<h4><strong>Akmal Bin Che Mustafa</strong></h4> <h5>Embajador de Malasia</h5> <h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>España es su primer destino como embajador de Malasia en el extranjero. Y ha tenido que asumirlo en un momento muy difícil debido a la pandemia, que ha interrumpido las prácticas diplomáticas habituales. Sin embargo, Akmal Bin Che Mustafa considera que “debemos adoptar y adaptar la nueva normalidad y seguir siendo resistentes, ingeniosos y dinámicos”. En resumen: “acostumbrarnos a las reuniones virtuales o de formato híbrido, aunque creo que las reuniones presenciales siguen siendo necesarias e importantes”.</strong></h4> <strong>Malasia es un país muy activo en su política exterior y probablemente uno de los más firmes defensores del multilateralismo. ¿Cuáles son los beneficios de esta política exterior?</strong> Nos enfrentamos a retos comunes, por lo que es imperativo abordarlos de forma concertada a través del multilateralismo. La pandemia es un ejemplo de lo interdependientes que somos, por lo que una respuesta unilateral no es suficiente para abordar el problema. Por ello, es más importante que nunca no perder de vista la importancia de la cooperación internacional y la solidaridad mundial, especialmente para hacer frente a las graves consecuencias de Covid-19. Como bien ha dicho usted, la participación activa de Malasia y su implicación en la comunidad mundial siguen siendo un tema constante de nuestra política exterior. Malasia está plenamente comprometida con el multilateralismo para hacer avanzar la paz, la seguridad y la prosperidad mundiales mediante la participación activa en las deliberaciones y los esfuerzos para encontrar soluciones a diversos problemas mundiales. <b>Su Ministerio de Asuntos Exteriores acaba de lanzar su plan estratégico para 2021-2025. ¿En qué se concreta esta iniciativa?</b> Este plan estratégico seguirá siendo un marco que perfila la visión y la misión de las relaciones exteriores y la política exterior de Malasia en la era post-pandémica. Las aspiraciones son claras: alimentar, fortalecer y consolidar las relaciones bilaterales y multilaterales, así como reafirmar a la ASEAN como piedra angular de la política exterior de Malasia debido a varios factores críticos, como su proximidad geográfica y su interés estratégico geopolítico para la nación. Además, este plan estratégico irá en paralelo con los esfuerzos de recuperación y reestructuración económica nacional y mundial, reflejando en última instancia las ambiciones y expectativas del Ministerio de Asuntos Exteriores para ejemplificar el papel de Malasia como socio responsable, firme y eficaz. <b>Malasia ha reforzado su cooperación con otros países, como Turquía y Pakistán, para luchar contra la islamofobia. ¿Cómo se percibe esa islamofobia?</b> La islamofobia es un miedo, o más exactamente, un miedo excesivo, contra el islam, contra los musulmanes, así como contra cualquier cosa asociada a la religión. Descansa en la mente y se refleja en actitudes, y puede manifestarse a través de acciones violentas. Como nación multiétnica y multicultural, la rica mezcla de etnias y religiones se manifiesta con mayor intensidad en Malasia, donde su numerosa población musulmana convive con personas de otras religiones, como budistas, cristianos e hindúes. El diálogo intercultural e interreligioso ayudaría a crear un entendimiento mutuo y a transmitir las verdaderas enseñanzas del Islam como religión de paz. Abrazar la moderación es también un valor importante, ya que conlleva un alto grado de tolerancia y confianza. <b>En el ámbito de la cooperación regional, ¿qué le ha aportado hasta ahora a Malasia la pertenencia a la ASEAN? ¿Cree que ASEAN evolucionará hacia una mayor unión política, económica y fiscal, como la Unión Europea?</b> La ASEAN sigue siendo la piedra angular de la política exterior de Malasia y el establecimiento de la Comunidad ASEAN en 2015 ha elevado significativamente el enfoque y el compromiso de Malasia a nivel regional. Desde su creación en 1967, la ASEAN ha conseguido muchos logros para convertirse en una comunidad económica dinámica en la región de Asia-Pacífico. En comparación con la Unión Europea, ambas son organizaciones regionales con personalidad jurídica. Aunque comparten visiones similares para promover la paz y tratar de profundizar en el proceso de integración, ambas organizaciones tienen también características, principios y marco jurídico diferentes. A medida que la ASEAN acelera el proceso de unificación, no tiene por qué aprender y aplicar plenamente las instituciones de la UE, sino que debe estudiar selectivamente las condiciones adecuadas a sus circunstancias. También me gustaría destacar que la ASEAN y la UE han elevado su relación a una asociación estratégica el 1 de diciembre de 2020, tras 44 años de asociación formal. La mejor manera de considerar la asociación estratégica ASEAN-UE es como una consolidación de la gama de acuerdos de cooperación y objetivos compartidos, que se ha ampliado a muchos campos diferentes, como la sostenibilidad, la conectividad, la innovación y la igualdad de género. <b>La Unión Europea es el cuarto socio comercial de Malasia, mientras que su país es el 23º proveedor de la UE. ¿En qué sectores se puede avanzar en el comercio bilateral?