<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>El cónsul general de España en Jerusalén, Ignacio García-Valdecasas, ha sido destituido de su cargo por la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, alegando “pérdida de confianza”, según informaron a The Diplomat fuentes diplomáticas. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores confirmó a este web el cese del diplomático, pero sin añadir nada más.</strong></h4> García-Valdecasas <strong>llevaba en el puesto desde el verano de 2019</strong>, y le quedan poco más de dos años para llegar a los 70 años, la edad de jubilación. La decisión fue adoptada ayer, tras comunicar la subsecretaria, <strong>Celsa Nuño</strong>, a la Junta de la Carrera Diplomática la intención de proceder a la destitución del cónsul, después de que <strong>una investigación interna diera por buenas las acusaciones de malos tratos</strong> formuladas contra García-Valdecasas por algunos de sus subordinados en el Consulado, acusaciones que el cónsul ha rechazado, según aseguraron fuentes de su entorno a The Diplomat. Ignacio García-Valdecasas fue designado cónsul general en Jerusalén en abril de 2019, tras ser resuelto el concurso de provisión de puestos de trabajo en el exterior, conocido en el argot diplomático como “el Bombo”. Se trata de un puesto que, normalmente, lleva un asterisco, por lo que el titular del Ministerio se reserva el nombramiento sin esperar a escuchar el parecer -que nunca es vinculante- de la Junta de la Carrera Diplomática. <strong>El Consulado General en Jerusalén,</strong> situado en la parte Este de la ciudad, está considerado como <strong>una especie de “embajada oficiosa” ante Palestina.</strong> Ahora, al frente del Consulado quedan las cónsules adjuntas <strong>Sofía Ruiz del Árbol y Paloma Serra</strong>, hasta que, en breve, sea convocado un “bombito”, es decir un concurso específico para cubrir el puesto. Fuentes diplomáticas consultadas por <em>The Diplomat</em> pusieron de relieve que<strong> la destitución no se produce en el mejor momento</strong>, dado que el Consulado vive en las últimas semanas una especial actividad por varios motivos. Por un lado, la representación consular está siguiendo muy de cerca el <strong>juicio contra la trabajadora humanitaria española Juana Ruiz Sánchez</strong>, detenida desde hace casi un un mes y acusada de "pertenencia a una organización ilegal". Juana Ruiz es coordinadora de proyectos en la ONG palestina Comités de Trabajo para la Salud, a la que Israel acusa de desviar fondos europeos a la actividad del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), considerado grupo terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea. Ayer la cooperante española afrontó una nueva vista ante un juez militar, en la que estuvo presente el cónsul ahora cesado. Por otra parte, se agrava la<strong> escalada de enfrentamientos entre israelíes y palestinos</strong>, que no han cesado desde los sucesos registrados con la entrada, el pasado viernes, de fuerzas israelíes en la Explanada de las Mezquitas en la Ciudad Santa, y que han provocado varios cientos de heridos. Ayer, Hamas lanzó seis cohetes que llegaron hasta Jerusalén e Israel respondió con un ataque a la Franja de Gaza, que provocó un elevado número de muertos. Además, la<strong> tensión política se mantiene entre las distintas facciones palestinas</strong>, después de que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, decidiera cancelar las elecciones previstas para el día 22 de mayo, y que iban a ser las primeras en los Territorios Palestinos desde hace quince años. Ignacio García-Valdecasas tiene una larga trayectoria profesional, que le ha llevado a ser <strong>embajador de España en Paraguay y en Chipre,</strong> así como “número dos” de la Embajada en Moscú, cónsul general en Ciudad del Cabo y director de Asuntos Institucionales de la Oficina del Alto Comisionado del Gobierno para la Marca España, entre otras cosas. Esta es la <strong>tercera ocasión en que González Laya prescinde de un cónsul general antes de que finalice su mandat</strong>o, aunque los motivos han sido diferentes. En junio del pasado año, ordenó el cese de <strong>Álvaro Alabart como cónsul general en Bayona</strong>, tras unas denuncias por actuación irregular durante el confinamiento por el COVID, una medida que fue recurrida, sin éxito, por el afectado. Posteriormente, en noviembre, la ministra forzó a <strong>Fernando Villalonga a renunciar a su puesto de cónsul general en Rabat</strong>, para el que acababa de ser nombrado, y antes de que tomara posesión del cargo, por unas declaraciones críticas con el Gobierno en una emisora de televisión hechas con anterioridad al nombramiento.