<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> La crisis diplomática con Marruecos no está teniendo hasta ahora el <strong>protagonismo que se esperaba</strong>, en los primeros días, al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores, de <strong>José Manuel Albares</strong>, que ha estado más ocupado en la configuración de su equipo. Más allá de las palabras que Albares pronunció en su toma de posesión, el pasado lunes, día 12, en las que habló de "reforzar las relaciones con Marruecos, gran amigo y vecino del sur”, no se conoce que haya habido algún contacto con e<strong>l ministro marroquí de Exteriores, Nasser Bourita</strong>, con quien la anterior ministra, <strong>Arancha González Laya</strong>, no conseguía hablar desde que se desató la crisis. Marruecos mantiene silencio sobre el relevo en el Palacio de Santa Cruz y la salida de González Laya, a quien responsabiliza directamente de la acogida en un hospital de España del<strong> líder del frente Polisario, Brahim Ghali.</strong> Por el contrario, ayer martes, <strong>Albares, mantuvo una conversación telefónica con el ministro de Asuntos Exteriores de Argelia, Ramtane Lamamra</strong>, que lleva también poco tiempo en el cargo, un gesto que Rabat no habrá dejado de analizar. Lo que sí es claro es que, contrariamente, a lo que se especuló, <strong>Albares no hará su primer viaje a Marruecos</strong>, porque hoy tiene previsto desplazarse <strong>a Londres</strong> para reunirse con el ministro británico de Asuntos Exteriores,<strong> Dominic Raab.</strong>