<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, advirtió ayer de que Europa hace “muchas más cosas” en el mundo de las que se le reconocen, incluida la gestión universal de las vacunas, pero no sabe “ponerlo en valor” porque “ha perdido la batalla de la narrativa”.</strong></h4> <strong>“Tenemos el estigma de que estamos prohibiendo la exportación de vacunas, cuando realmente somos los que más exportan”</strong>, declaró Borrell durante un acto telemático del <strong>Real Instituto Elcano para presentar su libro <a href="https://eeas.europa.eu/headquarters/headquarters-homepage/94343/book-european-foreign-policy-times-covid-19_en?_cldee=ZWdvbnphbGV6QHRoZWRpcGxvbWF0aW5zcGFpbi5jb20%3d&recipientid=contact-b41114e5e39de911a988000d3a233e06-4f5f7b719902416db0d38514acf8e61c&esid=4531ba03-9ab1-eb11-8236-0022487eeaf1" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><em>European foreign policy in times of COVID-19</em></a>,</strong> editado por el Servicio Europeo de Acción Exterior y en el que se hace un repaso de los principales acontecimientos del año 2020 y la respuesta de la UE a la crisis de la pandemia, con especial atención a cuestiones como la repatriación de europeos, la creación del <em>Equipo Europa</em> y el acuerdo sobre el fondo de recuperación. “¿Cuántas vacunas exporta Estados Unidos? Cero ¿Cuántas exporta Reino Unido? Cero. ¿Cuántas exporta China? Mucho menos que Europa”, prosiguió Borrell durante su conversación con <strong>Charles Powell, director del Real Instituto Elcano</strong>. “Europa dedica la mitad de las vacunas para sus ciudadanos y la otra mitad para exportar, nadie ha hecho más que nosotros ni utilizamos las vacunas como instrumentos de poder político”, afirmó. “Europa ha hecho más de lo que se le reconoce”, pero “en la batalla de la narrativa no somos los mejores” y lo que hace la UE “no se pone en valor porque nos falta una narrativa más sólida”, lamentó. Ese problema de la falta de narrativa está relacionado, según Josep Borrell, con la inexistencia de una verdadera visión común exterior europea, lo cual afecta a los debates sobre cuestiones tan importantes como la autonomía estratégica, la defensa de los intereses específicos de Europa en el escenario mundial o la influencia de la UE en los conflictos o en zonas como Rusia, Oriente Próximo o América Latina. <h5><strong>Autonomía estratégica</strong></h5> “El tema de la <strong>autonomía estratégica</strong> hace aflorar las discrepancias y nos divide”, explicó. “Cada vez que pongo la autonomía estratégica sobre la mesa, automáticamente sale alguien en defensa de la OTAN”, cuando esta propuesta “no va contra la OTAN”, afirmó. “No se trata de un alejamiento de la OTAN en lo que respecta a defensa territorial, se trata de que la UE tenga capacidades propias para solucionar unos problemas propios que no va a solucionar la OTAN”, advirtió. En este debate, “Alemania y Francia no son el problema, ya que ellos defienden la autonomía estratégica en unos términos muy avanzados, y hablan incluso de soberanía europea”, sino que es “un problema entre el este y el oeste”, prosiguió Borrell. “Europa es una gran potencia comercial a la que le interesa un mundo abierto a los intercambios”, pero también debe <strong>“aprender a protegerse sin proteccionismo”, porque “la pandemia ha demostrado sus vulnerabilidades y sus dependencias”</strong> y que Europa necesita “redes de seguridad para evitar una vulnerabilidad que puede crear exceso de dependencia”, añadió. <h5><strong>China y EEUU</strong></h5> Esa misma falta de posición común europea (“una política exterior común no implica una política exterior única”) se refleja también en las relaciones de la UE con otras partes del mundo, según Borrell. En el caso de <strong>China</strong>, el alto representante tiene bien claro que el lugar de Europa “está más cerca de EEUU en lo que respecta a los valores”, pero “la UE también tiene sus