<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Las consecuencias de las que advirtió Marruecos a España, tras acoger nuestro país en un hospital de Logroño, sin avisar a Rabat, al líder del frente Polisario, Brahim Ghali, comenzaron a verse ayer. Unos 5.000 inmigrantes llegaron en las últimas horas, de manera irregular a Ceuta, desde territorio marroquí, ante la pasividad de las fuerzas de seguridad del país magrebí.</strong></h4> Como ha sucedido en otras ocasiones, Marruecos <strong>ha utilizado la relajación en el control de los flujos migratorios para mostrar con hechos a España su malestar</strong> por alguna actuación. En ese caso, el enfado, que provocó la convocatoria al embajador en Rabat,<strong> Ricardo Díez-Hochtleiner,</strong> y un par de comunicados ha sido lo que consideran un <strong>gesto inamistoso del Gobierno español</strong> al haber permitido, el pasado 21 de abril, la hospitalización de Ghali en nuestro país, a donde habría llegado con pasaporte diplomático argelino y una identidad falsa. <strong>El malestar marroquí</strong> no lo es tanto con la hospitalización -al parecer por COVID-, para la que las autoridades españolas alegan “razones humanitarias”, como con <strong>la forma en que se ha producido, sin avisar previamente al Gobierno marroquí, y consideran que, tras negociaciones con Argelia</strong>. Ghali, de 72 años, está imputado en la Audiencia Nacional, crímenes cometidos contra disidentes y militantes saharauis, en su mayoría nacidos en la colonia española, que tenían diferentes visiones políticas a las de la clase dirigente del Polisario. Desde la madrugada del lunes, <strong>unos 5.000 inmigrantes entraron en Ceuta de manear irregular, tras bordear los espigones marítimos fronterizos de El Tarajal y Benzú,</strong> muchos de ellos nadando o con flotadores, <strong>sin que las fuerzas de seguridad marroquíes, que normalmente impiden el acceso por esa zona, hicieran nada por impedirlo.</strong> Entre los inmigrantes, hay unos 1.500 menores de edad, así como varias familias enteras, con niños. Según<em> El Faro de Ceuta</em>, una persona habría fallecido en el intento por llegar a la ciudad autónoma a través del mar. Un elevado número de los inmigrantes han sido conducidos a las naves de Tarajal, que fueron habilitadas en los meses más duros de la pandemia para que los inmigrantes llegados a Ceuta guardaran la cuarentena en prevención de cualquier contagio de coronavirus. Otros 300 podrían haber sido ya devueltos a Marruecos. <strong>El Gobierno español ha decidido movilizar al Ejército, concretamente a las unidades de La Legión y Regulares</strong>, para reforzar a las fuerzas de seguridad en el control de la ciudad. La ministra de Asuntos Exteriores, <strong>Arancha González Laya</strong>, preguntada en la mañana de ayer por lo que estaba sucediendo aseguró que el Gobierno <strong>no tiene constancia de que Marruecos esté levantando la mano</strong> para permitir la salida de migrantes hacia España como vía para presionar al Ejecutivo. En declaraciones a la cadena<em> SER</em>, González Laya manifestó que no podía hablar por Marruecos, pero añadió "En todo caso, puedo decirle que <strong>nos han asegurado hace unas horas es que esto no es fruto del desencuentro"</strong>. González Laya se mostró hace unos días visiblemente molesta ante la reiteración de preguntas de los periodistas sobre la crisis diplomática abierta con Marruecos y se limitó a decir que lo que tuviera que decir a Rabat el Gobierno lo haría directamente y no a través de los medios de comunicación. <strong>El presidente del PP, Pablo Casado</strong>, publicó en su cuenta de Twitter reclamó al Ejecutivo desde su cuenta de Twitter que garantice “de inmediato” la integridad de nuestras fronteras y coordine con Marruecos “la devolución de los inmigrantes a su país.