The Diplomat
La incertidumbre sobre la vacunación de diplomáticos y otros trabajadores en el exterior sobre el momento en que serán vacunados contra la COVID-19 fue uno de los temas que más debate suscitó, en la reciente asamblea general celebrada por la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE).
La falta de respuestas tranquilizadoras por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores causa malestar no sólo entre los diplomáticos, sino entre el resto de trabajadores que prestan sus servicios fuera de España. De hecho, la sección sindical de UGT en Exteriores ha decidido enviar una carta a la directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, Elena Andradas, para tratar de encontrar una solución que no se les ofrece desde el Gobierno central, una actitud que califican de “miserable abandono”.
Desde la ADE, según supo The Diplomat, ya se planteó en febrero el problema, de manera verbal, tanto a la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, como a la subsecretaria, Celsa Nuño, y la respuesta fue que la cuestión de las vacunas es competencia del Ministerio de Sanidad y que no habría un tratamiento específico para diplomáticos y otros trabajadores en el extranjero.
Sin embargo, en la Asamblea de la ADE se puso de relieve que el Ministerio de Defensa sí está vacunando a los militares que son enviados a misiones internacionales, por lo que se pide el mismo tratamiento para el resto de funcionarios que han de desplazarse o que están ya fuera de España. La preocupación es mayor entre los trabajadores que se encuentran en países en los que la vacunación va muy retrasada o donde se administran vacunas que no cuentan con el visto bueno de la Agencia de Medicamento Europea. En otros lugares más avanzados, algunos de los trabajadores han sido ya vacunados por decisión de las autoridades de esos países.
Las quejas se extendieron también a que no se adopten medidas para aprovechar los viajes que los destinados fuera realizan a España para que se les administre la vacuna. Algunos, incluso, han recibido citaciones de sus centros de salud en España para ser vacunados cuando se encontraban lejos, pero no han podido acudir a ellas, salvo que se hubieran pagado el viaje de su bolsillo.
Entre los diplomáticos se piensa que hay un cierto temor en el Ministerio de Asuntos Exteriores a que, si establece un mecanismo para su vacunación, sea considerado como un privilegio para un colectivo al que se adjudica el cliché de elitista, algo que rechazan, ya que, lo mismo que el resto de los trabajadores en el exterior, tienen una situación especial, que debe ser atendida de manera particular.
Así, la carta de UGT a la Comunidad de Madrid, a la que tuvo acceso de The Diplomat, señala que a sus demandas se les ha contestado que no es posible atender su solicitud “dejándonos, a nosotros y a nuestras familias -dice-, totalmente desprotegidos ante este peligro”. Diplomáticos, embajadores, cónsules, secretarias, jefes de visados, cooperantes y otras muchas categorías de funcionarios hemos sido abandonados sin razón ni explicación alguna cuando la solución que hemos aportado es sencilla y fiable».
En concreto, indican que dadas las características de sus destinos “muchos en países en los que no existen vacunas o no son de fiar, u otros que nos ignoran pues sus prioridades son sus ciudadanos,” piden “poder ser vacunados en nuestros viajes a Madrid, bien de vacaciones o por cualquier otro asunto».