<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El ministro principal gibraltareño, Fabián Picardo, aprovechó ayer la celebración del Día Nacional de Gibraltar para rechazar cualquier cesión de soberanía durante las negociaciones con la UE y reiterar su oposición a la pretensión de Bruselas de ceder a España el control y la vigilancia de las fronteras exteriores de la zona Schengen en el puerto, el aeropuerto y las aguas del Peñón. </strong></h4> “El día 10 de septiembre de 1967 tomamos una decisión. Elegimos continuar siendo británicos y hoy conmemoramos y celebramos aquella elección. Del mismo modo que nuestros antepasados lo expresaron en aquel momento, nosotros también somos claros”, declaró Picardo en un mensaje dirigido a los gibraltareños. <strong>“La tierra de Gibraltar no pertenece a nadie más que al pueblo de Gibraltar. Nadie más que los gibraltareños decidirá el futuro de esta nuestra tierra y nunca realizaremos ni permitiremos ninguna concesión sobre nuestra soberanía, preservaremos y mantendremos la plena jurisdicción y el control sobre nuestra tierra y la totalidad de nuestras aguas y nuestro espacio aéreo”</strong>, prosiguió. “Esta no es solamente nuestra postura. También es la postura del Reino Unido, y en los meses venideros, nosotros, junto con el Reino Unido, negociaremos acuerdos comerciales y de inmigración con la UE que no podrán afectar a nuestra soberanía de manera alguna. <strong>Negociaremos un Tratado futuro que ratificaremos únicamente si mantiene los compromisos del Acuerdo de Nochevieja</strong>”, advirtió. <strong>“Y seremos muy claros durante esa negociación: únicamente nosotros decidiremos quien entra o deja de entrar en Gibraltar. Nunca cederemos ese poder de decisión a nadie”</strong>, añadió. La <strong>Comisión Europea</strong> aprobó, el pasado 20 de julio, el mandato para las negociaciones con Reino Unido sobre el futuro estatus de Gibraltar, cuya base es el preacuerdo firmado por España y Reino Unido el pasado 31 de diciembre. El texto señala que “el control y la vigilancia” de las fronteras exteriores de la zona Schengen se establecerán “en el puerto, el aeropuerto y las aguas de Gibraltar y correrán a cargo de España, en aplicación de las normas vigentes de la UE”. Por ello, prosigue, “los guardias de fronteras españoles tendrán todas las competencias necesarias para llevar a cabo los controles y la vigilancia de las fronteras y cumplir con las obligaciones consiguientes”, prosigue el texto. No obstante, el mandato recuerda que España ya ha expresado su deseo de solicitar la colaboración de la Agencia Europea de Fronteras y Costas (Frontex) para controlar el puerto y el aeropuerto del Peñón, tal como habían acordado los Gobiernos español y británico en el preacuerdo de Nochevieja ante la negativa de las autoridades gibraltareñas a aceptar la presencia de fuerzas españolas en su territorio. Por tanto, la labor de control y vigilancia corresponderá a Frontex durante un periodo transitorio de cuatro años, mientras que los agentes españoles se ubicarán en dependencias no instaladas en suelo gibraltareño, pero con control sobre las personas que quieren acceder a España y, en consecuencia, al espacio Schengen. El mandato tendrá que pasar todavía por el visto bueno del Consejo de la UE antes de que la Comisión pueda empezar a negociar con Londres. Se espera que el acuerdo definitivo se firme a finales de este año y que se puedan eliminar los controles en 2022. Una vez conocido el texto, el ministro de Asuntos Exteriores británico, Dominic Raab, advirtió de que Londres no aceptará ninguna propuesta que conceda a las autoridades españolas la capacidad de realizar los controles fronterizos en el aeropuerto y puerto del Peñón porque “socava la soberanía de Reino Unido sobre Gibraltar y no puede ser la base para negociar”. Por su parte, Picardo declaró por esas mismas fechas que su Gobierno “nunca aceptará un Tratado que se parezca en modo alguno al mandato emitido por la Comisión Europea”.