<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha unido fuerzas con su más enconado rival durante los debates sobre el Fondo de Recuperación Europeo, el primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, para presentar, con vistas al Consejo Europeo de esta semana, una propuesta de autonomía estratégica tecnológica y sanitaria europea “sin aislacionismo ni proteccionismo”.</strong></h4> El Consejo Europeo, que inicialmente iba a celebrarse de forma presencial pero finalmente se hará telemáticamente a causa de la situación del COVID-19, dedicará la primera jornada de hoy a debatir sobre <strong>la pandemia</strong>, con especial atención a la distribución de las vacunas (tras la presentación del nuevo mecanismo de transparencia y autorización para las exportaciones por parte de la Comisión), la situación epidemiológica y la respuesta coordinada a la crisis. Posteriormente, los jefes de Estado y de Gobierno abordarán <strong>el Mediterráneo Oriental y las relaciones entre la UE y Turquía</strong>, la situación en <strong>Rusia</strong> y las <strong>relaciones con Estados Unidos</strong>, con la participación por videoconferencia del presidente estadounidense, <strong>Joe Biden</strong>. La segunda y última jornada de mañana estará dedicada a asuntos fundamentalmente económicos, con especial atención a <strong>las prioridades del mercado único, la política industrial y la transformación digital</strong>. Sobre los dos primeros puntos, según informaron fuentes de Moncloa, Pedro Sánchez pedirá ante sus colegas europeos que se culmine el mercado interior y que se lleve a cabo un análisis más profundo sobre los sectores industriales que necesitarán más apoyo, como la alta tecnología o los proyectos industriales nacionales o plurinacionales, así como sobre el papel de los planes nacionales de recuperación en el desarrollo del paquete industrial. Asimismo, el Gobierno español pedirá una política fiscal europea que tenga como máxima prioridad la recuperación económica tras la crisis del COVID-19 y que excluya de forma clara y contundente la retirada de los estímulos fiscales antes de lo previsto o el endurecimiento de la política fiscal a los países más afectados por la recesión. En todo caso, uno de los puntos más relevantes de la segunda jornada del Consejo será el debate sobre <strong>la autonomía estratégica europea</strong>. Según las citadas fuentes, el presidente del Gobierno defenderá ante el resto de líderes europeos una posición equilibrada entre las dos posturas más radicales sobre este tema: la de los países que recelan de la autonomía estratégica por temor a que conduzca al proteccionismo y la de los que, como Francia e Italia, defienden una autonomía estratégica más clara aunque ello conlleve la aplicación de políticas proteccionistas en cuestiones como las cadenas de valor o las ayudas a las empresas europeas. Según las fuentes de Moncloa, <strong>España defenderá la autonomía estratégica como “la capacidad para tomar decisiones de forma autónoma”, pero sin cerrarse en el nacionalismo económico.</strong> Para reforzar este argumento, <strong>Pedro Sánchez y Mark Rutte</strong> han firmado una carta conjunta dirigida a la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen; al presidente del Consejo Europeo, George Michel; y al presidente de turno de la Unión, el primer ministro portugués, António Costa, en la que presentan <strong>una propuesta de trece puntos para reforzar la “autonomía estratégica” en sectores estratégicos, como el tecnológico y sanitario. </strong> El objetivo de esta propuesta de los dos dirigentes<strong> -que hace pocos meses mantuvieron posiciones radicalmente enfrentadas en torno al Fondo de Recuperación europeo</strong>- es generar una “agenda propia” para “reducir la dependencia” de terceros países y para promover una “Europa más fuerte, más resiliente e internamente solidaria” y que, al mismo tiempo, permita preservar “el compromiso de la UE con las economías y las sociedades abiertas”. <strong>“La autonomía estratégica de la UE no implica aislacionismo ni proteccionismo económico”</strong>, sino que “debe basarse en principios de multilateralismo, cooperación y libre comercio basado en normas, sin socavar los intereses de los países menos desarrollados”, añade la carta.