<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>Aparte del ya conocido convenio sobre doble nacionalidad, la XXVI cumbre entre España y Francia del próximo 15 de marzo abordará otros importantes asuntos de la agenda bilateral y europea, como las reticencias francesas al certificado de vacunaciones por el COVID-19 defendido por el Gobierno español y el persistente problema de las conexiones eléctricas y ferroviarias entre los dos países.</strong></h4> Hasta la fecha se han celebrado 25 cumbres hispano-francesas desde que se institucionalizaron estas reuniones en 1987. La última tuvo lugar en febrero de 2017 en Málaga, con la participación del entonces presidente francés, François Hollande, y del entonces jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy. A petición de Francia, la cumbre de este próximo lunes (que se celebrará en Montauban, en el suroeste), tendrá un formato híbrido a causa de la pandemia, con <strong>presencia física del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, y con participación telemática de los doce ministros participantes por cada país</strong> (los cuatro vicepresidentes y los titulares de Asuntos Exteriores, Interior, Defensa, Justicia, Transportes, Trabajo, Educación y Universidades, por parte de España, y sus respetivos homólogos por parte de Francia), tanto durante las reuniones bilaterales como durante la reunión plenaria con los dos presidentes. Aparte del inevitable repaso de las “excelentes relaciones bilaterales”, los dos Gobiernos intentarán acordar <strong>un mecanismo de seguimiento de las cumbres</strong> similar al que tiene España con otros países y se comprometerán a diseñar <strong>un nuevo esquema institucionalizado para impulsar las relaciones </strong>en todos los ámbitos, según informaron fuentes de Moncloa. Asimismo, se adoptarán otros acuerdos sobre <strong>movilidad universitaria y sobre potenciación del bilingüismo</strong> en los dos países. En todo caso, el asunto más destacado de la reunión bilateral será la firma, por parte de los dos presidentes, del <strong>Convenio de Doble Nacionalidad entre España y Francia</strong>, que fue acordado en septiembre del pasado año por ambos Gobiernos después de unas negociaciones que comenzaron en marzo de 2019 y que supondrá <strong>el primer acuerdo de este tipo de España con un país no perteneciente al ámbito iberoamericano y, obviamente, con un país europeo. </strong>A la hora de negociar este acuerdo se tuvo en cuenta, entre otros factores, la importante comunidad de origen español que reside en Francia procedente del exilio republicano, según las citadas fuentes, que destacaron, por ello, el “simbolismo” que representa la celebración de la cumbre en Montauban, la ciudad en la que murió y está enterrado el antiguo presidente de la República española <strong>Manuel Azaña</strong>, cuya tumba visitarán Sánchez y Macron al término de la reunión. <strong> </strong> <strong>COVID-19 e interconexiones</strong> Aparte, otro de los temas importantes de la cumbre será la gestión de la <strong>pandemia</strong> y la posibilidad de llevar una propuesta común sobre esta cuestión al Consejo Europeo de los próximos 25 y 26 de marzo. Respecto a este tema, según informaron las citadas fuentes, Pedro Sánchez tratará con Macron sobre <strong>las reticencias de Francia al certificado de vacunas</strong>, que apoyan abiertamente los países del sur de Europa más dependientes del turismo, como España, Italia, Malta, Chipre o Portugal, y que no es visto con buenos ojos por países como Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, que temen que pueda resultar discriminatorio para las personas que todavía no se hayan podido vacunar en verano. El pasado 25 de febrero, los jefes de Estado y del Gobierno de la Unión Europea se comprometieron a buscar “un enfoque común” sobre este tema. Otro asunto que se tratará en Montauban es el de los planes de recuperación y la defensa de la transición digital y verde para salir de la crisis. Por ello, Sánchez tratará con Macron sobre <strong>las interconexiones eléctricas y ferroviarias</strong> como vía para avanzar en la transición verde y en la lucha contra el cambio climático. La cumbre de 2017 concluyó con la firma de un convenio sobre conexiones ferroviarias y energéticas. No obstante, en el momento presente la capacidad de intercambio energético a través de los Pirineos es de apenas un 3%, muy lejos del 10% que la UE había previsto para 2020 y del 15% fijado para 2030, a lo que se une un retraso acumulado de dos años en la interconexión eléctrica a través del Golfo de Vizcaya. En cuanto a las conexiones ferroviarias, el reto más importante es el túnel de Somport, clausurado en 1970 y que ambos países acordaron poner de nuevo en marcha a finales de 2020 con el objetivo de reabrir la línea internacional Zaragoza-Canfranc-Pau en 2025.