<strong>Ángel Collado</strong> <h4><strong>El sistema de pensiones, en quiebra técnica desde antes de la pandemia, es una seria amenaza para la estabilidad del Gobierno y los planes de Pedro Sánchez de evitar reformas económicas de calado que le supongan un desgaste personal.</strong></h4> En ese afán firmó la pasada semana con patronales y sindicatos<strong> un acuerdo de "no reforma" de las pensiones</strong> para simular que aborda el problema, pero su <strong>ministro del ramo (Seguridad Social), José Luis Escrivá, le desmontó la operación de imagen</strong> al confesar que los aspirantes a jubilados tendrán que hacerse ya a la idea de trabajar más años y/o cobrar menos en el futuro. Nada de eso estaba en lo pactado, pero sí en los compromisos con Bruselas para frenar el déficit público y en los abrumadores datos de la demografía española. El jefe del Ejecutivo había logrado retrasar unos meses el debate público y la concreción sobre la cuestión clave de la reforma pendiente: el nuevo mecanismo de "equidad intergeneracional" con el que debe <strong>suplir el antiguo principio de sostenibilidad</strong> establecido en tiempos del PP (2013) que él ha derogado. Con un nombre u otro, <strong>serán ajustes o recortes.</strong> Lo deja para fin de año. Prefirió posar en el Palacio de La Moncloa con los agentes sociales para un acuerdo sobre asuntos menores como las medidas contra las jubilaciones anticipadas y <strong>eludir el Pacto de Toled</strong>o, foro parlamentario y de consenso de todas las fuerzas políticas donde hasta ahora se trabajaba en el problema del futuro de las pensiones. <strong>Las maniobras del Gobierno obedecen a su debilidad parlamentaria</strong>, extrema para abordar cualquier cambio económico que tenga un coste de impopularidad general. Los aliados y socios del PSOE, los populistas de extrema izquierda de Podemos y los grupos independentistas, no le apoyarían en un recorte efectivo de pensiones y la alternativa de buscar pactos de Estado con el centro derecha, ante este problema o cualquier otro, siempre es descartada por Sánchez. <strong>Escrivá</strong>, el único titular del gabinete de coalición que es experto en la materia de su ministerio, <strong>llevaba un año tanteando medidas para ofrecer viabilidad al sistema de pensiones</strong>. Hasta el aumento de los años de cotización para el cálculo final de la prestación fue rechazado por los propios miembros del Ejecutivo.<strong> Esas propuestas iban además en la línea de las requeridas por Bruselas</strong> para frenar el déficit desbocado que amenaza la economía española. Las pensiones ya no se cubren con las cotizaciones sociales y el Gobierno recurre a los impuestos para sostener el sistema. <strong>El ministro ha hecho un ejercicio de sinceridad</strong> y claridad inusitada para disgusto de su jefe: <strong>la generación en España del llamado "baby-boom" tiene que pensar en trabajar más años y en recibir pensiones más bajas</strong> que las previstas. Son casi 11 millones de ciudadanos los afectados por el aviso: los nacidos entre 1958 y mediados de la década de 1970. Sánchez ha ganado tiempo este mes al aplazar ante Bruselas y ante la opinión pública (hasta que Escrivá se sinceró) su fórmula concreta para esa "equidad intergeneracional" que garantice la viabilidad del sistema de pensiones. Pero el problema para el presidente del Gobierno vuelve a ser de calendario político. Aunque quiera evitar los cambios de fondo antes de las próximas elecciones, las ayudas europeas para la reactivación económica están condicionadas precisamente a los avances en las reformas económicas como la de las pensiones. Y esos pagos son semestrales, en principio entre ese mes y finales de 2023, justo cuando termina la legislatura. <strong>El presidente del Gobierno intenta aplazar todas las grandes asignaturas económicas pendientes, también la legislación laboral</strong>, pero las jubilaciones masivas del "baby-boom" le pillarán justo en puertas de los próximos comicios. La mayoría de los nacidos en 1958 se retirarán ya en 2023 y con el Gobierno pendiente entonces de recibir el último plazo de las ayudas europeas.