<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La participación del régimen venezolano de Maduro Venezuela se convirtió ayer, inevitablemente, en el protagonista no deseado de una Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que había sido diseñada para abordar la lucha contra el COVID-19 y la recuperación tras la crisis económica generada por la pandemia. </strong></h4> Entre los dirigentes que intervinieron ayer en la Cumbre de Andorra (la inmensa mayoría por videoconferencia), el que se mostró más beligerante contra el régimen de Maduro fue <strong>el presidente de Colombia, Iván Duque</strong>, quien recordó que la región vive actualmente su “mayor crisis migratoria” por los “millones de venezolanos” que han huido de “la más opresora de las dictaduras que se haya visto” en América Latina. Por ello, el mandatario colombiano instó a que se aborde de forma “urgente” la situación en Venezuela para que se consiga “el fin de la dictadura, elecciones libres y un periodo de transición”. En un tono también muy duro, <strong>el presidente del Ecuador, Lenin Moreno</strong>, calificó de inaceptable que “se incorpore a esta cumbre la delegada de un gobierno que no respeta principios políticos ni los derechos humanos del pueblo al que dice representar”, mientras que <strong>el mandatario de Chile, Sebastián Piñera</strong>, instó al Gobierno de Venezuela a “asumir un pleno y total compromiso con los valores de libertad, Estado de Derecho, democracia y derechos humanos”. <strong>El presidente de Perú, Francisco Rafael Sagasti</strong>, mostró su “apoyo a los valores comunes de la democracia y los derechos humanos para los hermanos venezolanos” a fin de que puedan “superar la crisis que ha llevado al destierro a millones de venezolanos”, y <strong>el presidente de Uruguay, Luis Lacalle</strong>, pidió al régimen de Venezuela, “con serena voz pero con firmeza”, que “abra las puertas y la ventana a la democracia”. Por su parte, el secretario de negociaciones bilaterales en Oriente Medio, Europa y África de <strong>Brasil</strong>, Kenneth da Nóbrega (el presidente Jair Bolsonaro se negó a participar en la Cumbre precisamente en protesta por la presencia del Gobierno venezolano), quiso “dejar claro que la participación de Brasil en esta cumbre no implica reconocimiento del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro”. El viceministro de Relaciones Exteriores de <strong>Paraguay</strong>, José Antonio Dos Santos, pronunció exactamente las mismas palabras en su intervención posterior. En un tono previsiblemente distinto, <strong>el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel</strong>, pidió “respeto” al presidente Maduro y afirmó que “es injusto culpar al Gobierno de Venezuela de la situación económica y social” que vive el país, que ha sido causada por “las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos, apoyadas por algunos de sus aliados”. “Sería útil y sincero reconocer que la intervención de Estados Unidos ha fracasado. Deberían reconocer que Venezuela es un Estado soberano”, agregó. Como era de esperar, el tono más duro lo puso <strong>la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez</strong>, quien finalmente sustituyó a Maduro en la Cumbre pese a que se había anunciado la participación de éste. En su respuesta a las “voces menores de intolerancia de nuestra subregión”, la vicepresidenta cargó casi toda su artillería contra Iván Duque, a quien acusó de ser el responsable del “fracaso para garantizar la paz del pueblo de Colombia, enredado en los cultivos de la droga”. Asimismo, declaró que “quienes hablan de democracia deben respetar la voluntad sagrada del pueblo de Venezuela”, que “ha elegido a sus autoridades”, y reclamó a la UE que devuelva los “recursos secuestrados del pueblo de Venezuela”, en referencia a las sanciones europeas. Delcy Rodríguez figura en la lista de sanciones de la UE contra Venezuela por violaciones de los Derechos Humanos y tiene prohibida su entrada en el espacio Schengen. Al respecto de este debate sobre Venezuela, <strong>el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez</strong>, declaró durante la rueda de prensa posterior que la Cumbre “es el único espacio multilateral de la comunidad iberoamericana para encontrarse, dialogar, escucharse y confrontar ideas, y eso es lo que hemos visto”. <strong>“Hay posiciones políticas absolutamente confrontadas, pero a partir de ese diálogo, y a través de un ámbito como la Cumbre Iberoamericana, se llega a acuerdos”</strong>, concluyó, sin más detalles. <h5><strong>Pedro Sánchez anuncia la donación de vacunas</strong></h5> Los demás intervinientes, incluido Sánchez, eludieron el tema de Venezuela y se centraron en los grandes temas de la Cumbre, cuyo lema fue <em>Iberoamérica ante el reto del coronavirus</em> y que concluyó con la aprobación de una <strong>Declaración Común</strong> en la que se aboga por el acceso universal a las vacunas contra el COVID-19 y se plantea una reforma urgente de los instrumentos de financiación para que los países más afectados por la pandemia reciban una ayuda más rápida y flexible. Durante las intervenciones, todos los participantes, independientemente de su color político, coincidieron en sus fuertes críticas a la distribución desigual de las vacunas, al “nacionalismo de las vacunas”, a las insuficiencias del sistema COVAX, al “acaparamiento” en algunos países que han recibido “más vacunas de las que necesitaban” y al sistema de patentes, que impide la producción de vacunas en los laboratorios latinoamericanos. En este sentido, Pedro Sánchez aprovechó su intervención para anunciar, en línea con lo que él mismo había adelantado el día anterior, que su Gobierno va a poner “<strong>a disposición de América Latina entre el cinco y el diez por ciento del total de vacunas contra el COVID que España va a recibir en el año 2021”</strong>, lo cual implica “7,5 millones de dosis a final del presente año” que serán distribuidas a través de COVAX y la Organización Panamericana de Salud en función de “la preparación de los países receptores para recibir y poder dar uso a las dosis recibidas”. El anuncio fue agradecido por algunos de los dirigentes que intervinieron después de Sánchez. Respecto a la recuperación económica, los diversos intervinientes también coincidieron en la necesidad de modificar el sistema financiero internacional e hicieron mención (en especial Sánchez y el presidente argentino, Alberto Fernández, como es obvio) al <strong>comunicado especial conjunto presentado por España y Argentina, y aceptado por consenso por todos los líderes, en el que se pide que todos los países, con independencia de su nivel de renta e incluyendo a los de renta media, puedan acceder a financiación en condiciones favorables en el marco del nuevo esquema que está ideando el Fondo Monetario Internacional (FMI) </strong>y en el que se apoya la emisión de derechos especiales de giro para ayudar a los países a salir de la crisis. Aparte de Sánchez, por parte de España también intervino el <strong>Rey Felipe VI</strong>, quien aseguró que “cuando en España estábamos atravesando los momentos más difíciles de la pandemia, siempre tuvimos muy presentes a nuestros hermanos iberoamericanos y se pusieron en marcha iniciativas fundamentadas en el más firme sentido de solidaridad y cooperación”. Asimismo, afirmó que las “importantes efemérides” que se celebran en 2021, “especialmente, los bicentenarios de las Independencias de los países de Centroamérica, de México y de Perú”, son “una ocasión adecuada para renovar el apoyo de España a la búsqueda de consensos y soluciones, y a la integración regional americana”. “Siempre estaremos al lado de nuestros países hermanos de América, en lo que se nos requiera, para respaldar sus esfuerzos por mejorar la vida, bienestar y salud de sus poblaciones”, agregó.