The Diplomat
El Gobierno de Marruecos ha dado su visto bueno a la designación de Staffan de Mistura como nuevo enviado especial de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, lo que permitirá al secretario general de la ONU, António Guterres, anunciar en los próximos días el nombramiento del diplomático italiano-sueco (antiguo enviado de la ONU en Siria) para un cargo que lleva más de dos años desierto.
“Marruecos ha sido consultado sobre este nombramiento y ya ha notificado su acuerdo a Guterres”, declaró el embajador marroquí ante la ONU, Omar Hilale. “Este acuerdo emana de la confianza permanente de Marruecos y de su apoyo constante a los esfuerzos del secretario general de la ONU para llegar a una solución política, realista, pragmática, duradera y de compromiso al diferendo regional sobre el Sáhara marroquí”, añadió, en declaraciones a la agencia oficial marroquí MAP.
El puesto permanece desierto desde mayo de 2019, cuando dimitió Horst Koehler por motivos de salud. Durante su mandato, el ex presidente alemán logró organizar dos rondas de contactos entre el Gobierno de Marruecos y el Frente Polisario, pero desde que dejó el cargo la situación se encuentra estancada. El propio Frente Polisario ya ha mostrado su apoyo al posible nombramiento de Mistura desde finales del pasado mes de abril, después de que su nombre figurara en la terna de candidatos.
Precisamente, el representante saharaui en España, Abdulah Arabi, declaró este pasado miércoles que el nombramiento del veterano diplomático podría ayudar a impulsar el “proceso político” que “lleva mucho tiempo estancado debido al bloqueo constante y permanentes por parte de Marruecos y a la inacción de la comunidad internacional, que se ha traducido en la incapacidad de la Misión de Naciones Unidas para el Sahara Occidental (MINURSO) de llevar a cabo su cometido”, según informó la web del Polisario en España.
El nombramiento del enviado especial en el Sáhara Occidental debería satisfacer especialmente al Gobierno español, que ya ha trasladado en varias ocasiones al secretario general de la ONU la necesidad “urgente” de nombrar un enviado personal que ponga fin a un proceso político “interrumpido”. La anterior ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, insistió reiteradamente en que la ONU debe contar con un representante en la antigua colonia española (ocupada por Marruecos desde 1975) que “lidere” los esfuerzos para encontrar una solución a través del diálogo tanto con “los vecinos inmediatos” (Marruecos, Mauritania y Argelia) como con los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y con “un grupo de países, entre ellos España, que tienen intereses cercanos”.
Entre las prioridades incluidas en la Estrategia de Acción Exterior 2021-2024, aprobada por el Gobierno el pasado mes de abril, figura el “impulso a los esfuerzos de la ONU para alcanzar soluciones políticas en el Sahara Occidental”. Aparte, el Ejecutivo ha instado reiteradamente a las partes a retomar el proceso negociador y a avanzar hacia “una solución política, justa y duradera y mutuamente aceptable” de acuerdo con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
A finales de 2020, varios Estados miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas llegaron a sugerir a Antonio Guterres la posibilidad de nombrar a un español para ocupar el puesto e incluso propusieron que éste recayera en algún ex presidente español, según informó por entonces la revista especializada en temas internacionales Atalayar a partir de fuentes próximas al Polisario. Fuentes diplomáticas citadas por Europa Press aseguraron por las mismas fechas que algunos de los nombres que barajaba Guterres habían sido propuestos por el Gobierno español.