<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe, Cristina Gallach, advirtió ayer de que la OTAN debe definir su “propósito estratégico” frente a las amenazas procedentes de su flanco sur, especialmente del Sahel, y expresó, por ello, su deseo de que la próxima Cumbre de la Alianza, que se celebrará en 2022 en Madrid, aporte “un toque del sur a los debates” que contribuya a encontrar “soluciones y respuestas”.</strong></h4> “En España conocemos muy bien las amenazas procedentes del flanco sur, por nuestra configuración geográfica como país y como miembro de la UE y OTAN”, declaró Gallach durante su intervención en la presentación telemática del <strong>informe <a href="http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_en/publication?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_in/publications/nato-and-the-south-a-tale-of-three-futures" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><em>La OTAN y el sur: una historia de tres futuros</em></a>, elaborado por el Real Instituto Elcano.</strong> <strong>“Las amenazas que surgen del sur son diferentes en su naturaleza de las del este”</strong> porque contienen elementos propios, como “la migración, la fragilidad de los Estados y los conflictos de Libia, Israel y Palestina, Siria” y, sobre todo, “el <strong>Sahel</strong>, una región que es la fuente principal de la inestabilidad para nosotros”, prosiguió. A ello se une <strong>la creciente presencia de Rusia y China en la región</strong>, que “contribuye a que la situación de seguridad sea más compleja”, añadió. Otro de los problemas en la zona, advirtió Gallach, es “la gran inestabilidad en el <strong>Golfo de Guinea</strong>”. “Nuestro objetivo principal debe ser que no haya conexión entre las fuerzas desestabilizadoras del Sahel y las fuerzas desestabilizadoras del Golfo de Guinea”, explicó. “Son fuerzas diferentes, las del Sahel son extremistas radicales vinculadas a Al Qaeda o Daesh y en el Golfo de Guinea tienen un carácter más tradicional, como la piratería y las amenazas a la libre navegación, pero no nos interesa que ambas esté conectadas a través de algunos países del Golfo de Guinea cuyos Estados son muy frágiles”, agregó. Relacionado con este problema, advirtió, otro reto importante en materia de seguridad es la necesidad de abordar <strong>el “total desarrollo socio-económico del Sahel”, cuyos Estados tienen “instituciones internas muy frágiles”.</strong> En estas circunstancias, a juicio de Gallach, <strong>la Alianza Atlántica se enfrenta a dos grandes retos: definir su estrategia en África y buscar alianzas con otras organizaciones</strong>, porque “la OTAN no necesariamente debe estar a la cabeza” de las soluciones. “Debe cooperar con importantes organizaciones y con otros actores internacionales” porque “la presencia sobre el terreno de las tropas de la Alianza no siempre es una solución si no se cuenta con información sobre ciberseguridad o inteligencia”.Aparte, prosiguió, la OTAN debe abordar su papel frente a los desafíos “no militares” a la hora de definir su “perspectiva estratégica en la región”. “La lucha contra el terrorismo es militar, por supuesto”, pero también se debe “estructurar el papel de la Alianza a la hora de apuntalar el desarrollo socio-económico o los procesos de diálogo en el Mediterráneo que ya están en marcha”, afirmó. <strong>“Hay un mensaje muy claro: África ha entrado de lleno en el radar de la OTAN” </strong>y, por ello, “la OTAN deberá tenerla en cuenta en su nuevo enfoque sobre amenazas a la seguridad”, un enfoque que sea “coherente, que tenga en cuenta a los distintos actores y que aborde los desafíos desde una perspectiva global para actuar en consecuencia”, manifestó. En este sentido, añadió, <strong>“la cumbre de Madrid va a aportar un toque del sur a los debates, aunque espero que no sólo aporte ese toque, sino también soluciones y respuestas”.</strong> El informe, en cuya presentación también participaron <strong>Charles Powell</strong>, director del Real Instituto Elcano; <strong>Luis Simón</strong>, director de la Oficina en Bruselas del Real Instituto Elcano<strong>; y David van Weel</strong>, secretario general adjunto de la División de Retos de Seguridad Emergentes de la OTAN<strong>, </strong>aborda los retos a los que se enfrenta la Alianza en su Vecindad Meridional y los problemas de seguridad en las regiones de Oriente Medio, Norte de África y el Sahel, ante la creciente presencia de Rusia y China en la zona. Asimismo, recomienda que la OTAN coopere más con la UE, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), la Unión Africana (UA) y otros organismos del sur y reitera, en la línea del <em>Informe OTAN 2030</em>, la importancia de un enfoque "consistente, claro y coherente" hacia el sur.