<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, encomendó ayer al nuevo subsecretario del Ministerio, Luis Cuesta, que se ponga “manos a la obra” y consiga el traslado a la nueva sede del edificio de la Plaza Marqués de Salamanca “lo antes posible”.</strong></h4> “El principal activo de esta casa es el equipo humano, los diplomáticos, el resto de funcionarios y todo el personal contratado laboral, en la sede y en el exterior, y ayudar a liberar las potencialidades y las capacidades de este equipo humano va a ser el desafío más ilusionante”, declaró <strong>Luis Cuesta durante el acto de toma de posesión de su cargo</strong>, celebrado en el Palacio de Santa Cruz y al que asistieron el ministro y los secretarios de Estado. Por su parte, Albares recordó durante su intervención que <strong>los miembros del Servicio Exterior llevan “meses” trabajando en “condiciones muy difíciles”</strong> a causa del virus del COVID-19, de los problemas para acceder a las vacunas y de la necesidad de atender los problemas consulares de manera no presencial. ”Todo eso es una carga adicional de estrés y de complejidad de trabajo, y todos lo han hecho con grandísima profesionalidad”, destacó el ministro, quien rindió, por ello, un homenaje a la anterior subsecretaria del Ministerio, <strong>Celsa Nuño</strong>, a quien “le tocó enfrentarse al momento más crudo de la pandemia”. Por todo ello, advirtió Albares, <strong>“lo primero de todo es conseguir vacunar al 100% de nuestro Servicio Exterior”</strong>. “Ya estamos a ello, cualquier persona del Servicio Exterior y de sus familiares dependientes pueden vacunarse aquí en Madrid”, pero “tienes que hacer lo posible para animar a todo el mundo a que pasen por aquí y se vacunen, y para aquellos que no pasen por aquí este verano, tenemos que encontrar una solución factible, viable y rápida para que todos se vacunen, porque no hay otra forma de luchar contra el virus”, advirtió. Aparte, prosiguió, <strong>“tenemos pendiente el traslado a la nueva sede” del Marqués de Salamanca, y “tenemos que intentar que sea lo más rápido posible”</strong>. “Yo he estado estos días, y ha sido prácticamente de lo primero que he hecho, visitando todas las sedes de nuestro Ministerio, y estoy repartiendo mi semana entre esta sede, Santa Cruz, y Torres Ágora, donde estáis la mayoría de las direcciones que hacen la política exterior, y lo que yo deseo es que, lo antes posible, nos traslademos allí, que estemos todos juntos otra vez para mejorar la eficiencia, para que podamos comunicarnos, para que podamos cruzarnos por los pasillos”, afirmó. “Te encomiendo, Luis, que te pongas manos a la obra, como ha estado haciendo la anterior subsecretaria hasta ahora, y podamos trasladarnos lo antes posible”, añadió. El Ministerio de Asuntos Exteriores abandonó la sede de Marqués de Salamanca en 2004 por culpa del naftaleno, una sustancia tóxica e inflamable, y la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacios, decidió su traslado a Torres Ágora, donde se encuentra desde entonces el grueso del Ministerio. En 2012 se decidió la rehabilitación y la recuperación del edificio de Marqués de Salamanca y en 2014 se adjudicaron las obras a la empresa Tragsa, bajo la dirección de la Dirección General de Patrimonio del Estado. El proyecto fue aprobado en 2016 y las obras comenzaron en octubre de 2017, pero desde entonces se han ido retrasando más de lo esperado, por unos motivos u otros. En diciembre de 2019 se aseguró que el edificio estaría listo un año más tarde, pero la pandemia del COVID-19 engrosó aún más la larga lista de retrasos anteriores. El Ministerio espera que el traslado definitivo pueda hacerse realidad a finales de este año. En su intervención de ayer, Albares también recordó la necesidad de atender <strong>las necesidades del Servicio Exterior, que “es muy heterogéneo, porque lo componen distintos cuerpos, contratados laborales, funcionarios públicos de distintas categorías y diplomáticos”</strong>. “Me estoy reuniendo con los sindicatos, asociaciones de diplomáticos, representantes del Servicio Exterior” y es necesario estar “muy a la escucha de todos ellos”, prosiguió. “En el Servicio Exterior todos tienen que tener sus necesidades atendidas, y si no podemos, porque no podremos hacerlo todo, hay que darles una explicación de por qué no podemos”, advirtió.