<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno español convocó ayer al Ministerio de Asuntos Exteriores al encargado de Negocios de Venezuela en Madrid, Mauricio Rodríguez Gelferstein, para expresar su malestar por las palabras del presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien el sábado pasado aseguró haber dado la orden de que se revisaran las relaciones de su país con España.</strong></h4> Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores informó a <em>The Diplomat</em> de que la <strong>secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe, Cristina Gallach</strong>, se reunió en la mañana de ayer “a iniciativa propia” con el representante de Venezuela en España. Los dos países mantienen sus relaciones a nivel de encargados de Negocios y no de embajadores, desde que en octubre pasado fuera cesado en su puesto en Caracas el entonces embajador español, Jesús Silva, y dejara, igualmente el cargo, el embajador venezolano en Madrid, Mario Isea. El portavoz de Exteriores manifestó que el motivo de la reunión con Rodríguez Gelferstein fue trasladarle la <strong>“decepción” del Ejecutivo español por la expulsión de la delegada de la Unión Europea en Caracas, Isabel Brilhante,</strong> decidida la pasada semana y que se consumó ayer, en protesta por las últimas sanciones adoptadas por los Veintisiete contra dirigentes bolivarianos. En un comunicado, España ya había rechazado la declaración de persona “non grata” de la delegada europea. Gallach transmitió al representante venezolano -añadió el portavoz- que actuaciones como esa expulsión o como las declaraciones de Nicolás Maduro <strong>“no favorecen que pueda concretarse el interés de España y de la Unión Europea de ser actores constructivos en la salida de la crisis</strong>”. Maduro se mostró el pasado sábado irritado por la visita de la <strong>ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya,</strong> a la frontera entre Colombia y Venezuela para interesarse por la situación de los refugiados venezolanos y expresar su respaldo a las acciones de las autoridades colombianas para abordar ese problema. El mandatario venezolano afirmó que González Laya apoya “la política xenofóbica de Colombia en contra de Venezuela” y dijo: “Vamos a responder de manera contundente contra cualquier agresión que venga, ya sea de palabra, acción, diplomática o política”. “El que quiera buenos tratos tiene que dar respeto y buen trato a Venezuela», añadió. Maduro anunció que había ordenado a su canciller, <strong>Jorge Arreaza, que revisará “a fondo” las relaciones de Venezuela con España,</strong> una amenaza que ya ha vertido en otras ocasiones, pero que después no ha tenido mucha concreción. La ministra de Asuntos Exteriores se limitó a contestar a Maduro: "Yo no tengo absolutamente ninguna interpretación que hacer sobre sus declaraciones. <strong>Yo lo único que pido es el mismo respeto que ofrezco, ni más ni menos".</strong> El Gobierno español está tratando en todo momento de no chocar frontalmente con el régimen de Nicolás Maduro e incluso el encuentro de la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores con el encargado de Negocios de Venezuela no ha sido presentado como una “convocatoria”, un término diplomático más formal para expresar protestas, sino como “una reunión a iniciativa propia”. <strong>PP y CS apoyan a la ministra y Podemos se desmarca de IU</strong> PP y Ciudadanos respaldaron ayer el viaje realizado por la ministra y más en concreto su visita a la frontera con Venezuela, mientras que Podemos se desmarcó de las críticas realizadas desde Izquierda Unida, que habló de "provocación" y "grave error diplomático". "Es una buena noticia", señaló en declaraciones a Europa Press la secretaria Internacional del PP, Valentina Martínez, quien dijo confiar en que el hecho de que González Laya viera de primera mano la situación de los migrantes venezolanos "le haga reflexionar y dar un giro a la política respecto a Venezuela". Así, señaló que la reacción de Maduro, que ha optado por "amenazar e insultar" e "intentar coartar la libertad de viajar y contar la realidad que viven los venezolanos", pone de manifiesto que no es posible la "equidistancia o la apertura al diálogo" por la que apostaba el Gobierno español. En este sentido, en opinión de Martínez, González Laya ha tenido una "reacción débil" y un tanto "tibia" al limitarse a pedir respeto. Por su parte, la portavoz de Ciudadanos en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, Marta Martín, apoyó a González Laya, defendiendo que su visita a la frontera con Venezuela "no es ninguna agresión ni provocación, sino que estaba haciendo su trabajo". Según Martín, España debería liderar la respuesta conjunta frente "al drama humanitario de los refugiados venezolanos" respaldando a sus socios en la región, que son los que han acogido al grueso de ellos, pero también "acelerando los procesos de resolución de solicitudes de asilo y protección internacional de venezolanos en España", de los que solo se habrían reconocido un 4 por ciento de las solicitudes, según datos de Eurostat. Tanto PP como Cs criticaron la reacción por parte de Izquierda Unida (IU) de rechazo a la visita de la ministra de Exteriores. El domingo, el dirigente de IU y secretario general del PCE, Enrique Santiago, la calificó de "provocación" o "grave error diplomático" y sostuvo que con ello "España se anula para ayudar a una solución". Sin embargo, Podemos se desmarcó en esta ocasión de su socio de coalición, y su portavoz, Isa Serra, aseguró que la visita de la ministra de Exteriores "no es un error".