Daniel del Valle Blanco
Asesor de Políticas para la Juventud en las Naciones Unidas
Durante mucho tiempo, en la esfera política, la voz de la juventud no se ha tenido en cuenta. Hoy ya no podemos afrontar que esto ocurra y permitirlo, pues es probable que la generación actual sea una de las más preparadas y apasionadas en décadas. Es obvio que los jóvenes no pueden lograr el progreso necesario por sí mismos. Tenemos la fuerza, la energía y los sueños, y queremos ser los “Embajadores del Cambio” para construir un mundo mejor. Necesitamos ser guiados, animados y empoderados.
La Agenda 2030 incluye el empoderamiento de los jóvenes. En la práctica, no tiene que ser logrado solo por la anterior generación, necesitamos lograr una buena combinación entre la experiencia de “los veteranos” y la fuerza, la energía y las nuevas ideas de nuestra generación. Si la juventud quiere participar activamente en la solución de problemas locales y globales, debemos ser personas muy comprometidas, audaces y trabajadoras dispuestas a pagar el precio de estar preparados en asuntos nacionales e internacionales o en ámbitos relacionados con problemas reales, como por ejemplo, conflictos, guerras, igualdad de género, etc.
Cuando hablamos de fe y creencias, debemos reconocer que existe una gran variedad de religiones. Si queremos vivir en paz, debemos respetar las creencias de otras personas viendo a otros seres humanos en necesidad y con luchas, ideas y buenos deseos de prosperidad y paz.
Es necesario hacer frente a la crisis migratoria global y deberíamos tener los brazos abiertos. Es probable que, incluso algunos de nuestros familiares, hayan sido personas que tuvieron que vivir en otras partes del mundo para poder llevar una vida normal. Tenemos que introducir buenas políticas para ayudarlos. Por ejemplo, lugares para ayudar a esas personas a integrarse en el país. La integración es un problema grave que también preocupa a las mujeres refugiadas debido a las diferencias culturales. La única forma viable de avanzar es abordar estos problemas con tolerancia, paciencia, respeto y mediante el diálogo.
Otro tema importante es la igualdad de género. Un error que cometen algunas personas es que en teoría buscan la igualdad, pero en la práctica algunos de ellos se convierten en activistas de la superioridad de un grupo u otro. Esto debe evitarse, nuevamente mediante el respeto, la comprensión mutua y el diálogo. Hoy tenemos una oportunidad única de hacerlo bien y lograr un progreso histórico en la construcción de sociedades justas e inclusivas. La generación joven está preparada para ello, sin prejuicios y sin imponer soluciones artificiales, como cuotas sobre méritos, competencias y calificaciones.
Por último, pero no menos importante, hoy nos enfrentamos a una crisis climática sin precedentes, como lo ha confirmado recientemente el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Debemos actuar ahora, sin demora y debemos hacerlo colectivamente. Los jóvenes se han mostrado muy activos en la sensibilización sobre el tema. Convirtámoslo ahora en una campaña de acción y comencemos ya en la próxima Conferencia COP26. Algunos dicen que puede ser nuestra última gran oportunidad para abordar la crisis climática. De hecho, lo es. Y tal vez cada uno de nosotros pueda hacer una lista de 5 cosas que podemos mejorar, incluso lograr que se escuche nuestra voz y dejar que nuestros líderes políticos sepan que este no es momento para retrasos, olvidos o divisiones. Este es el momento de una acción urgente, audaz y unida. Los jóvenes están preparados para ser la generación de los agentes del cambio. Solo necesitan ser escuchados y tener espacio para la acción.
En conclusión, realmente creo que los países deberían invertir más en los jóvenes, ya que SOMOS EL PRESENTE, NO EL FUTURO y necesitamos apoyo porque hay un claro impacto de la juventud trabajando para tener un mundo mejor.
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