<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba, y la ministra federal austríaca para la UE y la Constitución, Karoline Edtstadler, abordaron ayer en Madrid diversos asuntos de la agenda común europea, con especial atención al certificado sanitario, a la ampliación de la UE en los Balcanes Occidentales y a las diferencias entre los dos Gobiernos respecto a la política europea migratoria y el acuerdo con Mercosur.</strong></h4> “La colaboración entre España y Austria es excelente y reuniones como ésta son importantes para la amistad entre nuestros países”, declaró <strong>Karoline Edtstadler</strong>, en un correcto castellano, durante la rueda de prensa posterior al encuentro, celebrada en la sede ministerial del Palacio de Viana, en Madrid. Durante el encuentro, los dos viceministros abordaron asuntos como <strong>la transición verde, los planes de recuperación tras la pandemia, la lucha contra el COVID en los dos países, el apoyo a la estrategia europea de vacunaciones y la defensa del certificado verde digital</strong>, un objetivo en el que se han implicado Austria y España casi desde el principio. “Ella fue de las primeras que abogaron en el Consejo de Asuntos Generales por la creación del certificado digital”, aseguró González-Barba. Asimismo, el secretario de Estado y su homóloga austríaca confirmaron su apoyo <strong>al avance de las negociaciones con Albania y Macedonia del Norte y a la ampliación de la UE hacia los Balcanes Occidentales.</strong> “España no tiene la inmediatez geográfica con esa región que tiene Austria, pero, desde su vocación europea, para España es imposible el proyecto europeo sin la incorporación exitosa de los Balcanes Occidentales”, declaró González-Barba. “Los Balcanes Occidentales deben ser parte de Europa, lo cual no sería una ampliación, sino el cierre de una laguna histórica”, afirmó Edtstadler. Esta región, aseguró, es “clave” para abordar asuntos como las migraciones o la influencia de Rusia, Turquía y China, por lo que “ha llegado la hora de dejarnos de vanas promesas, de ser creíbles y de dar un paso más allá”, advirtió. <strong>Migraciones y Mercosur</strong> Junto a estas coincidencias, los dos viceministros abordaron dos asuntos en los que difieren abiertamente, como la política migratoria o la firma del acuerdo con Mercosur. Respecto al <strong>tema migratorio</strong>, González-Barba declaró que “la propuesta que la Comisión ha puesto sobre la mesa no alcanza el equilibrio correcto entre los principios de solidaridad y responsabilidad en el procedimiento de fronteras y peca de poca ambición en cuanto a la solidaridad”. Por su parte, Edtstadler explicó que “cada país tiene su propia trayectoria y experiencia y entre 2015 y 2016 Austria aguantó el embate principal en la entrada de migrantes”. “Para nosotros es importante que se tenga en cuenta la dimensión exterior, las ayudas externas y los procedimientos de retorno”, prosiguió. En todo caso, “Austria no quiere que se repartan refugiados por toda Europa, ya hemos asumido una parte muy importante en los últimos años”, añadió. El nuevo acuerdo de asilo y migración, presentado el pasado mes de septiembre por la Comisión Europea, no satisface la postura de España en favor de un sistema de cuotas obligatorias para la distribución de refugiados y se limita a establecer un método “flexible y voluntario” para el “reparto equitativo de la responsabilidad y la solidaridad”. Hungría, Polonia y Austria también han sido muy críticas con el acuerdo, aunque por motivos diferentes a los de España. El canciller de Austria, Sebastian Kurz, ha pedido a la UE que refuerce sus fronteras y ha rechazado el término “solidaridad” para referirse el tema del asilo. En cuanto al acuerdo con <strong>Mercosur</strong>, el secretario de Estado admitió que “existen diferencias en el seno de la UE por la ambición medioambiental del acuerdo y hay reservas sobre todo del sector agropecuario en general”, pero España opina que “incluso en el comercio estrictamente agrario el balance es favorable a la UE” y que el acuerdo “ya recoge compromisos concretos sobre medio ambiente y la Comisión está dispuesta a nuevos compromisos sin necesidad de reabrir el acuerdo”. Por su parte, la ministra federal austríaca advirtió de que, “tal como está, Austria no lo puede aceptar”. Aparte, añadió, “hay un mandato del Parlamento y estamos obligados por ese mandato”. “Todos estamos de acuerdo en que hay que hacer una transformación verde en Europa, pero eso se tiene que replicar necesariamente en el acuerdo con Mercosur”, manifestó. El pasado de marzo, Austria reafirmó su veto al acuerdo comercial entre la UE y Mercosur, firmado a mediados de 2019, y pidió a la presidencia portuguesa evite cualquier intento para hacerlo entrar en vigor. El Parlamento austríaco también ha rechazado el acuerdo, por considerar (al igual que otros países de la UE, como Francia, Bélgica y Países Bajos) que no garantiza la protección del medio ambiente en Brasil. La entrada en vigor del acuerdo requiere de la aprobación de los 27 Estados miembros de la UE y del Parlamento Europeo.