<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) presentó ayer en la sede de Casa de América en Madrid el informe <a href="https://oei.int/oficinas/secretaria-general/publicaciones/educacion-superior-productividad-y-competitividad-en-iberoamerica" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><em>Educación superior, competitividad y productividad en Iberoamérica</em></a>, en el que se analiza el “déficit histórico en productividad” en Iberoamérica, “exacerbado por la pandemia”.</strong></h4> El informe, elaborado por los académicos Germán Ríos y Victoria Galán-Muros para el Instituto Iberoamericano para la Educación y la Productividad de la OEI, analiza la actualidad de la educación universitaria en la región y su capacidad para promover la innovación y la competitividad en el entorno empresarial iberoamericano. Entre sus principales conclusiones, el informe demuestra que en América Latina la productividad ha disminuido en los últimos 50 años y es baja en todos los sectores, lo que ha generado un “rezago competitivo” en comparación con los países de la OCDE. Asimismo, destaca la alta informalidad en el mercado de trabajo, que en toda la región afecta a alrededor del 50% de los empleados, y advierte de que, con la irrupción de la pandemia, el desempleo juvenil se ha convertido en un problema social serio de la región, puesto que muchos jóvenes abandonan la educación secundaria para intentar, sin éxito, entrar en el mercado laboral. El estudio señala también que, aunque las mujeres han venido ganando espacio en la fuerza laboral iberoamericana, las tasas de desocupación femeninas son más elevadas que las masculinas. Durante el acto, <strong>la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya</strong>, afirmó que “el informe revela un importante desajuste entre lo que demanda el mercado y lo que ofrece el sistema educativo, “y esa es la brecha que hay que cerrar”. “Los Gobiernos iberoamericanos deben regular mejor los doctorados industriales y formación técnica dual” e impulsar la “cooperación público-privado para salir de la crisis con transformación”, añadió. <strong>Mariano Jabonero, secretario general de la OEI</strong>, destacó el papel fundamental de las universidades como motor de la innovación y la investigación en Iberoamérica, ya que ambos factores “se desarrollan en un 60% en nuestras universidades”. Asimismo, advirtió de que “este es el momento de hacer frente al déficit histórico en materia de productividad, exacerbado por la pandemia”, un reto que debe ser abordado desde la educación, “el recurso más estratégico y sostenible con que cuenta la región”. Por su parte, <strong>Ángel Gurría, secretario general de la OCDE</strong>, advirtió de que “el rezago de la región es enorme” y que “la productividad de Iberoamérica está estancada” y solo representa “el 38% de la productividad promedio de la OCDE”. Por ello, afirmó, es necesario involucrar a todo el sistema de educación superior, que debe “fomentar el espíritu empresarial de los jóvenes”. “Nuestros jóvenes deben dejar de ser las principales víctimas de la pandemia y convertirse en los principales reconstructores de Iberoamérica”, una Iberoamérica “resiliente, incluyente, sostenible, unida y fuerte”, concluyó. Por último, <strong>Enrique Iglesias, primer secretario general iberoamericano</strong>, afirmó que hoy en día hay más de 35 millones de estudiantes en la región y, por tanto, “le debemos a América Latina llevar el debate de las universidades a estos espacios”.