intereses, que no siempre coinciden con los de EEUU”. “EEUU bien que defiende sus intereses ¿Por qué nosotros no podemos defender los nuestros?”, se preguntó. Al respecto, Borrell puso como ejemplo las críticas que han recibido las negociaciones sobre el acuerdo de inversiones entre UE y China, cuyo proceso de ratificación está actualmente “encallado” en el Parlamento Europeo. “Nosotros tenemos que defender nuestros intereses y conjugar los intereses de 27 Estados miembros”, y aunque el acuerdo con China “no resuelve todos los problemas”, especialmente los laborales o los relativos a derechos humanos, “¿vamos de dejar de invertir en China, de comerciar con China y de tener relaciones con China?”, manifestó. <h5><strong>América Latina, Oriente Próximo</strong></h5> La falta de una posición común europea también se refleja en las relaciones con <strong>América Latina</strong> (“Europa no es consciente de que las empresas europeas han invertido más en América Latina que Rusia, India, China y Japón juntas”, pese a lo cual hay “tres grandes acuerdos de asociación con Chile, México y Mercosur durmiendo por falta de atención por nuestra parte”), sureste asiático (“no tenemos ningún partenariado estratégico con ASEAN) o África Subsahariana. También se aprecia en el caso de Oriente Próximo, explicó. <strong>“Europa no tiene ninguna capacidad mediadora entre Palestina e Israel, hace mucho tiempo que no la tiene, sólo EEUU la tiene realmente”</strong>, advirtió. “UE se limita a repetir icónicamente la solución de los dos Estados, que cada año que pasa es más difícil, sino es que aún existe”, pero “no se pueden pedir peras al olmo, la UE como tal no tiene capacidad para resolver el conflicto, para empezar porque los Estados miembros están muy divididos en este tema”, añadió. <h5><strong>Rusia</strong></h5> Respecto a <strong>Rusia</strong>, según Borrell, “las relaciones son complejas y pasan por contenerlos y al mismo tiempo trabajar con ellos en cosas en las que necesitamos colaborar, como cambio el climático y el suministro energético”. En lo que respecta a los valores democráticos, los derechos humanos y las detenciones de disidentes, advirtió, la única posibilidad real de Europa es “discutir abiertamente, mostrar su rechazo e ir allí y decírselo a la cara”, como hizo él mismo el pasado mes de febrero, cuando se desplazó personalmente a Moscú para pedir la liberación de opositores rusos, entre ellos Alexey Navalni. Aquel viaje, según Borrell, “puso de manifiesto que Rusia no acepta que se le plantee el tema de los derechos humanos ni el caso Navalni, porque para el régimen de Vladimir Putin es una cuestión existencial”. De hecho, recordó, <strong>el ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, “me lo advirtió claramente: si sacas el tema de Navalni, yo te voy a sacar el tema de Cataluña para demostrar que tú también tienes un problema interno de derechos humanos y libertades”</strong>. “Yo no fui a Moscú para ponerme a discutir si la situación de (Oriol) Junqueras, que estaba haciendo campaña electoral en ese momento, es la misma de Navalni, que estaba ante un tribunal arriesgando muchos años de cárcel en un régimen penitenciario muy diferente”, añadió. En efecto, Lavrov aseguró tras reunirse con Borrell que en la UE y en Estados Unidos se han producido casos de abusos policiales y “decisiones judiciales motivadas políticamente” y puso como ejemplo a “los líderes independentistas catalanes”, que “están en prisión por organizar un referéndum”. La <strong>ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya</strong>, respondió posteriormente que “España es una de las 23 democracias plenas en el mundo”, mientras que “Rusia está en el puesto 124 de 167 países”. Días más tarde, el entonces vicepresidente segundo, <strong>Pablo Iglesias</strong>, declaró que “no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, el uno está en la cárcel y el otro en Bruselas”.