The Diplomat in Spain

Eduardo González

El Consejo de Ministros prorrogó ayer las restricciones de viaje desde Brasil y Sudáfrica en el marco de las medidas excepcionales para limitar la propagación y el contagio por el COVID-19 y levantó, en cambio, las que existían para Reino Unido desde el pasado mes de diciembre. Esta decisión se produce en medio de las gestiones del Gobierno español para reducir la tensión entre Londres y Bruselas por la distribución de las vacunas de AstraZeneca.

Se trata de la cuarta prórroga del acuerdo del Consejo de Ministros del pasado 2 de febrero por el que se establecieron limitaciones de los vuelos entre Brasil y Sudáfrica y los aeropuertos españoles. La medida entrará en vigor desde las 18:00 del día 30 de marzo (hora peninsular) hasta las 00:00 horas del día 13 de abril de 2021 (hora peninsular). Desde Brasil y Sudáfrica solo podrán realizarse vuelos a España que estén ocupados por ciudadanos españoles o andorranos, así como residentes en ambos países o pasajeros en tránsito internacional a un país no Schengen con escala inferior a 24 horas sin abandonar la zona de tránsito del aeropuerto español.

En cambio, el Gobierno decidió ayer no prorrogar el acuerdo del 22 de diciembre de 2020 que establecía las limitaciones a los vuelos directos y los buques de pasaje entre Reino Unido y los aeropuertos y puertos españoles. Según anunció la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, las restricciones concluirán el 30 de marzo y el levantamiento de las limitaciones obligará a los ciudadanos británicos a someterse a las mismas reglas del espacio Schengen y, por tanto, a presentar una prueba PCR negativa para poder entrar en España.

La decisión del Consejo de Ministros se produjo un día después de una reunión telemática entre la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y su homólogo británico, Matt Hancock, en la que analizaron la situación de la pandemia y la evolución de la estrategia de vacunación. Aparte, el levantamiento de las restricciones al Reino Unido llega a pocas horas de que el Parlamento británico apruebe una ley por la que se multará con casi 6.000 euros a cualquier ciudadano del país que salga al extranjero por vacaciones.

El contencioso por AstraZeneca

La medida coincide también con un momento especialmente tenso entre Bruselas y Londres por la distribución de las vacunas contratadas con la compañía farmacéutica británica AstraZeneca. La Comisión Europea, que ha coordinado el programa de compras en la UE, ha acusado al Reino Unido de retener las vacunas de AstraZeneca producidass en el país a pesar de que en el contrato de compras de la UE figuran las dos fábricas británicas de la compañía. Por ese motivo, los líderes de la UE debatirán mañana en el Consejo Europeo la posibilidad de prohibir las exportaciones de vacunas a Reino Unido, al que Europa ya ha exportado 10 millones de dosis. AstraZeneca ha asegurado que una cláusula de su contrato con  Reino Unido permite a este país prohibir las exportaciones de sus vacunas mientras el mercado británico no quede completamente atendido.

Por todo ello, el contencioso sobre las vacunas figurará en la agenda de la reunión que mantendrá mañana en Bruselas la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, con su homólogo británico, Dominc Raab, en los márgenes del encuentro ministerial de la OTAN, tal como anunció ella misma este lunes y confirmaron ayer fuentes del Ministerio de Exteriores a The Diplomat.

Según explicó la ministra en la rueda de prensa posterior al Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, las medidas adoptadas por la UE para restringir las exportaciones de vacunas “no tienen como objetivo penalizar a ningún país tercero sino obligar a las compañías farmacéuticas a cumplir con sus contratos con la UE”. “En la UE tenemos que asegurarnos de que las empresas farmacéuticas y en particular una de ellas, que está teniendo más dificultades para cumplir sus obligaciones con la UE, cumplan con los contratos firmados, y este es el caso de AstraZeneca”, añadió. Por ello, “lo más inteligente sería que el Reino Unido y la UE trabajasen juntos para apoyar los esfuerzos de AstraZeneca para escalar su producción, porque el problema que tenemos es de escala de producción por parte de una empresa que ha prometido un contrato a Reino Unido y ha prometido un contrato a la UE y que ahora mismo no está en situación de cumplir esos contratos”, agregó.