Vicente Palacio
Director de Política Exterior de la Fundación Alternativas
Estados Unidos inició un nuevo ciclo político con la investidura de Joe Biden el 20 de enero de 2021. Los primeros pasos del gobierno ejemplifican claramente este cambio mediante iniciativas políticas y legislativas muy ambiciosas. Como consecuencia, muchas tendencias en la política norteamericana están cambiando.
El informe “Nuevas tendencias en EE UU que importan a Europa: un nuevo ciclo político”, que he dirigido para Fundación Alternativas, repasa los principales cambios en Estados Unidos durante los primeros meses de la administración Biden-Harris en la transición hacia la nueva normalidad tras el mandato de Trump y la pandemia.
Abarca el texto una larga lista de temas clave, ya sean políticos (democracia), sociales, económicos, tecnológicos/digitales, medioambientales o multilaterales. También pone énfasis en la relación entre estas transformaciones internas y la agenda europea. En cuanto a las principales tendencias, hemos tratado de discernir si responden a cambios circunstanciales (es decir, reversibles) o por el contrario son estructurales (más profundos y con consecuencias en el medio y largo plazo).
El informe identifica nueve tendencias que consideramos especialmente relevantes desde una perspectiva europea:
–La primera tendencia es el giro del “America First” al “Democracy First”, que responde a la apremiante necesidad de reestablecer la confianza en el sistema democrático y la democracia en EEUU. Después de los polémicos cuatro años de Donald Trump, marcados por la polarización política y social, el populismo, el proteccionismo comercial y una clara falta de liderazgo internacional y de multilateralismo, que culminaron en el asalto al Capitolio el 6 de enero, el eslogan “America is back” ejemplifica los cambios que busca la nueva administración tanto a nivel nacional como internacional. Sin embargo, el trumpismo y nacional populismo sigue muy presente actualmente, creciendo en algunos casos en Europa, lo que podría ralentizar este proceso.
–Una segunda tendencia es el cambio hacia un nuevo paradigma de fuerte contenido social, comprometido con las clases medias en un contexto post-pandemia. Esto se asocia a la idea de una necesidad de un Estado fuerte, y un gran aumento de la inversión pública a nivel nacional y un gobierno con el suficiente peso para afrontar los retos que la pandemia ha planteado. De ahí los paquetes legislativos enviados al Congreso para asegurar la recuperación económica y social, ascendiendo en su conjunto a unos 6.000 millones de dólares: el “American Rescue Plan”, “Infrastructure Plan”, “American Jobs Plan”, y “American Families Plan”.
–Una tercera tendencia es la llamada “revolución fiscal” para financiar una estrategia inclusiva para salir de la crisis. Para ello, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha propuesto un aumento sustancial de los impuestos a las grandes empresas y multinacionales (de un 21% a un 28%), incluyendo a las Big Five – Alphabet (Google), Apple, Facebook, Microsoft, Amazon – un impuesto mínimo global a las grandes corporaciones finalmente de un 15% – apoyado por la OCDE y Europa – e incluso una tasa a las grandes fortunas en EEUU (al 1% más rico). Este cambio de tendencia está contribuyendo decisivamente a desbloquear propuestas similares en Europa por las implicaciones que tiene en el sistema fiscal global.
–Una cuarta tendencia es el auge del feminismo: EEUU gira al “morado”, con un aumento del protagonismo de la mujer en la política estadounidense. Kamala Harris es la primera vicepresidenta, siendo la mujer que ha ocupado el cargo de más alto rango en el gobierno estadounidense hasta el momento. Esto también se ha materializado en una mayor importancia de las tendencias e ideas feministas. Para Europa, es una oportunidad para encontrar un aliado en las organizaciones internacionales en políticas de género y en materias importantes de la Agenda 2030 relacionadas con este tema.
-Una quinta tendencia es el giro respecto al medio ambiente y el cambio climático, dando gran prioridad a una transición verde y sostenible. La vuelta de EEUU al Acuerdo de París y la cancelación de la construcción del oleoducto Keystone XL, ejemplifican este cambio de tendencia y las intenciones de la nueva administración. Respecto a la transición verde, esta se prevé materializar a través del “American Jobs Plan”. Para la Unión Europea y su “Green Deal” es una oportunidad para tener una carrera de desarrollo con EEUU y poner presión sobre los estados miembros para que optimicen al máximo el uso de los fondos del programa “Next Generation EU”.
–La sexta tendencia analizada es el despertar tecnológico de los EEUU respecto a su batalla con China, que en los últimos años se había establecido como el gigante tecnológico mundial. Igual que en la tendencia anterior, Europa debería de aprovechar el impulso que otorga un aliado como Estados Unidos en esta materia y avanzar hacia su propia revolución tecnológica.
-Una séptima tendencia es una mayor intervención por parte del gobierno a la hora de controlar y monitorizar la publicación y difusión de noticias falsas, que fueron anteriormente promovidas por Donald Trump como una estrategia para afianzar su poder y establecer ciertas narrativas en la sociedad. El asalto al Capitolio y la suspensión de las cuentas de redes sociales del expresidente por este hecho, han convencido al nuevo gobierno de la necesidad de crear nuevas leyes para obligar a una mayor moderación del contenido online.
-Una octava tendencia en el ámbito del comercio, es la relajación del proteccionismo de EEUU respecto a Europa, mientras que se ha endurecido aún más con respecto a China para intentar devolver a la industria manufacturera estadounidense una posición destacada en las cadenas de comercio mundial. Es una pieza clave para reconectar con una clase media totalmente desapegada de los partidos, el gobierno y la política.
-Finalmente. una novena tendencia es el regreso de Estados Unidos al multilateralismo, y la respuesta europea en forma de «autonomía estratégica abierta». Las relaciones con Europa se están reconfigurando, dando un giro más cooperativo en múltiples ámbitos y foros -la ONU, el G7, el G20, la OTAN, la OMS- aunque en otros ámbitos siguen existiendo diferencias que hay que gestionar: en materia digital, el comercio, o la estrategia frente a China y Rusia. Esta tendencia coincide con un proceso de reflexión en curso en la Unión Europea para definir su papel como región en términos de gobernanza global. El encaje exitoso de Estados Unidos y la UE en un nuevo entorno multilateral no puede darse por sentado; dependerá tanto de la perseverancia de Estados Unidos (ante los posibles vaivenes electorales en 2024) como de la capacidad interna de Europa para acordar posiciones comunes y una dirección clara.
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