Embajador José María Liu
Representante Oficina Económica y Cultural de Taipéi en España
Unos en mejores condiciones que otros, todos los países del planeta continuamos hoy luchando por sobrevivir a la pandemia de la covid-19, que ha provocado hasta la fecha más de tres millones de víctimas mortales y más de 154 millones de casos registrados en todo el mundo. Pero ninguno lo podemos hacer en solitario: si algo hemos aprendido todos de esta terrible crisis sanitaria es que la cooperación internacional es la única manera de frenar con éxito una pandemia como esta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo que tiene la responsabilidad de velar por la seguridad sanitaria en todo el mundo, debería saber esto mejor que nadie. Sin embargo, durante el pasado año 2020 la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), que es el máximo órgano de toma de decisiones de esta organización, optó un año más por plegarse a las presiones de China y no invitar a Taiwán, como ya lo venía haciendo desde el año 2017, abriendo así una terrible brecha en el sistema sanitario internacional de impredecible repercusión.
No obstante, y pese a encontrarse solo y aislado de los mecanismos, reuniones y actividades de la OMS, desde el momento en que dio comienzo esta crisis sanitaria Taiwán se ha mostrado notablemente eficaz a la hora de contener la propagación de la covid-19 y se ha mantenido, en gran medida, libre de virus. Debido a su proximidad con China, se esperaba que fuera uno de los países más gravemente afectados por la pandemia. No ha sido así. A finales de abril de 2021, Taiwán había registrado poco más de mil cien casos confirmados, la mayoría importados, y doce fallecidos. Tales cifras lo han convertido en un verdadero ejemplo a seguir para todo el mundo.
Así lo han reconocido índices a nivel internacional, como el del Instituto Lowy, con sede en Australia, según el cual Taiwán, junto con Nueva Zelanda y Vietnam, encabeza el ranking de los casi cien países que mejor han gestionado la pandemia de la covid-19. O como el reciente estudio realizado por la Revista de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA), que destaca la rapidez y combinación de medidas efectivas como la clave del éxito de Taiwán para contener el avance del virus.
El llamado “modelo de Taiwán” para la contención de la pandemia se ha caracterizado, sobre todo, por la solidez de su sistema de salud, la transparencia de la información, la coordinación de lo público y lo privado, el seguimiento diligente de los contactos, la utilización de la tecnología del Big Data y por una gestión fronteriza rápida y eficaz. A ello Taiwán ha añadido su experiencia en la contención en 2003 de la epidemia del SARS, muy similar a esta, una continuada y ejemplar colaboración ciudadana y una fuerte desconfianza ante la información, o más bien la falta de transparencia, que llegaba desde el continente chino, y que hizo saltar de inmediato todas las alarmas.
Al indudable éxito sanitario conseguido, Taiwán ha de sumar el sobresaliente desarrollo de su economía que, en marcado contraste con lo ocurrido en el resto del planeta, apenas se ha visto afectada por la crisis mundial. El país no se ha visto en la necesidad de confinar a la población, ni de cerrar empresas o negocios. Su economía cerró el año 2020 con un crecimiento del 3,11 por ciento, convirtiéndose en la economía de mejor desempeño de Asia, y para el año 2021, su pronóstico de crecimiento es del 4,64 por ciento.
A su sólida y eficaz gestión, Taiwán ha de añadir todavía en su haber su ejemplo de solidaridad con la comunidad internacional gracias a la implementación de sus lemas “Taiwán puede ayudar” y “Taiwán está ayudando”, mediante los cuales ha donado un total de 54 millones de mascarillas quirúrgicas a más de 80 países, medio millón de ellas destinadas a España con prioridad para el personal sanitario. Dentro de esta misma política de ayuda, Taiwán acaba de hacer llegar a la India, uno de los países que más ferozmente está siendo ahora golpeado por la pandemia, un primer lote de suministros médicos que incluye 150 generadores de oxígeno y 500 cilindros de oxígeno.
A pesar del fuerte apoyo que ha recibido y continúa recibiendo de Europa, de los Estados Unidos y de los países de ideas afines, Taiwán continúa sin recibir invitación para participar en la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), que celebra su 74ª sesión del 24 de mayo al 1 de junio de 2021. Algo así debería ser impensable, porque la pandemia no conoce fronteras ni nacionalidades, y porque la exclusión de Taiwán no solo va en contra del derecho a la salud de los 23,5 millones de taiwaneses, sino que también priva a la comunidad internacional del conocimiento y la experiencia que Taiwán podría aportar al resto del mundo.
La pandemia de la covid-19 ha demostrado que nadie es inmune a este virus y no debemos permitir que la expansión hegemónica de China se interponga en el camino de un esfuerzo más integral para combatirla. Se trata de una cuestión de salud que debería permanecer libre de politización. Ahora, Taiwán ha creado un nuevo lema que sumar a los anteriores: el de #LetTaiwanHelp (“deja que Taiwán ayude”). Adhiriéndose a este nuevo lema, Taiwán hace un llamamiento a toda la comunidad internacional para que apoye plenamente su participación como observador en la 74ª Asamblea Mundial de la Salud, y su incorporación plena a las reuniones, mecanismos y actividades de la OMS, organismo que vería así también cumplido su propio lema, que parece querer olvidar, de “no dejar a nadie atrás”.
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