instituto Caro y Cuervo (ICC) formado por una selección de publicaciones relacionadas con el patrimonio lingüístico y el carácter multicultural de Colombia.</strong></h4> <strong> </strong> Durante el acto, que coincidió <strong>con la visita oficial a España del presidente de Colombia, Iván Duque</strong>, el Instituto Cervantes y el ICC firmaron también la prórroga por tres años más (hasta 2024) del acuerdo de colaboración cultural de 2018, en presencia del secretario general de ASALE (Asociación de Academias de la Lengua Española), Francisco Javier Pérez. Según declaró durante el evento la ministra Angélica Mayolo, aunque el ICC trabaja por fomentar el uso y aprendizaje del español, tiene ante sí el reto de qu<strong>e “no se pierdan nuestras lenguas nativas”, por lo que está obligado a protegerlas</strong>. Estas “valiosas investigaciones” son un reflejo de la diversidad del mundo hispano y una muestra de que <strong>“somos un país multicultural y multiétnico”</strong>, añadió. Colombia cuenta con más de 65 lenguas indígenas vivas (aunque algunas están en peligro de extinción), dos lenguas criollas, la lengua gitana y la lengua de señas colombiana, además del español. Por su parte, <strong>el director del Cervantes, Luis García Montero</strong>, manifestó su admiración por el trabajo que viene desarrollando el ICC desde su creación en 1942, y que le valió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1999. “Las riquezas de las comunidades son sus lenguas y sus culturas”, prosiguió. “Los filólogos hemos aprendido la convivencia entre la unidad y la diversidad: los matices nos hacen ricos”, agregó. El legado quedó guardado en la caja número 1420 de la cámara acorazada de la sede cervantina hasta que pase a integrarse en la Biblioteca Patrimonial del Cervantes. El acto sirvió para constatar el compromiso del Caro y Cuervo con el estudio, la salvaguardia y la difusión de esas lenguas, y también para expresar la necesidad de defender los idiomas minoritarios y la pervivencia del multilingüismo. El nutrido legado, según desgranó Juan Manuel Espinosa Restrepo, subdirector académico del ICC, contiene ejemplares de <em>Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano</em>, de Rufino José Cuervo; <em>Obras inéditas</em>, también de Cuervo (la primera obra que editó el ICC cuando aún no llevaba este nombre); y <em>Literatura romana</em>, de Federico Leo; el reconocido <em>Diccionario de Colombianismos</em> o las traducciones a once lenguas nativas de Colombia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Ley de Lenguas Nativas de 2010. El legado dejado este jueves continúa la estela abierta por el del colombiano Andrés Bello (la primera edición de su prestigiosa <em>Gramátic</em>a), que quedó guardado en la Caja de las Letras cuando se presentó en el Cervantes la plataforma panhispánica Canoa, una iniciativa para internacionalizar la cultura en español puesta en marcha en 2019 por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Caro y Cuervo y el Centro Cultural Inca Garcilaso (Perú).