<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> La práctica desaparición de la actividad turística a causa de la pandemia <strong>ha reducido en al menos un 75% los ingresos de la Obra Pía de los Santos Lugares de Jerusalén en Madrid</strong>, una institución dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores. La Obra Pía de los Santos Lugares es una entidad estatal de derecho público, sin fines de lucro, que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores y que contribuye al mantenimiento de la presencia histórica de España en Tierra Santa mediante la realización de obras socioculturales y educativas y la conservación del patrimonio propio, tanto en el exterior como en España. Esta entidad desarrolla su actividad en Madrid, Marruecos, Israel, Jerusalén, Damasco (Siria) y Estambul (Turquía), aunque funciona como una sola entidad contable. <strong>Su edificio más representativo es el complejo de la Basílica de San Francisco el Grande en Madrid.</strong> De acuerdo con el apartado dedicado a “hechos posteriores al cierre” <strong>del informe de las cuentas anuales correspondientes al ejercicio 2019</strong>, publicado esta semana por el Ministerio a través del Boletín Oficial del Estado (BOE), <strong>“la pandemia del COVID-19 desencadenada durante 2020 va a tener importantes consecuencias en la actividad de la Obra Pía de los Santos Lugares” debido a que “los ingresos por entradas a la Basílica de San Francisco el Grande se van a reducir de manera drástica”. </strong> La Basílica fue cerrada el 14 de marzo como consecuencia de la declaración del estado de alarma en España y solo retomó su actividad el 15 de julio, “después de implementar todas las medidas de seguridad e higiene establecidas por las autoridades sanitarias”, prosigue el documento. <strong>“A partir de esa fecha, como consecuencia de la práctica desaparición de la actividad turística en Madrid, los ingresos se estima que serán en torno al 20-25% de lo que solían ser en ejercicios anteriores”</strong>, añade. Asimismo, “algunas obras de restauración que se pretendía realizar en la Basílica van a tener que posponerse a futuros ejercicios”. Entre las principales funciones de esta institución, además de contribuir “a la difusión de España y su cultura entre los pueblos del Mediterráneo y Oriente” y de “conservar y gestionar un patrimonio multisecular”, figura <strong>el sostenimiento de la Basílica-Museo de San Francisco el Grande en Madrid</strong>. Aparte, los ingresos de la entidad están constituidos por los rendimientos de su patrimonio, tanto mobiliario como inmobiliario; la transferencia del presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores y <strong>el producto de las entradas a la Basílica-Museo de San Francisco el Grande</strong>. La Obra Pía solo cuenta con siete trabajadores: tres funcionarios del Ministerio y cuatro ordenanzas que prestan servicio en la Basílica-Museo de San Francisco el Grande. Algunas de las propiedades de la Obra Pía proceden de los tiempos de las Cruzadas, concretamente de las campañas de los reyes de Aragón, que en el siglo XIV obtuvieron del Papa Clemente los derechos de patronato sobre algunos santuarios en los Santos Lugares. El Real Patronato se vio reforzado con la concesión del título de Rey de Jerusalén a Fernando el Católico, y desde entonces, y durante siglos, la gestión económica del patrimonio español en Oriente recayó en la Orden Franciscana. Después de que Carlos III decidiese en 1772 asumir directamente la gestión económica del Real Patronato (lo que permitió edificar <strong>la Basílica de San Francisco el Grande, sede del Comisario de Tierra Santa</strong>), el proceso de estatalización alcanzó su culminación con el Real Decreto de junio de 1853, por el que la Obra Pía de los Santos Lugares de Jerusalén se adscribió al Ministerio de Estado, antecedente de Ministerio de Asuntos Exteriores. <strong>La Obra Pía está presidida por la subsecretaria de Asuntos Exteriores, Celsa Nuño.</strong>