The Diplomat in Spain

Eduardo González/Luis Ayllón

La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, aseguró ayer que el nombramiento de nuevos embajadores se está desarrollando “con normalidad”, a pesar de las reiteradas quejas de buena parte de los diplomáticos  por los retrasos en las designaciones.

“Los nombramientos en las Embajadas está transcurriendo perfectamente y dentro de los plazos”, declaró la ministra durante una rueda de prensa conjunta en el Palacio de Viana con su homólogo de Túnez, Othman Jerandi. Por tanto, prosiguió, el proceso transcurre “dentro de la normalidad”, excepto “en dos Embajadas”, las de India y Reino Unido, a cuyo frente se encuentran “dos personas ejerciendo las funciones de embajador”. En estos momentos, añadió, se está llevando a cabo el proceso de selección de los nuevos embajadores y cuando se decidan los nombramientos “se comunicará a los interesados” y se iniciarán los trámites para solicitar el plácet a ”los países terceros”, añadió.

Las palabra de González Laya se producen en medio del malestar mostrado por los diplomáticos españoles, que no terminan de entender que la ministra de Asuntos Exteriores –a quien competen estos nombramientos-  siga sin nombrar embajadores, a pesar de que sobre su mesa de trabajo tiene, desde antes de Navidades, las propuestas presentadas por el grupo de altos cargos de su Ministerio encargado de seleccionar candidatos entre los aspirantes.

La Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), que agrupa al 65 por ciento de los miembros de la Carrera Diplomática, envió en febrero una carta a la subsecretaria, Celsa Nuño, en la que exponía su sorpresa por el retraso en los nombramientos, algo que afectaba a quienes dejarán sus puestos, porque mientras no se hubiera pedido el plácet para su sucesor o sucesora, no podían presentarse al concurso de otros puestos en el exterior. De hecho, muchos de ellos, no pudieron concurrir a ese reparto, conocido en el argot diplomático como el “bombo”, que fue resuelto el pasado día 20. La consecuencia es que, cuando sean cesados, deberán regresar obligatoriamente a un puesto en Madrid.

Los casos más llamativos de estos retrasos son, precisamente, las Embajadas de India y Reino Unido. En el primer caso, la Embajada está vacante desde hace medio año, cuando se jubiló su titular, José Ramón Barañano, a pesar de que nuestro país tiene intereses económicos allí, como lo demuestra la visita que tenía previsto efectuar hace escasas fechas la propia González Laya Nueva Delhi acompañada de un grupo de empresarios, una visita que tuvo que cancelar debido a la alta incidencia del coronavirus en el país asiático.

Más grave aún se considera, en medios diplomáticos consultados por The Diplomat, que no se haya nombrado todavía embajador en Londres, un puesto vacante desde que el 2 de febrero se produjo el cese de Carlos Bastarreche, que se jubiló a finales de noviembre pero aceptó seguir un par de meses más en el puesto debido a la salida del Reino Unido de la UE el 31 de diciembre. Pese al tiempo de que ha dispuesto la ministra para nombrar nuevo embajador en Londres, esto no se ha producido. Según le cuentan a The Diplomat, González Laya ha descartado ya, en estos casi cinco meses, hasta una media docena de nombres de diplomáticos con amplia experiencia para ocupar el puesto, y mantiene como encargado de Negocios al “número dos”, José María Fernández López de Turiso.

Además de las Embajadas en Nueva Delhi y en Londres, la ministra debe cubrir las vacantes de Bosnia y Herzegovina, donde ya se ha jubilado también el embajador -José María Valdemoro- hace un mes; y las de Rusia e Irán, donde sus titulares -Fernando Valderrama y Luis Felipe Fernández de la Peña, respectivamente- lo harán a finales de mayo. Asimismo, debe decidir sobre quiénes se harán cargo de otras veintiocho embajadas, en concreto, las de Canadá, Israel, Grecia, Sudáfrica,  Angola, Arabia Saudí, Costa de Marfil, Emiratos Árabes Unidos, Estonia, Gabón, Ghana, Guinea-Bissau, Haití, Irak, Afganistán, Indonesia, Jordania, Kazajistán, Kenia, Líbano, Macedonia del Norte, Mauritania, Nigeria, Paraguay, República Dominicana, República Eslovaca, Tailandia y la Representación Permanente ante el Comité Político y de Seguridad de la UE, con sede en Bruselas.

De los nombramientos están pendientes en torno a 140 diplomáticos que presentaron sus candidaturas, entre ellos un buen número de directores generales y subdirectores generales que llevan tiempo en el puesto y desean salir al exterior. Los primeros, sobre todo, tienen bastantes posibilidades de lograrlo, y eso provocará que la ministra tenga que recomponer su equipo. Pero, además, otros muchos diplomáticos están atentos a los nombramientos de embajadores, porque podrían aspirar a otros puestos en un próximo “bombito”, en caso de que algunos de los que han sido designados para un puesto en el “bombo” fueran nombrados embajadores y dejaran sus destinos vacantes.

Según las fuentes consultadas, la ministra habría recibido también alguna indicación desde la Presidencia del Gobierno para que comience a tomar decisiones sobre el nombramiento de embajadores. Al parecer, González Laya quiere estudiar detenidamente, y de manera personal, todas las candidaturas que le han sido presentadas por el grupo de trabajo, pero ello retrasa enormemente la toma de decisiones y provoca inquietud e incertidumbre entre los aspirantes. Uno de los factores que podría estar retrasando esa toma de decisiones es el deseo de la ministra de que, al menos una veintena de los nuevos representantes diplomáticos españoles sean mujeres, para tratar de ir reduciendo la diferencia existente con respecto al número de embajadores varones, un objetivo que enmarca en la llamada política exterior feminista, que quiere sea la seña de identidad de su paso por el Ministerio.