Uno de los alimentos más populares del verano cambia sus formas para sorprender a sus adeptos. El helado 2.0 se hace con nuevos productos, colores y sabores para proporcionar experiencias inéditas.
Vaya olvidándose de aquellos conos de su infancia, el helado vive tiempos de revolución. Aunque siempre lo hemos tenido por un goce de verano, rompe con los marcos de la estacionalidad para estar presente todo el año y sorprender con texturas, sabores, formas e ingredientes. Todo cambia, para no renunciar jamás a este placer glacial.
Hay un sinfín de posibilidades para que cada helado tenga su propia identidad, adaptando su elaboración a los gustos y las tradiciones de cada región. Hoy se valoran productos artesanales de la gastronomía local y los nuevos helados recogen esta inquietud. Es el espíritu que Paradores imprime a su cocina para hacerse un grande de España.
La restauración, y la repostería, apuestan por un ideal más saludable. El buen helado se elabora con ingredientes de máxima calidad para constituirse como postre premium.
Además, cada vez es más orgánico y tiene en cuenta a los consumidores veganos o intolerantes a la lactosa. En un mundo concienciado con la sostenibilidad, la gastronomía no rehúye su responsabilidad.
Algunos de los sabores más novedosos son pura arquitectura de sabores. Solo así se entienden los helados de tés, como el Matcha o el Earl Grey, que casan a la perfección con la cúrcuma o el jengibre, cada vez más populares.
Para dinamitar cualquier convención, se apuesta por el negro en las nuevas propuestas. Gracias al carbón activo, un nuevo tono llama poderosamente la atención por lo inusual de su presencia en un alimento conocido por sus colores vivos. El carbón activo, además, es un depurador del organismo, debido a su capacidad de absorbente natural.
La alta demanda de los productos healthy abre la puerta a ingredientes que no se tenían en consideración. ¿Ha probado ya el helado de aguacate? El santo grial de los veganos es una base ideal, gracias a su cremosidad, para creaciones inesperadas de sabrosos resultados. Igualmente, la calabaza y la zanahoria, que ¡ funcionan estupendamente en tartas y pasteles, tienen una presencia creciente en las heladerías. En definitiva, los helados de nueva generación han venido para quedarse.
Los helados de Paradores
Lógicamente, Paradores no podía ser ajeno a esta puesta al día. En sus cocinas, se elaboran propuestas que llevan la heladería al rango de arte. Así, el helado de Queso Cebreiro del Parador de Ribadeo: a partir de untuoso queso de vaca, resulta espectacular.
La crema de fresas heladas del Parador de Arcos de la Frontera, que concentra su secreto en una sabia combinación, aromatizada con vainilla, entre la nata y esta fruta. La torrija de crema y helado de gachas del Parador de Cádiz, un postre clásico con nuevos vuelos y originales toques regionales. El helado de rebozuelo y melocotón en el Parador de Soria. El de queso do cebreiro y salsa de membrillo en Cambados; el de queso cremoso con miel de La Alcarria en el Parador de Alarcón; el bizcocho líquido de chocolate con helado de fresas en Carmona o el dulce de gachas, bizcocho y helado de aceite en el Parador de Jaén. Las propuestas son infinitas. Solo queda descubrirlas.