<h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>El dato más positivo de la victoria de Isabel Díaz Ayuso en Madrid para el Partido Popular ha sido la reunificación del espacio electoral de centro derecha en torno a sus siglas.</strong></h4> Sin necesidad de coaliciones o pactos, los electores de su antigua competencia de Ciudadanos vuelven al PP y aceleran la descomposición en las filas del partido fundado por Albert Rivera. Desde la dirección nacional y desde las regionales donde se barruntan comicios (Andalucía) aceleran a su vez la absorción de los dirigentes de Cs que consideran más próximos o de mejor cartel. El partido bisagra nacido para moverse a izquierda y derecha dio su último giro el pasado marzo, cuando se puso a disposición de Pedro Sánchez para liquidar a la oposición del PP vía mociones de censura en sus feudos como Madrid, Murcia o Castilla-León. Ese movimiento desató las deserciones e hizo que el propio Rivera se colocara en la órbita de Pablo Casado, junto con su principal referente del mundo económico, Marcos de Quinto. Las elecciones en Madrid confirmaron que Ciudadanos se queda sin sitio en el mapa político pese al empeño de su actual presidenta, Inés Arrimadas, por mantener la formación unida y jugar un mínimo papel de complemento en el Congreso hasta que termine la legislatura. Le queda un grupo parlamentario de 9 diputados en una Cámara de 350. Díaz Ayuso cuenta para su próximo gobierno autonómico con la exconsejera Marta Rivera de la Cruz, pero por los méritos contraídos en la gestión de su departamento y confianza personal de la presidenta autonómica, no como cuota de los restos de Cs. Así lo recalcan en fuentes del PP para definir el proceso que se abre a partir de ahora para incorporar a antiguos dirigentes riveristas. Rivera de la Cruz se desmarcó desde el principio de los tanteos de su partido para pactar con el PSOE, se descolgó luego de las listas y se dio de baja en Cs después de las elecciones. La única figura de peso que le queda a Ciudadanos en Madrid es Begoña Villacís, a quien José Luis Martínez-Almeida cuida como vicealcaldesa de la capital, el puesto de mayor realce que ocupa ahora mismo un militante de Cs en España. En el PP reconocen que, llegada la hora, la de la desbandada final, Villacís será su gran fichaje antes de las próximas elecciones municipales. El electorado de centro derecha se ha expresado con claridad en Madrid, sigue la tendencia de las últimas legislativas, las de noviembre de 2019, y confirma la tendencia señalada en las encuestas a favor del PP como formación que aglutina ese voto en toda España. La próxima cita fija con las urnas son las autonómicas en Andalucía, la región más poblada y que elige el mayor número de diputados al Congreso. En sus 8 provincias se dirimirá en los próximos meses el futuro de los dirigentes de Ciudadanos. El partido fundado por Rivera tiene incluso un alcalde de capital de provincia (Granada), Luis Salvador, que debe el cargo al apoyo del PP. Encarrilada la unidad por el centro con la absorción de Ciudadanos, a Pablo Casado le queda pendiente la complicada relación con Vox, formación de extrema derecha cuyo programa y postulados populistas como la obsesión contra los inmigrantes chocan con el PP. El partido de Santiago Abascal se ha estancado, e incluso retrocedido sustancialmente en Madrid con respecto a los resultados de las últimas generales, pero el jefe de la oposición tiene que evitar el choque directo con Vox para mantener sus gobiernos en autonomías y ayuntamientos. En la sede de Génova dan por fracasado el intento de Abascal de competir por el centro derecha y suplir en ese espacio al PP. Esa operación de desgaste contra Casado llevó a Vox a apoyar, con su abstención en el Congreso, el control directo por Sánchez de los 70.000 millones en inversiones del plan de rescate de la UE. Eran y son todo un aval para garantizar al presidente del Gobierno una larga legislatura. El PP considera que, después de frenar el crecimiento de Vox, la tendencia a favor de la unidad del centro derecha como única alternativa de gobierno a la coalición de Sánchez cundirá hasta calar entre un sector del actual votante de extrema derecha.