Se cumplen dos décadas desde que la Unesco declarara 8 iglesias y una ermita como Patrimonio de la Humanidad. El románico del valle es de un atractivo turístico incalculable y ese reconocimiento universal ayudó aún más a posicionar una zona que ya ha recibido más de dos millones y medio de visitantes.
El redoble de las campanas de las nueve iglesias románicas de la Vall de Boí el pasado mes de noviembre sirvió para recordar que hacía exactamente 20 años que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Como ya pasara el 30 de noviembre del 2000, su tañido inundó todos los pueblos de la Vall del mismo modo que también lo hicieran la alegría y el cava que hicieron correr sus vecinos hace dos décadas. Este reconocimiento de un patrimonio que cuenta con más de nueve siglos de historia revitalizó el territorio, colocándolo en primera línea del mapa turístico internacional y consiguiendo atraer a más de dos millones y medio de visitantes, unos 130.000 anuales.
El conjunto románico está formado por las iglesias de Sant Climent y Santa Maria de Taüll, Sant Joan de Boí, Santa Eulàlia de Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera, la Nativitat de Durro, Santa Maria de Cardet, la Assumpció de Cóll y la ermita de Sant Quirc de Durro.
Cuenta con la particularidad de que se encuentra concentrado en un mismo valle. Todas las iglesias están situadas a muy poca distancia entre ellas y perfectamente integradas en el paisaje natural.
Una de sus características principales es la unidad de estilo arquitectónico. Son construcciones llevadas a cabo durante los siglos XI y XII, siguiendo los modelos provenientes del norte de Italia, el románico lombardo, que se caracteriza por la funcionalidad de sus construcciones, el esmerado trabajo de la piedra, los esbeltos campanarios de torre y la decoración exterior de arcuaciones ciegas y bandas lombardas.
Las iglesias románicas de la Vall de Boí constituyen el reflejo artístico de una sociedad estructurada en torno a las jerarquías eclesiásticas y señoriales, personificadas en este caso en los señores de Erill y el obispado de Roda de Isábena, promotores de los templos de la Vall. En esa sociedad medieval, la Iglesia no sólo cumplía una función religiosa, sino que también desempeñaba un importante papel social, como lugar de reunión y refugio del pueblo. En el caso de la Vall, esta función social de los templos se pone de manifiesto en la utilización de sus esbeltos campanarios de torre como elementos de comunicación y vigilancia.
La arquitectura románica en Cataluña
El románico nace en torno al año 1000 en el norte de Italia y se extiende rápidamente por toda Europa. Es el primer movimiento artístico internacional con unidad estilística, a pesar de las variantes locales. En Cataluña, el nuevo estilo artístico llega de la mano del abad Oliba que, desde Ripoll, Cuixá y Vic, es el gran impulsor de la renovación arquitectónica que vivirán los condados catalanes durante el siglo XI.
El primer románico recoge componentes procedentes del mundo clásico, la tradición local y las formas lombardas llegadas con los maestros de obra itinerantes.
Las construcciones son funcionales y austeras, teniendo como única decoración exterior arcuaciones ciegas y bandas lombardas, con muros gruesos capaces de aguantar el peso de las bóvedas de cañón. Las aberturas son escasas y las naves generalmente están separadas por columnas o pilares unidos por arcos de medio punto.
Durante el siglo XII las mejoras técnicas muestran el perfeccionamiento del trabajo de la piedra. Los recursos arquitectónicos se diversifican y se añaden más elementos escultóricos a la decoración. En el siglo XIII las formas románicas empiezan a convivir con la llegada del gótico.
No todo es románico
La Vall de Boí ofrece muchas más posibilidades: el Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, la estación de esquí de Boí Taüll Resort, rutas de senderismo, deportes de aventura, gastronomía, etc. Y que mejor lugar para descansar y relajarse de la jornada que el Parador de Vielha.
Su inmejorable situación, en lo alto de un cerro a la entrada de Vielha, lo convierten en un mirador privilegiado desde donde se contempla toda la belleza del Vall d´Arán. Allí el tiempo se detiene. La naturaleza entra por todos los sentidos, desde darse un masaje en su spa, un chapuzón en la piscina o disfrutar de la mejor gastronomía del Valle en su restaurante con forma circular y panorámico.
TÉCNICAS Y MATERIALES
La construcción
Las iglesias se construyen con materiales locales: piedra, cal, madera y pizarra. La piedra se trabaja en forma de sillar, unida al mortero de cal para hacer los muros y las bóvedas. Las vigas de madera y las losas de pizarra se utilizan para hacer las cubiertas.
La pintura al fresco
En el muro, se aplica el mortero de cal preparado con arena, cal y agua. Sobre este se realiza el dibujo preparatorio o sinopia; y, con el mortero todavía fresco, se aplican los pigmentos de color diluidos con agua.
La pintura al temple
Se utiliza para pintar sobre la madera o aplicar los retoques finales de la pintura mural. En este caso, los pigmentos se mezclan con yema de huevo.