</b> Entiendo que reforzar los vínculos comerciales y de inversión sigue siendo la principal prioridad de España en la región de Asia-Pacífico. En este sentido, las empresas españolas pueden considerar a Malasia como puerta de entrada a la región, ya que el gobierno está llevando a cabo importantes iniciativas para impulsar las inversiones en el país, como facilitar el funcionamiento de las empresas mediante la digitalización de determinados servicios gubernamentales, ofrecer incentivos fiscales para los sectores farmacéutico y de servicios, y la puesta en marcha de un Centro de Ventanilla Única (OSC) para facilitar la entrada de viajeros de negocios en el país. La región también marcó un hito histórico con la firma del Acuerdo Integral de Asociación Económica Regional (RCEP) en noviembre de 2020. Con 15 signatarios, el RCEP representa un mercado de 2.200 millones de personas y un PIB combinado de 26,2 billones de dólares. Como miembro del RCEP, Malasia ofrece una plataforma regional para que las empresas externas aprovechen el mayor acuerdo de libre comercio del mundo. <b>¿Cree que la relación económica con la UE podría ser aún mejor si ambas partes tuvieran un Acuerdo de Libre Comercio, por ejemplo?</b> El Acuerdo de Libre Comercio es sin duda un elemento importante para promover el comercio y la inversión entre Malasia y los Estados miembros de la UE. Las negociaciones para un Acuerdo de Libre Comercio (ALC) entre la UE y Malasia se iniciaron en 2010 y se suspendieron temporalmente para dar a ambas partes la oportunidad de hacer un balance para evaluar la perspectiva de reanudar las negociaciones. Esperamos reanudar las negociaciones en un futuro próximo. <b>Las dificultades creo que se centran en el plan de la UE de elaborar una nueva directiva sobre energías renovables (RED II), que afectaría directamente al aceite de palma como biocombustible. ¿Hay alguna novedad en este sentido?</b> Se han realizado esfuerzos para responder a las preocupaciones de la UE sobre la sostenibilidad y la deforestación. Una de las iniciativas clave es el lanzamiento del Sistema de Certificación de Aceite de Palma Sostenible de Malasia (MSPO) en 2015. La certificación MSPO aborda los aspectos medioambientales, sociales y económicos de la producción de aceite de palma. La certificación MSPO cubre todos los aspectos de la producción de aceite de palma, desde el campo hasta el producto final. La MSPO se ha convertido en obligatoria a finales de 2019, garantizando que todas las plantaciones de palma de aceite, las pequeñas explotaciones independientes y organizadas, y las instalaciones de procesamiento de aceite de palma en Malasia se certifiquen de acuerdo con los requisitos de las normas de la MSPO. <b>En cuanto a las relaciones bilaterales con España, aunque se desarrollan en el marco de la UE, se puede decir que han cobrado un importante impulso en los últimos años. ¿Cree que esta relación económica tiene margen para seguir desarrollándose?</b> Las inversiones españolas en Malasia están presentes en diversos sectores como el petróleo y el gas, las soluciones informáticas, la industria siderúrgica, la petroquímica y la maquinaria. Creo que una mayor colaboración entre los dos países abriría aún más el sector privado de Malasia para aprovechar la avanzada experiencia tecnológica de España. A medida que el país avanza hacia la diversificación estratégica, especialmente en productos de alto valor y servicios de gama alta, Malasia ofrece amplias oportunidades para las inversiones españolas en maquinaria y equipos de alta calidad, sector aeroespacial, tecnología verde, tecnologías de automoción y diseño industrial. También me gustaría animar a los inversores españoles a aprovechar su experiencia tecnológica para ayudar a facilitar la economía digital de Malasia, que se prevé que crezca un 21% entre 2020 y 2025, alcanzando un valor bruto de las mercancías (VBM) estimado en 30.000 millones de dólares en 2025. Malasia también podría aprovechar su norma y certificación halal, consolidada y mundialmente conocida, así como su sólido sistema de financiación islámica, para ampliar aún más su presencia en España. Debido a la conectividad y a su especial relación con los países latinoamericanos y mediterráneos, existe una enorme oportunidad para que España sea el centro regional. Además de la dimensión tradicional de la cooperación económica, las perspectivas de cooperación han evolucionado hasta abarcar la colaboración en educación, ciencia y tecnología, cultura y turismo, así como la intensificación del contacto entre personas.